«Yo no pondré los clavos del ataúd de la unión de estaciones»
Desayuno-coloquio de EL PERIÓDICO «Las reacciones del Pirineo ahora me han dejado estupefacto», dice el presidente Plantear proyectos alternativos con fondos de turismo «le cuesta a Aliaga 10 minutos»
HI. M. C. / C. G. S. asta no hace tantos días el proyecto de la unión de estaciones parecía una realidad incontestable, un nuevo futuro para la nieve de Aragón que el tiempo ha ido recolocando en una posición complicada, por no decir imposible, tras la contestación que ha aparecido en buena parte del territorio pirenaico. «No pinta bien», confesó ayer Javier Lambán, que dejó claro que el proyecto de unir Astún y Formigal «no se hará» si esa es la voluntad de los responsables y la sociedad civil del Pirineo, pero matizó que no será quien oficie el entierro. En otras palabras: «Desde luego, no seré yo quien ponga los clavos del ataúd», expresó.
Pese a seguir apostando por el proyecto, el presidente aseguró que no dará «ningún paso más» si sus «promotores» no quieren seguir en dicha dirección, en concreto, los ayuntamientos de Jaca y Sabiñánigo y la DPH. «Me parecía un proyecto muy importante porque tenemos que poder competir con Sierra Nevada, Baqueira..., que están haciendo los mismo que nosotros pretendemos o pretendíamos hacer pero en parajes de mayor valor ambiental y ecológico».
«Esta es una iniciativa que han pedido siempre desde el Pirineo y que cuando tuvimos los fondos decidimos hacer. Pero partiendo del Pirineo en su conjunto. Yo ya sabía que habría voces en contra, incluso en el seno del Gobierno, pero lo que me ha dejado estupefacto han sido las reacciones en el Pirineo ahora, los plenos en el ayuntamiento de Jaca y de Sabiñánigo... No sé si han valorado la generosidad de toda la comunidad para que la práctica totalidad de los fondos europeos se dedicaran a esto», manifestó Lambán.
Además, el Gobierno de Aragón «no va a hacer nada contra la voluntad que se manifieste desde el Pirineo, así que si el Pirineo no quiere, se destinarán esos fondos a otros proyectos, porque en el territorio los hay a docenas».
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EL PLAN B, EN 10 MINUTOS ¿Hay plan B? No como tal, pero lo habrá sin problema porque al vicepresidente, Arturo Aliaga, le costará «10 minutos» encontrarlo por la cantidad de proyectos que se presentaron a la convocatoria para los fondos destinados a sostenibilidad turística con los que se iba a financiar la unión de estaciones. «Hay muchísimos proyectos que se quedaron en el cajón porque todo se sacrificó en aras a la unión de estaciones. Plantear proyectos alternativos cuesta 10 minutos, lo que nos van a faltar son fondos para llegar a todos».
El jefe del Ejecutivo también se refirió al proyecto estratégico para el Pirineo anunciado este fin de semana por el candidato del PP al Gobierno Aragón, una réplica del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE). Azcón plantea una inversión estable en esta zona de la comunidad de hasta 250 millones para ayudar a su desarrollo turístico y social y hacer frente a los retos que deberá abordar el sector de la nieve y del turismo en general. Una «ocurrencia», según Lambán, «inconsistente y producto de un hombre que ha aterrizado en la política autonómica sin conocer Aragón y que tiene que improvisar sobre la marcha».
Respecto a otros asuntos medioambientales, Lambán admitió que el impulso de las renovables «genera tanto malestar como aceptación». Con el impuesto a las renovables pendiente, el líder socialista en Aragón aseguró que la comunidad tiene unos «controles rigurosos» gracias al trabajo «implacable» del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA).
El presidente admitió la necesidad de que se reforme la normativa actual «para que se permita instar renovables en sitios donde ahora está prohibido, como los embalses» y aseguró que los beneficios que aportan el sol y el viento a la comunidad son «inconmensurables». «Podemos ser líderes en empleo. Las renovables pueden ser una palanca económica siempre que evitemos los colonialismos del pasado», concluyó.
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