Voladura fallida de una mole de metal de la térmica de Andorra
Endesa estudia por qué la estructura no cedió tras la detonación
Las obras de desmantelamiento de la térmica de carbón de Andorra, cerrada hace ya casi res años, se han topado con un imprevisto. En este proceso de desmontaje y demolición pieza a pieza de lo que en otro tiempo fue el puntal de la industria minero-eléctrica de Teruel, ayer le llegó el turno a los precalentadores de la instalación, pero los planes no salieron como estaban planeados. La detonación de la carga explosiva no fue suficiente para que esta estructura metálica se viniera abajo, como se puede ver en los vídeos grabados por los vecinos de la zona.
«La voladura no ha ido según lo planificado», reconocieron desde Endesa, la empresa propietaria la central, cuyo desmontaje ha llegado ya al 72%. «En este momento se está analizando el entorno y la situación de la estructura mediante drones. Una vez que tengamos el resultado de ese análisis decidiremos próximos escenarios», apuntaron desde la compañía, que mantiene el perímetro y las condiciones de seguridad en el entorno de la planta.
«La voladura de estructuras metálicas es muy compleja. El contratista tiene experiencia en este tipo de actuaciones», recalcaron fuentes de la empresa eléctrica. Los precalentadores, apuntaron, son equipos asociados a la planta de desulfuración. Aprovechaban la salida de gases de caldera y calentaban el flujo de gases que iba a la planta.
La voladura estaba / programada para ayer por la mañana, con el dispositivo de prevención normal en este tipo de operaciones. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido con otras edificaciones del complejo, las cargas no derribaron la estructura.
Han pasado algo más de dos meses desde que la icónica chimenea de la térmica, de 343 metros y símbolo del carbón turolense, cediera ante 265 kilos de dinamita que ponían fin 42 años de vida. Una solución radical que Endesa tomó ante el millonario coste que implicaba mantenerla. Tiempo antes, en mayo de 2022, otra carga explosiva de 275 kilos demolió las tres torres de refrigeración.