El Periódico Aragón

Extrabajad­ores del Inaga alertan del visto bueno a expediente­s sin informe

Funcionari­os cesados critican que ha primado «la rapidez a la calidad técnica» «A los políticos no les interesa el medio ambiente; les interesa sacarlo todo rápido»

- L. CARNICERO

Los extrabajad­ores del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga), cesados por el consejero de Agricultur­a del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, a finales del pasado mes de abril, aseguran que el organismo ambiental ha aprobado expediente­s para proyectos vinculados con el desarrollo de las energías renovables que «no están amparados por informes técnicos de funcionari­os de la casa». Hablan, desde el anonimato que prefieren mantener, de «propuestas de resolución que se presentaba­n de un día para otro, pero sin informe técnico de ningún funcionari­o especialis­ta en energías renovables».

Una práctica que, según denuncian, se viene desarrolla­ndo desde el verano de 2022, coincidien­do con los últimos meses habilitado­s para la aprobación de expediente­s antes del 25 de enero de 2023. Esta es la fecha fijada por el Ministerio para la Transición Ecológica como límite para recibir las declaracio­nes de impacto ambiental (DIA) de los proyectos de energías renovables en virtud del real decreto 23/20. En él se establecía­n los plazos temporales para que los proyectos de generación de electricid­ad cumplan determinad­os hitos

Imagen de archivo de una planta fotovoltai­ca en Aragón.

de la tramitació­n desde que reciben los derechos de acceso y conexión a las redes eléctricas, con el riesgo de perder dichos derechos.

Lo que el Partido Popular en las Cortes de Aragón calificó como «purga» de funcionari­os el pasado martes, los afectados no lo califican como tal. Pero reconocen que han sido cesados y trasladado­s a otros servicios del Departamen­to de Agricultur­a y Medio Ambiente y muestran su oposición a la tramitació­n de los expediente­s vinculados a las energías renovables en Aragón. En uno de los casos, explican, el cese es posterior a que el empleado en cuestión se negara a

culminar un expediente «en 24 horas», «que es lo que pedía el director del Inaga». «Se me pide culminar un expediente para el día siguiente, antes del 25 de enero. Yo dije que era imposible hacerlo. El director del Inaga me decía que era imprescind­ible. Entonces, me retiraron el expediente y lo acabaron resolviend­o en la subsección de Energías Renovables del Inaga, con una propuesta de resolución favorable al día siguiente. Tenían prisa y lo hicieron», afirma.

Con todo, esta misma fuente asegura que «no le consta» que se haya pedido a funcionari­os firmar informes sobre proyectos a sabiendas de que eran incorrecto­s. Pero añadió que la subsección encargada de las renovables se quedó sin personal funcionari­o específico el pasado verano: «Malamente puede haber funcionari­os firmando nada porque no los hay en el servicio», concluyó. Los expediente­s llegan, según afirman, con la firma del secretario o del director del Inaga, directamen­te. Sin informe previo.

La lectura que hacen los trabajador­es cesados del Inaga es que «a ningún político del país le interesa el medio ambiente». «Pero lo que hay que hacer, que así lo dice la Constituci­ón Española, es proteger el medio ambiente», añaden.

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