HBO Max estrena este drama satírico basado en hechos reales
Para el veterano creador televisivo David E. Kelley, el proceso no ha cambiado mucho desde que, a mediados de los 80, entrara a formar parte del equipo de guionistas de La ley de Los Ángeles. «Todo empieza siempre igual», nos explica en una rueda de prensa online. «El escenario de la acción y los personajes me han de atraer. Sobre todo, es cuestión de sentir hambre como guionista. Sentir la fertilidad de la historia y empezar a notar cómo me sube la adrenalina». Llevado por esa fiebre arrolladora, creó series como Picket Fences, Ally McBeal o El abogado, clásicos de aquellos lejanos 90 en los que las cadenas generalistas todavía asumían riesgos.
Todavía esclavo de sus instintos, Kelley se ha visto arrastrado en los últimos años a trabajar, sobre todo, para las plataformas. Del brazo de Nicole Kidman ha producido bombas como Big little lies, The undoing y, ahora, Love & death (HBO Max, estrenada este jueves). Como las dos anteriores, un drama de toques satíricos que revela la oscuridad bajo la serenidad doméstica.
Su historia resultará familiar a quienes vieran, hace unos meses en Disney+, Candy, turbador true crime protagonizado por Jessica Biel (o, antes, el telefilme de 1990 Implicación criminal, con Barbara Hershey al frente). De nuevo se explora cierto desconcertante crimen real acaecido en la pequeña localidad de Wylie, Tejas, a principios de los 80: aquel en que Candy Montgomery, ama de casa que parecía tenerlo todo (marido, dos hijos, bonita casa, amigos, fe), acabó pagando sus invisibles vacíos con su amiga y vecina Betty Gore, y además con la misteriosa saña de hasta 41 hachazos.
«Perdón por / tirar del tópico, pero la realidad puede superar a la ficción», dice Kelley. «En este trabajo, la carga suele ser tener que sacar de la na
«Perdón por tirar del tópico, pero la realidad puede superar a la ficción», afirma Kelley, productor de la serie
Elizabeth Olsen, en un fotograma de la serie. da ciertos personajes y hechos que resulten estimulantes. Aquí de lo que se trataba era de estar a la altura de la verdad».
Elizabeth Olsen empieza encarnando a la protagonista con aires falsamente pizpiretos, casi como salida de los primeros episodios de Bruja Escarlata y Visión, aquellos inspirados en telecomedias medio inocentes de los 50, 60 y 70. Decimos «falsamente» porque en el fondo no es tan feliz. Su marido, el bobalicón Pat (Patrick
Fugit, antiquísimo prota de Casi famosos), no la satisface ni en lo físico ni lo espiritual. Eso la lleva a fijarse en Allan Gore (Jesse Plemons), marido de Betty (Lily Rabe), amiga de la iglesia. Tras una propuesta directa en el interior de un coche y un proceso de reflexión que al parecer duró meses, comienza un affair con desembocadura fatal.
Nunca / se sabrá demasiado bien lo que sucedió en aquel lavadero. «Solo tenemos, claro, la versión de la superviviente», explica la veterana directora Lesli Linka Glatter, que se encarga de cinco de los siete episodios. «Esto no es como Rashomon, en la que tenemos seis puntos de vista y el último corresponde al fantasma de la mujer asesinada. Lo que no significa que la exploración deje de ser fascinante. Ni complicada. Y espero que el espectador acabe teniendo sentimientos complicados sobre la protagonista».
Antigua bailarina y coreógrafa, Glatter casi empezó a dirigir series con Twin Peaks. Y mucho hay del David Lynch más canónico en la belleza envenenada de los títulos de crédito (muy Terciopelo azul) o el clima falsamente idílico de la Wylie mostrada en la serie. «Desde luego, Terciopelo azul fue una de las películas que volví a ver cuando nos embarcamos en esta historia», explica la cineasta a EL PERIÓDICO. «Y en los créditos, la canción de Nina Simone [Don’t let me be misunderstood]; esas cercas blancas que parecen perfectas pero que, vistas más de cerca, tienen la pintura pelada, o esa cerámica preciosa en realidad resquebrajada… Todo eso tiene Terciopelo azul como referente».
Xabier Fortes.
promís 17)», explica.
«UP es la formación con menos representantes en las Cortes, menos de la mitad de la formación con menos diputados que fue entrevistada en dúplex, Compromís, y a la que se le dio cinco minutos», continúa argumentando Fortes que, por otro lado, afirma que sería «ridículo» realizar «un dúplex tan corto con Podemos». Por ese motivo, se decidió ofrecer el testimonio de su candidato grabado. «Es exactamente lo mismo que hemos hecho en todos los programas de esta gira autonómica con todas las formaciones», recalca el comunicador de TVE.