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Nayim, Cedrún, Aguado y Belsué descubren la maqueta que recrea el tanto del ceutí = El ingeniero Evelio Gracia invirtió 3.500 horas en ella para explicárselo a su hija invidente
«¡Pero si está aquí Dios!», le dicen a Nayim. Claro, es 10 de mayo y ya no hay manera de que ese no sea su día. 28 años después el zaragocismo todavía recuerda y se emociona con su gol, el gol, y el título de la Recopa. Los protagonistas, el propio Nayim, Cedrún, Aguado y Belsué, se reúnen porque el Museo del Fuego descubre la maqueta de ese momento mágico a la que el ingeniero Evelio Gracia ha dedicado 3.500 horas de su vida. El Parque de los Príncipes, los 22 jugadores en la posición que estaban en ese momento eterno, el balón y la parábola mágica.
«¿Están todos en su sitio?», le preguntan. «Me documenté con los vídeos para que así fuera», contesta Evelio. «Andoni no estaba tan adelantado», suelta Aguado para la carcajada general. Y es que el ambiente es distendido, familiar, pese a la multitud que se arremolina en el sótano del Museo del Fuego, incluida la plana mayor de la corporación municipal con el alcalde Jorge Azcón a la cabeza y los concejales Sara Fernández, Víctor Serrano y Natalia Chueca. También está presente el Real Zaragoza por medio de su director general, Raúl Sanllehí, así como los Bomberos y la Peña Zaragocista Arde París.
En una pantalla se proyectan los dos goles del Real Zaragoza aquel 10 de mayo. Primero el de Esnáider. Y Nayim, que solo hizo el gol más importante de la historia del club, le dice a Sanllehí: «Raúl, ¿has visto qué golazo?. Es impresionante». Después viene el suyo y ese es el momento de la pregunta de rigor, «¿dónde estabas entonces?». Azcón, Chueca, todos los presentes, todos los zaragocistas, guardan con nitidez ese instante, a quién se abrazaron, con quién lloraron.
Por un rato, el protagonista pasa a ser Evelio Gracia, ingeniero técnico industrial, autor de la gran maqueta ferroviaria que preside la sala con los principales símbolos de Aragón y un parque de bomberos del que sale un camión cuando recibe una alerta y esta del Parque de los Príncipes. Evelio empezó a hacer este tipo de maquetas por su hija Belén, invidente, para poder explicarle cómo eran los goles del Real Zaragoza. Porque padre e hija no faltaban a La Romareda con su gorra y su bufanda.
El protagonista El recuerdo
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Foto de familia con el banderín de la final. -
La obra puede verse en el Museo del Fuego gracias a la peña Arde París de los bomberos
El autor
Nayim es saludado por un bombero. - El nivel de detalle de la maqueta dejó sorprendido a todos y Evelio fue quien se llevó todos los aplausos. «Es algo increíble lo de Evelio, tantas horas de trabajo para hacer algo tan maravilloso para la eternidad, para el recuerdo. Para que todo el que venga aquí lo pueda ver y sepa que en un momento de la historia el Zaragoza ganó un título europeo», dijo Nayim. El protagonista, con quien el alcalde bromea con encargarle una maqueta de la nueva Romareda, estaba encantado porque «hace cinco años estaba muy preocupado porque eso podía llegar a la basura. Pero que se haya interesado el Museo del Fuego y lo haya puesto aquí ha sido para mí lo que yo esperaba. Además, que estuvieran los jugadores ha sido espectacular. Ha sido un acto muy entrañable», señaló.
«Estamos orgullosísimos de aquel momento, lo recordamos con una sonrisa en la cara y, evidentemente, queremos que se vuelva a repetir», dijo el alcalde, Jorge Azcón. Para concluir, los protagonistas se hicieron una foto con el banderín con el escudo del club de tres metros de ancho y cinco de largo que colgó hace 28 años del techo del Parque de los Príncipes. La Peña Arde París lo llevó para la ocasión. Porque era 10 de mayo y eso el zaragocismo siempre lo celebra.
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