«Apagó las luces, me empujó contra la cama y me violó»
La Fiscalía solicita 12 años de cárcel para el acusado, que niega totalmente los hechos Según los peritos, el relato de la víctima es «vago y carente de contenidos»
La Audiencia Provincial de Zaragoza celebró ayer por tercer día consecutivo un juicio por un delito de agresión sexual en el que nuevamente volverá a jugar un papel clave la prueba pericial practicada durante el plenario, ya que el acusado y la víctima ofrecieron versiones totalmente diferentes de los hechos y se desmintieron mutuamente. Según relató esta joven de 15 años, se trata de un episodio sexual con penetración, sin preservativo y sin consentimiento por el que el acusado, identificado como Manuel K. y natural de Ghana, afronta doce años de cárcel a petición de la Fiscalía y de la acusación particular. También solicitan para él la expulsión del país durante diez años cuando haya cumplido dos tercios de la condena y una indemnización de 5.000 euros.
Sin embargo, los psicólogos y los médicos forenses que comparecieron ante el tribunal provincial, presidido por el magistrado José Ruiz Ramo, tildaron el relato de la joven de «complejo», «vago», «carente de contenido» y «muy difícil de comprender». En esta línea se pronunció la letrada de la defensa, Carmen Sanz Lagunas, de modo que insistió en la absolución de su representado.
Los hechos denunciados se remontan a última hora de la tarde del 18 de febrero del año pasado; ambos reconocieron que se conocieron ese mismo día en el barrio Delicias de la capital aragonesa. «Yo estaba hablando con mis amigos y de repente apareció ella diciendo que también entendía nuestro dialecto. Me dijo que tenía su móvil estropeado y que si le podía acompañar a una tienda de chinos para ver cuánto le costaba repararlo. Fuimos dando vueltas por tiendas de segunda mano, pero luego me dijo que no tenía dinero para un Iphone. Le dejé 10 euros para que cogiera el autobús de vuelta a su pueblo», recordó el procesado, negando rotundamente, a preguntas de la Fiscalía, la supuesta violación. «Ni un segundo, nada de nada. Yo no la conocía de nada. ¿Cómo voy a tener sexo con ella?», zanjó.
Por su parte, la víctima aseguró haber subido en la furgoneta para «aparcar por Delicias», aunque luego terminaron en «otro barrio». «Cuando entré a su casa, me metió en la habitación y cerró la puerta. Me ofreció algo de beber, apagó las luces y me empezó a tocar y a besarme. Me empujó contra la cama y me violó. Yo no quería y me estaba haciendo daño; vi que tenía los pantalones manchados con algo blanco y de sangre», señaló esta quinceañera. Tras ello, volvieron a montar en la furgoneta «para ir a lo del móvil». «Yo iba con toda la prisa y él aprovechó para escaparse», añadió. Tardó tres días en presentar denuncia ante la Jefatura Superior de Policía de Aragón pues tenía «miedo de que nadie me creyera». Respecto a la prueba pericial, las psicólogas del Instituto de Medicina Legal y de Ciencias de Forenses de Aragón (Imlcfa) comprobaron que la madurez de la joven es «baja» y los hechos que ella les denunció completan un «discurso vago, carente de contenidos y con fuga de ideas». «No anexaba bien el discurso, se iba por las ramas y no era concisa», concretaron.
En paralelo, los forenses explicaron que no encontraron signos de violencia o lucha durante la exploración física que le practicaron. Tampoco apreciaron lesiones en los genitales y, tras la prueba de lavado vaginal, descubrieron la ausencia de ADN de hombre. «Si es una penetración sin preservativo, debería haber algún resto, pero, si no llegó a eyacular, es posible que no aparezca nada», aclararon, para finalizar: «Existen episodios de autolesiones, como forma de llamar la atención. Juntando todas las piezas, hay poca relación con lo que vemos».
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