El Papa condena la vuelta del «rugir de los nacionalismos»
Guerra en el este de Europa Francisco inicia con una reunión con Orban una visita de tres días a Hungría El Pontífice y el líder húngaro comparten posiciones sobre el conflicto en Ucrania
El Papa condenó ayer el «infantilismo bélico» y el regreso del «rugir de los nacionalismos», en la primera etapa de su viaje a Hungría. Se ha «disuelto el entusiasmo de edificar una comunidad de naciones pacífica y estable, delimitando las zonas, acentuando las diferencias», lamentó, en un razonamiento sobre «la martirizada Ucrania», país sumido en una dramática guerra con Rusia.
«Parece incluso que la política a nivel internacional tuviera como efecto enardecer los ánimos más que resolver problemas olvidando la madurez que alcanzó después de los horrores de la guerra y retrocediendo a una especie de infantilismo bélico», continuó el Pontífice. «¿Dónde están los esfuerzos creadores de paz?», se preguntó.
Palabras muy duras y dirigidas también a Europa en el comienzo de su visita en Hungría, país actualmente gobernado por el nacionalista Víktor Orban, figura política en las antípodas ideológicas de Francisco en materia de inmigración, pero con posturas más cercanas sobre el conflicto ruso-ucraniano. «En este momento histórico, Europa es fundamental. Porque ella, gracias a su historia, representa la memoria de la humanidad y, por tanto, está llamada a desempeñar el rol que le corresponde, el de unir a los alejados, acoger a los pueblos en su seno y no dejar que nadie permanezca para siempre como enemigo», dijo tras reunirse con Orban y la presidenta del país, Katalin Novak.
El Papa recordó / la responsabilidad de Hungría hacia los migrantes y subrayó la «necesidad de apertura a los demás». «Los valores cristianos no pueden ser testimoniados por medio de la rigidez y las cerrazones», añadió en presencia del primer ministro Orban, que ha sido duramente criticado por levantar vallas en sus fronteras y restringir las opciones de solicitar asilo. El viaje, que durará hasta el domingo, es también el primero después de que el Pontífice tuviese que ser ingresado en un hospital de Roma por una bronquitis infecciosa. En estas circunstancias, Francisco, que esta misma semana volvió a ser invitado por las autoridades de
Los gobiernos europeos están de acuerdo en prolongar un año más, hasta junio de 2024, la exención de cuotas y aranceles de la que se benefician los productos agrícolas de Ucrania desde mediados del año pasado, una de las medidas adoptadas por la UE, lo mismo que otros países como Reino Unido, para apoyar la economía ucraniana a mantenerse a flote y seguir recibiendo ingresos durante la guerra lanzada por Rusia. Pese a las protestas de los agricultores polacos, los embajadores permanentes de los Veintisiete (Coreper) dieron ayer su visto bueno a la prórroga que deberá ser confirmada tanto por el Consejo –Estados miembros– como por el pleno del Parlamento Europeo en las próximas semanas.
Kiev a visitar el país en guerra, tiene previsto un encuentro con refugiados –algunos de ellos, ucranianos– y una visita a una iglesia católica griega, cuya confesión también tiene presencia en Ucrania y es reconocida por la autoridad de los papas de Roma.
La referencia a Ucrania fue adelantada por el propio portavoz del Vaticano, el italiano Matteo Bruni. «Estaremos apenas a unos pocos kilómetros de la frontera con Ucrania», dijo Bruni al hablar del viaje papal. «Desde luego podemos esperar palabras sobre el dolor por este conflicto y la búsqueda de paz», añadió.
Las opiniones del Papa sobre la guerra de Ucrania han recibido tanto halagos como reproches desde el año pasado. Inicialmente la postura de Francisco fue criticada por un exceso de neutralidad ante el conflicto, pero luego condenó claramente la invasión y su reputación también mejoró a la par que asumió con éxito un rol de mediador para la liberación de diversos grupos de presos de guerra ucranianos y rusos. Esto es visto por algunos expertos como una coincidencia de opiniones con el calvinista Orban, que mantiene lazos con Rusia y quien en febrero dijo que Hungría y el Vaticano son las únicas potencias europeas que defienden la paz.
La gira también representa un cambio con respecto a lo ocurrido en 2021 cuando a una visita breve de Francisco en Budapest, no le siguieron encuentros en otros lugares del país, lo que fue interpretado como una señal de la distancia entre ambos líderes en temas migratorios. Hungría ha levantado en los últimos años una criticada valla con Serbia en una área en la que se han denunciado diversas violaciones de derechos humanos contra los migrantes.
El viaje «será / una oportunidad de abrazar de nuevo a una Iglesia y un pueblo muy querido para mí», dijo Francisco el domingo. Según el último censo oficial, los cristianos húngaros son alrededor de la mitad de la población de este país y su número está disminuyendo. En concreto, en la actualidad, un 39% de los 9,6 millones de húngaros son católicos, un 12%, reformados calvinistas, y un 2%, luteranos.
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