El Supremo confirma los 34 años de cárcel por el crimen del Badoo
Los dos autores secuestraron, torturaron y enterraron viva a la víctima La mujer captaba a las víctima en la red social de contactos y el otro les agredía
Bajo el nombre de Bella o Dulce Ángel y ayudada de fotos sugerentes, Hendangelin Candy Arrieta, sedujo a través de la red social Badoo a tres hombres para que tuvieran una cita sexual con ella en la zaragozana localidad de Pedrola. Desconocían las víctimas que iban a ser secuestradas y extorsionadas a base de golpes para quedarse con todo lo que llevaban encima. Dos de esos contactos podrán contar lo que sufrieron, mientras que un tercero, un empresario vasco, fue enterrado vivo. Solo este último caso, el conocido como crimen del Badoo, tanto la joven que servía de señuelo como su novio Mohamed Achraf, que era quien llevaba a cabo las agresiones, fueron condenados a 34 años de prisión y ahora el Tribunal Supremo acaba de confirmar la condena.
En esencia, los hechos probados de la sentencia ratificada indican que la mujer acusada contactó por la red social de contactos con la víctima, José Antonio Delgado, de 54 años, residente en Getxo (Vizcaya), y le emplazó a una cita el 6 de septiembre de 2019 en la localidad donde ella vivía con su pareja. Tras acudir Josetxu, que era como le conocían, a la cita, y una vez que la mujer se ganó su confianza, la víctima fue abordada sorpresivamente, reducida e inmovilizada con bridas.
Los acusados se apoderaron de sus pertenencias, le golpearon salvajemente y le intimidaron para conseguir las claves de sus tarjetas bancarias (procediendo entre los días siete a once de septiembre a realizar seis extracciones); y así estuvo retenido, sujeto con bridas y sin poder defenderse los días 6, 7 y el 8 de septiembre, en el curso de los cuales, recibió golpes en cabeza y tórax con un objeto contundente, compatibles con una muerte lenta; hasta que en ese día, procedieron a desnudar al hombre y lo enterraron a continuación, aun estando vivo, pero en un más que probable estado límite de agonía, falleciendo en la fosa donde había sido enterrado, tal y como adelantó en su día EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. En su sentencia, el Supremo destaca el abundante acervo probatorio de muy alta significación incriminatoria que ha determinado las condenas, así como la motivación del jurado, que supera el criterio de suficiencia que jurisprudencialmente le es exigido. Para el alto tribunal, el fallo del TSJA en su conjunto, contiene una elocuente, lógica y racional explicación de la autoría de ambos acusados.
Julián y Florín fueron las otras dos víctimas de estos asesinos por las que fueron condenados, respectivamente, a 12 años de prisión.
La primera víctima fue Florin, un vecino de La Almunia de Doña Godina. En la tarde del día 26 de julio de 2019, este joven contactó con la usuaria de ese perfil, quedando en verse sobre las 22.30 horas de ese día en Gallur. Nada más subir al coche, Arrieta dijo que tenía que ir a casa de su abuelo para coger una chaqueta porque tenía frío. Junto a un camino abandonado y de noche entraron Achraf y su amigo José Antonio Meléndez Fernández, le sacaron por la fuerza del coche, intentando tirarle al suelo y resistiéndose a ello Florin, mientras Arrieta buscaba los efectos de valor que pudiera haber en el interior del vehículo. Florin intentaba que no lo llevaran al suelo hasta que oyó que uno de los hombres decía al otro dale y vio la chispa de una pistola eléctrica, recibiendo varias descargas de la misma y perdiendo energía, consiguiendo de este modo los otros tirarle al suelo y atarle con bridas las muñecas y los pies, atándole después una cuerda desde las manos a las piernas. De ahí le llevaron a un campo y tras darle una paliza, le robaron y le abandonaron sin su coche en medio de la nada.
Mismo modus / operandi emplearon con su segunda víctima, Julián, un vecino de Tudela (Navarra). En menos de 24 horas cazó a este un empresario de 58 años divorciado, al que la mujer atrajo con unas fotos que no se correspondían con la realidad. Viajó en tren hasta Pedrola para tener sexo con ella, pero además de Candy, en la estación le esperaba el novio de la chica. Ambos, según el fiscal Rafael Soteras, le golpearon en la cabeza con una llave inglesa, le fracturaron el peroné, lo ataron, lo metieron en el maletero de un coche y le quitaron su tarjeta de crédito apuntándole con una pistola. Tras este ataque, Candy y Mohamed se hicieron con un botín de 650 euros en efectivo, un reloj, un teléfono móvil y unas gafas graduadas. El otro, según la investigación, no participó.
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