El Periódico Aragón

El Málaga pide perdón por su Liga

- SU FAMILIA

El director general del Málaga, Kike Pérez, pidió ayer «perdón y disculpas» por la temporada tan decepciona­nte que podría desembocar en el descenso, ya que el club está a ocho puntos de la salvación cuando quedan nueve. «Hay que mirar al futuro y dar las gracias a esa afición tan maravillos­a», dijo.

Tipo natural es Haaland / que igual bromea con Henry, comentaris­ta de la tv inglesa, cuando confesó que «la gente pensará que soy un psicópata, pero me gusta recibir golpes durante un partido». Lo dijo justo después de meterle cinco goles en la Champions al Leipzig. Goles que decía no recordar pese a que los había hecho segundos antes. Goles que no procesa. Ni tampoco piensa. Llega, marca y se va empeñado como anda en un misterioso desafío del que no habla. Ni quiere compartir. A Haaland, que en su adolescenc­ia dijo que solo quería hacerlo mejor que su padre Alf-Inge, que también jugó en el City (2000-2003), pero sin dejar huella alguna donde recibió la brutal agresión de Roy Keane (abril de 2001) durante un derbi con el United, le mueven motivacion­es que van mucho más allá.

Capaz como ha sido el joven noruego en pocos meses de quebrar absurdas teorías sobre períodos complejos de adaptación al exigente fútbol inglés que tiene en la Premier la bandera de la mejor industria futbolísti­ca del planeta. Y en el City el escaparate perfecto, al que le falta la Champions para completar la perfección.

Por eso, y sin olvidar la vinculació­n familiar, escogió unirse a

Para el Real Madrid, la Champions se ha convertido en una gloriosa rutina. A pesar de la complejida­d de los escenarios y los rivales. «Estamos al mismo nivel. Es difícil evaluar la condición física, porque lo que cuenta es la motivación y la ilusión que tenemos. Por supuesto nos ayuda haber ganado la Copa del Rey», aseguró Carlo Ancelotti ayer, cercado por las cuestiones sobre cómo frenar a Haaland, la gran diferencia entre el City del año pasado y al que se enfrentará en esta edición. «No planteamos un partido para parar a un jugador. Planteamos un duelo para frenar a un equipo fuerte, sobre todo con balón. Haaland tiene una gran relevancia, pero pensar sólo en él sería olvidarse del resto. El City es ahora un equipo más completo», dijo. Junto a Ancelotti compareció Kroos. Preguntado sobre lo que afirmó Rooney («el City va a machacar al Madrid»), fue escueto: «Ni nos afecta ni nos motiva. Me encanta Rooney, pero no estoy de acuerdo». Por su parte, Pep Guardiola, técnico citizen, no dio rodeos. «Para ganar la Champions tienes que ganar a los mejores equipos. Y el Madrid es el mejor equipo de esta competició­n las dos últimas décadas».

Guardiola. Tenía ofertas de todos. No fue al Bayern, la opción más sencilla por su paso en el Dortmund. Ni al Barça. Xavi y Jordi Cruyff fueron en vano a verlo. Ni al United, lo más remoto, Chelsea, Liverpool… Y el Madrid de Florentino, que navegó entre Mbappé y él para quedarse finalmente sin ninguno de los dos. Escogió, en un diseño de carrera tan profesiona­l como económicam­ente estudiado primero junto a Mino Raiola, el agente que lo tuteló antes de morir, como Rafaela Pimenta, la representa­nte que tomó la herencia, seguir los pasos adecuados.

Nació primero en el Bryne, donde debutó con 15 años, después un año en el Molde, luego en el Red Bull de Salzburgo (lo fichó para cinco y solo estuvo una campaña) y luego al Dortmund (dos años estuvo después de abonar 20 millones y venderlo por 55), donde Europa ya quedó asombrado por ese delantero, que escogió ir a evoluciona­r con Guardiola. El monstruo llega esta noche al Bernabéu por primera vez.

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Guardiola: «Para lograr este título has de ganar al Madrid»

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