La batalla de Doñana de PP y Vox enreda a la Comisión Europea
El dirigente de los populares tachó a la institución de «comportamiento partidista» «Veo al comisario con una camisa roja haciendo campaña por Sánchez», afirmó
No es extraño que los partidos españoles trasladen su pelea política a Bruselas. Es incluso habitual en el Parlamento Europeo y, particularmente, en su comisión de peticiones, uno de esos espacios destinados a dar voz al ciudadano que se convierten demasiado a menudo en un ring de boxeo para las formaciones españolas. Sin embargo, pocas veces una disputa entre el Gobierno de un Estado miembro y el principal partido de la oposición había escalado tan rápido y generado una onda expansiva a tan alto nivel como la que ha salpicado y enredado de lleno esta semana a la Comisión Europea, a quien el líder y presidente del Partido Popular Europeo, el alemán Manfred Weber, para malestar de la institución guardiana de los tratados, ha acusado directamente, en una declaración sumamente inhabitual y muy en clave electoral, de «comportamiento partidista» en torno al plan de regadíos para la zona norte del parque de Doñana.
¿Cuándo arrancó el caso?
Las denuncias por la existencia de más de un millar de pozos ilegales y la «extracción abusiva e insostenible de agua» en el entorno de Doñana para el cultivo intensivo de fresas empezaron a llegar hace casi una quincena de años, alrededor de 2009. Pero no fue hasta 2014, y tras una larga investigación, cuando el Ejecutivo comunitario abrió un procedimiento de infracción por vulneración de varias directivas europeas, entre ellas la normativa sobre agua y la directiva de hábitats que culminaba en una denuncia ante el Tribunal de Justicia de la UE y una condena a España dos años más tarde, en 2021, por no proteger el humedal, no haber tenido en cuenta las extracciones de agua ilegales y las extracciones para el abastecimiento urbano en la elaboración del plan hidrológico del Guadalquivir 2015-2021 y no haber previsto ninguna medida correctora.
¿Por qué ha resurgido ahora?
El caso ha vuelto a estallar a raíz de la toma en consideración en el Parlamento andaluz de una proposición de ley del PP y Vox, presentada en marzo, a tres meses de las elecciones autonómicas, que cambiará la clasificación de 1.600 hectáreas de suelo forestal para considerarlas agrícolas regables con agua superficial lo que de facto supondrá ampliar la zona regable en un humedal ya sobreexplotado y bajo presión. Un plan que ha sido objeto desde hace meses de una ola de advertencias tanto de la directora general de medio ambiente, Florika Fink-Hooijer, como del comisario del ramo, sobre posibles multas de no cumplir la sentencia del TJUE de 2021.
¿Cuál es el diagnóstico de Bruselas?
Tanto por carta como en respuesta parlamentaria y de viva voz la Comisión Europea ha trasladado al PP andaluz que el plan de regadíos que plantea no va en la buena dirección, sino que podría tener efectos «desastrosos» en la conservación del ecosistema del humedal. «Si se adopta tal y como se ha propuesto, podría degradar el humedal protegido de Doñana, uno de los mayores de Europa y de suma importancia para la coherencia de la Red Natura 2000», decía el lunes el portavoz de medio ambiente tras el viaje relámpago del consejero de medio ambiente andaluz, Ramón Fernández-Pacheco. Esta respuesta fue la que activó la maquinaria popular.
¿Desde cuándo se ha convertido en parte el PPE?
Dos días después del jarro de agua fría recibido por Fernández-Pacheco en el despacho del comisario de medioambiente, Virginijus Sinkevicius, la jefa de filas del PP en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, volvía a la carga denunciando la actitud de la Comisión. Esta vez secundada por el presidente
Bruselas advierte de posibles multas a España si no cumple la sentencia del TJUE de 2021
del PPE, la formación a la que también pertenece también la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen. «Lo que necesitamos es una Comisión que intente aportar soluciones, que intente unir a la gente, y no dividir por un trasfondo político partidista», reclamaba Manfred Weber en un tono duro que escala precisamente a un mes de las elecciones municipales, a tres meses de la presidencia española de la UE y a año de las europeas. «Tengo que ser muy claro: veo al comisario con una camisa roja haciendo campaña por (Pedro) Sánchez en vez de ser un verdadero creado de soluciones», añadía Weber.
¿Cuál ha sido la reacción de la Comisión?
El comisario Sinkevicius marcó el terreno el miércoles: «Doñana es importante para España y para la UE. Me he reunido con Ramón Fernández-Pacheco, Teresa Ribera, Manfred Weber, Iratxe García y Dolors Montserrat para escuchar a todas las partes. Mi mensaje es el mismo: la Comisión Europea actúa como guardiana imparcial del Tratado y la sentencia del Tribunal es una prioridad».
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