La marcha en Madrid reúne a 60.000 personas y la de Barcelona, a 5.000
Cuatro ministros participaron en la movilización de la capital del país UGT y CCOO llaman a «llenar las urnas de votos progresistas» en los comicios del año
Amenaza de otoño caliente. Los sindicatos CCOO y UGT aprovecharon las manifestaciones del Primero de Mayo para advertir de que habrá movilizaciones tras el verano si no hay un acuerdo con los empresarios para subir los salarios. Esta fue la principal proclama de las cerca de 70 manifestaciones convocadas en España por ambos sindicatos con el lema Subir salarios, bajar precios, repartir beneficios. La de Madrid, con unas 60.000 personas, según los organizadores y 10.000, según la delegación del Gobierno ; y la de Barcelona, con 5.000 y 2.000, según los sindicatos y la Guardia Urbana, respectivamente, fueron de las más numerosas.
A la cita en Madrid acudieron al menos cuatro representantes del Gobierno: la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el ministro de Consumo, Alberto Garzón; la ministra de Igualdad, Irene Montero, así como la candidata del PSOE al ayuntamiento de Madrid y otrora ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto.
En su intervención / en el acto, la titular de Trabajo cifró en 21.000 euros el salario mediano en España, es decir, unos 1.500 euros en 14 pagas, algo, que según ella, «no permite vivir con dignidad» en ninguna ciudad española. Pidió a la patronal un acuerdo «inmediato e inminente» antes de que acabe mayo para «subir el conjunto de los salarios en España» y defendió, a su vez, «cambiar la jornada laboral». «Ha llegado el momento de reducir la jornada laboral y de hacerlo sin reducción salarial. Este es el tema del momento, es momento de actuar sobre el tiempo», reiteró.
Por su parte, el líder de UGT, Pepe Álvarez, alertó de que «la CEOE tiene que saber que el tiempo se acorta, o hay acuerdo o va a haber conflicto». «Queremos que 2023 genere un punto de inflexión en la subida de los salarios», había avanzado minutos antes su colega de CCOO, Unai Sordo.
El líder de CCOO insistió en que si no se consigue un acuerdo en la mesa de negociación colectiva que «sirva para impulsar la negociación de los 1.300 convenios de forma ágil y pacífica», las centrales «se organizarán, que no convocarán, un intenso proceso de movilizaciones para el otoño que acabe en una gran movilización general que tome forma de huelga en aquellos sectores cuyos convenios están bloqueados». Las centrales defienden, así, un acuerdo «en un periodo muy breve» para evitar un conflicto «de carácter general» en el que «se sabe cómo empieza pero no cómo se acaba», según Álvarez.
En la cita en Barcelona, miles de personas desfilaron por la Vía
Laietana convocadas por CCOO y UGT. Fue una marcha con tintes preelectorales y en la que hicieron acto de presencia los principales líderes políticos de la izquierda, que en menos de un mes se juegan la Alcaldía o en un plazo de no más de seis meses revalidar (o no) el Gobierno de coalición.
«Trabajadores de Cataluña, llenad las urnas de votos progresistas», fue el llamamiento que hizo a los suyos el secretario general de CCOO de Cataluña, Javier Pacheco. Sin entrar en siglas, las centrales con representación mayoritaria trataron de movilizar a los trabajadores y recordarles que o bien votan en masa o bien conquistas como las recientes reforma laboral y de pensiones corren peligro si se produce un cambio de ciclo político.
«El sindicalismo es útil, mejora las condiciones de vida de la gente. Lo hemos demostrado con la reforma laboral. Si el año pasado hubiera dicho que la mitad de los nuevos contratos serían indefinidos, y no el 14%, como era entonces, hubieran dicho que no estaba lúcido», insistió el secretario general de UGT de Cataluña, Camil Ros. Y es que las organizaciones sindicales son conscientes de que para poder seguir trayendo victorias a las próximas citas del Primero de Mayo la pervivencia del actual Gobierno de coalición es clave.
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