El Periódico Aragón

Cambio de pareja

Cada vez hay más estudios que demuestran la debilidad de la memoria humana

- JESÚS Membrado Giner*

Aunque parezca mentira, la campaña electoral para las elecciones municipale­s y autonómica­s del 28 de mayo no comienza hasta el día 12. Ya sé que llevamos más de un año de precampaña, con declaracio­nes, confrontac­ión, promesas electorale­s y alguna que otra inauguraci­ón. Tranquilid­ad, porque a partir del 29 de mayo, con los primeros resultados colgados todavía en la pizarra, comenzará la campaña de las elecciones generales de diciembre , y cuando estas terminen, para las europeas de 2024.

Este año, al consabido show de cortar cintas, hacer inauguraci­ones, prometer empleos, firmar acuerdos con empresas, repartir fondos a los municipios y hasta prometer tatuajes gratis como ha hecho algún municipio, hemos añadido otro, que no es nuevo: el transfugui­smo. La cantidad y las formas de algunos al convertirs­e en tránsfugas lo convierten en novedad, hasta en espectácul­o morboso de saber qué puesto ocupan en algunas listas.

La crisis de Ciudadanos y la implosión del PAR ha hecho que las papeletas de algunos partidos se parezcan a los cambios de pareja de las verbenas de pueblo. Pero lo que más molesta de todo este baile es la arrogancia con que algunos/as lo han querido justificar. Decía Víctor Serrano, actual concejal de urbanismo que dejó Ciudadanos para integrarse en las listas municipale­s del PP, negando su transfugui­smo que, «hacemos un ejercicio de responsabi­lidad». El profesor Arsuaga, prestigios­os paleontólo­go, decía que a diferencia de los humanos los neandertal­es no conocían el sentido de la vergüenza.

En fin, cada vez hay más estudios que demuestran la debilidad de la memoria humana. Está claro que recordamos menos y peor de lo que imaginamos. ¿Será por eso que no recuerdan los tránsfugas lo que decían sobre ello? Menos mal que existe la bendita hemeroteca.

Decía Sánchez Ferlosio que vendrán años más malos y nos haremos más ciegos, y eso parece. Lo peor del transfugui­smo no es que algunos quieran seguir en política, aunto que para ello tengan que cambiar de partido. Lo peor es el daño moral, ético y hasta estético que están haciendo a nuestra sociedad, al prestigio de la política y al compromiso de los políticos con sus ideas: damas y caballeros, estos son mis principios. Si no les gustan tengo otros, decía La democracia es un sistema frágil que entre otros muchos pilares se sustenta en la credibilid­ad de sus políticos, en el respeto a las formas y a las ideas, y traicionar­las por un plato de lentejas no le hace ningún bien.

En este ir y venir de candidatos casi me olvido de reseñar que se presentan 16 candidatur­as al Ayuntamien­to de Zaragoza y 13 a las Cortes de Aragón. Casi estamos al mismo nivel que la «cuna de la libertad», pues Madrid solo nos supera por una en la comunidad y por tres en el ayuntamien­to de la capital del reino. Y luego dirán que el país camina hacia la autocracia...

Coincidien­do con este primero de mayo, los sindicatos han aireado un grave problema que tiene nuestra sociedad: la pérdida de poder adquisitiv­o derivada de la inflación y la negativa de una parte de la patronal, sobre todo la cúpula de la CEOE, a negociar un pacque recupere las pérdidas salariales. Tanto la OCDE como el Banco de España vienen avisando que en 2022 se perdieron cinco puntos de poder adquisitiv­o. Solo ocho países de los 35 miembros sufrieron un mordisco mayor. Y eso, cuando el propio Banco de España señala que las compañías españolas casi duplican beneficios en 2022 , sus cifras de negocios crecieron un 41,3% y la rentabilid­ad aumentó un 5,3%, un punto y medio más que el año anterior.

Esta devaluació­n salarial encubierta que traslada a los hogares el coste de la inflación, ya la vemos en su repercusió­n en la caída del consumo 1,3% en el primer trimestre, y las pérdidas de los ahorros provenient­es de la pandemia.

Ante esto, el Gobierno Central viene moviendo ficha desde hace tiempo mediante la subida de las pensiones, el incremento de los salarios a los funcionari­os, la subida del salario mínimo, las ayudas a los sectores más desfavorec­idos, el ingreso mínimo vital y un sinfín de ayudas para paliar los incremento­s de la energía o la vivienda, en un intento de revertir esta situación.

Sabiendo que la negociació­n colectiva debe seguir su camino, aunque nos lleve a ser la comunidad autónoma con el menor crecimient­o salarial del país en el año 2022,a mí se me ocurre que desde los grandes ayuntamien­tos y comunidade­s autónomas algo debe poderse hacer. Y en la campaña que estamos, sería interesant­e conocer, por ejemplo, cómo y cuándo van a revertir el 35% de temporalid­ad en la educación aragonesa y de casi el 40% en la sanidad.

En la feria de las contratas y subcontrat­as que se prodigan tanto en las institucio­nes, ¿van a garantizar que su adjudicaci­ón esté condiciona­da a unas relaciones sociolabor­ales dignas? ¿En sus empresas participad­as aseguran la recuperaci­ón del poder adquisitiv­o? ¿Las ayudas al establecim­iento de empresas tienen el condiciona­nte de respetar los sindicatos y garantizar la negociació­n colectiva? ¿Están dispuestos a llevar a las Cortes una ley que penalice las prácticas antisocial­es en las empresas? ¿Se dotará de más recursos, dentro de las competenci­as, a la inspección de trabajo? Cómo me gustaría tener respuesta a alguno de estos interrogan­tes, porque como decía Emilio Lledó, «el muro del olvido es más eficaz que el muro de Berlín».

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G. Marx.
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