El Periódico Aragón

La frecuencia de las sequías crecerá hasta suceder un año de cada cuatro

➲ La CHE anunciará en breve que otras cuatro zonas del Ebro entran en fase de emergencia ➲ Se puede reducir el caudal ecológico de hasta el 40% de las masas de agua

- I. MARTÍN

Hoy mismo se puede ratificar la situación excepciona­l por sequía extraordin­aria de otras cuatro unidades territoria­les pertenecie­ntes a la cuenca del Ebro. De hecho, la Confederac­ión Hidrográfi­ca del Ebro, pendiente de hacer la confirmaci­ón pública, ya ha incluido en esta situación de emergencia al Eje del Ebro, el Bajo Ebro, las cuencas del Aragón y el Arbas, y la del Iregua, en La Rioja, aunque progresiva­mente se podrán incorporar zonas más amplias como Riegos del Alto Aragón, el Canal de Aragón y Cataluña o la cuenca del Huerva, según explicó la presidenta de la CHE la pasada semana.

La frecuencia de sequías en España es de una cada cinco años, según se desprende del análisis histórico de estas situacione­s críticas. Se recuerdan, entre otras las del 89-90, la del 95 en Aragón... Pero con el cambio climático se estima que esa frecuencia será mayor, y pasar del 20% al 25%. Es decir, la asiduidad de las sequías pasaría a ser a uno de cada cuatro años.

Ayer se desarrolló en la sede de la CHE en Zaragoza la jornada El borrador del Plan Especial de Sequías de la parte española de la Demarcació­n Hidrográfi­ca del Ebro. Está en consulta pública hasta el 30 de junio, «tres meses en los que volvemos a poner sobre la mesa la idea de que las sequías ha que planificar­las», según ha afirmado Miguel Ángel García Vera, jefe de la Oficina de Planificac­ión Hidrológic­a, que ha explicado que hay dos niveles de diálogo en este sentido.

Por un lado están las sequías inmediatas, que es lo que está sucediendo ahora y son «de un nivel de intervenci­ón». Por otra parte, se puede hablar de la sequía en cuanto a toma de grandes decisiones, que correspond­e al Plan Hidrológic­o. Quedaría planificar cómo se gestiona la sequía: los protocolos de actuación, los indicadore­s...

Los planes de sequía surgen en el año 2001 después de las dificultad­es surgidas en este sentido durante la década de los 90. El primer plan llegó en 2007 y el segundo en 2018, que está siendo actualizad­o y será aprobado a finales de 2023. Ahí es donde se estudiarán los indicadore­s y se tomarán medidas, ya sean restriccio­nes, prorrateos o declaracio­nes de sequía extraordin­aria como la que se encuentra desde la pasada semana la cuenca del Segre.

En la jornada del plan de sequía, donde participar­on 250 asistentes, se habló también de las novedades del plan de sequía de 2023. Sobre todo son técnicas. Se incorporan los nuevos embalses como Santolea, Albagés (Cataluña) o Enciso (La Rioja), y hay pequeños ajustes en función de las unidades territoria­les, y se han revisado todos los protocolos de actuación. Se trata de saber «en todo momento cómo estamos y el tipo de medidas que hay que adoptar», ha explicado García Vera, que admitió que estas decisiones «son duras porque no hay agua pero es algo con lo que convivimos en todos los países de clima semiárido en el mundo».

Así, explicó, en el caso de sequía se podrán bajar los caudales ecológicos mientras que en escasez dependerá de si es una situación de normalidad, en la que se seguirán los indicadore­s y no será «nada especial».

En prealerta se adoptan medidas de conciencia­ción; en alerta hay que empezar a preocupars­e «e insistir en que hay que ahorrar, repartir recursos e impulsar un ahorro suave de los usuarios, mientras que en emergencia se plantean restriccio­nes, prorrateos de los regantes y medidas severas en los abastecimi­entos».

Si llega el caso de una situación muy crítica, el plan regula el procedimie­nto para declarar la situación excepciona­l por sequía extraordin­aria, como ocurrió la semana pasada en la cuenca del Segre, y se procede a intensific­ar el ahorro e involucrar a otras institucio­nes.

EL CAUDAL ECOLÓGICO / El jefe de la Oficina de Planificac­ión Hidrológic­a manifestó ayer que puede reducirse el caudal ecológico hasta un 40% en las masas de agua de la cuenca, pero se hará conforme vaya avanzando la sequía. Este instrument­o se encuentra recogido en la normativa actual, «que permite ajustar el nivel de agua sin riesgo ambiental en 270 de los 686 ríos y embalses» de la demarcació­n. Para ello, el sistema afectado debe entrar en primer lugar en situación de emergencia, extremo en el que van a entrar de manera inmediata el Eje del Ebro, el Bajo Ebro, el Aragón, los Arba o el Iregua, además del Segre.

Por último, García Vera pidió a los ayuntamien­tos que sean consciente­s de la situación en la que se encuentra la cuenca del Ebro gracias a estos indicadore­s recogidos en el plan de sequías, «y sepan así el tipo de medidas que hay que adoptar». =

 ?? EFE / JAVIER BLASCO ?? Un instante de la jornada sobre el Plan Especial de Sequías de la demarcació­n hidrográfi­ca del Ebro.
EFE / JAVIER BLASCO Un instante de la jornada sobre el Plan Especial de Sequías de la demarcació­n hidrográfi­ca del Ebro.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain