Simbad el Marino
La nueva colección de clásicos de la novela histórica rescatados por la alianza editorial ZendaEdhasa nos sigue proporcionando alegrías. La última es el rescate de Las aventuras de Simbad el Marino, en opinión de muchos el origen de este género tan popular y que tantos héroes iría creando a lo largo del tiempo, para disfrute de millones de lectores.
Su texto se nos ofrece de nuevo ahora como un libro coherente en sí mismo y por completo independiente de Las mil y una noches, corpus del que tradicionalmente formaba parte, o dentro del cual se le solía incluir, para así invitarnos a disfrutar de su relato de una manera exenta e independiente.
Sus capítulos están acertadamente divididos entre los viajes de Simbad, quien realizaría, y a cuál más asombroso periplo, hasta un número de siete maravillosas travesías. Nacido en Bagdad en el siglo IX, Simbad demostraría desde muy joven una intensa inclinación a descubrir nuevas tierras y horizontes marinos, impulsado siempre por una curiosidad que tampoco parecía contener límites.
Ciertamente, sin embargo, es asimismo curiosa la relativa similitud deparada por algunos de los episodios de Simbad con respecto a las grandes obras, muy anteriores, de En concreto, Ulises parece haber servido como modelo a Simbad en algunas de las escenas en las que éste se enfrenta a pájaros y a hombres gigantes, a brujas y hechiceros, o a fabulosas criaturas surgidas del fondo del mar. Del inteligente y resistente Ulises podría haber heredado Simbad la astucia y el valor. No será El Marino, sin embargo, un héroe de plateada armadura, un regio príncipe, sino un comerciante de bienes y especies, de telas y joyas, con la meta de enriquecerse según las reglas de su oficio.
De intrépido temperamento y hedonista carácter, Simbad disfrutará de la buena mesa, del buen vino y hermosas mujeres hasta que sus riquezas se agoten y se vea obligado a armar un nuevo bajel hacia islas desconocidas, donde él mismo y quienes le acompañen en el viaje ignoren qué riquezas o peligros podrán encontrar.
Un libro prodigioso que parece flotar en nuestras manos, de la misma manera que nuestra imaginación, con las aventuras de Simbad, se convierte en etérea y vuela hacia la inmensidad de la fantasía y del tiempo.
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Homero.
Ulises parece haber servido como modelo a Simbad en algunas de las escenas