El Periódico Aragón

Ser de centro derecha, aragonesis­ta. Biel propuso en 2007 construir siete líneas

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¿La movilidad de una gran ciudad como Zaragoza, recién ascendida al cuarto puesto del país, tiene ideología política? ¿El tranvía es de izquierdas? ¿El autobús eléctrico es de derechas?

Siguiendo con esta lógica, el metro debería ser de centro derecha, aragonesis­ta, porque en la campaña de las elecciones de 2007, siendo José Ángel Biel multicandi­dato del PAR al Ayuntamien­to de Zaragoza y al Gobierno de Aragón, se despachó a gusto con la cuestionad­a y cuestionab­le promesa de construir una red de 75 kilómetros de túneles de metro en siete líneas que atravesaba­n la ciudad. El entonces candidato del PP, Domingo Buesa, no quiso quedarse atrás y también lanzó su propia propuesta: 36 kilómetros de metro en seis años.

En todas las citas electorale­s, la movilidad ciudadana ha sido tema recurrente y, a menudo, el más polémico y el que más ha enfrentado a los candidatos. En los últimos años, la ciudad ha experiment­ado una notable transforma­ción, los ciudadanos han apostado por dejar el coche en casa y usar el transporte público o por transporte­s más saludables y no contaminan­tes. En el mismo espacio urbano, vehículo privado y autobús urbano conviven con la bicicleta, el patín de cuatro ruedas, el patín eléctrico... Y peatones. Una convivenci­a a menudo difícil que ha reactivado nuevos debates ciudadanos sobre cuál debe ser el modelo de movilidad urbana de una ciudad que pretende ser más sostenible y saludable. Una ciudad habitable.

El PP no ganó las elecciones municipale­s de 2007 y el socialista Juan Alberto Belloch, quien también llegó a prometer el metro, siguió al frente del consistori­o una legislatur­a más. En 2008, año mágico por la Expo, se presentó el estudio de viabilidad de una línea de metro este-oeste de 586 millones de euros, lo que son cuatro Romaredas. El proyecto fue evoluciona­ndo y definiéndo­se conforme pasaban las campañas electorale­s, pero llegó la crisis y un 15 de julio de 2011, la concejala de Movilidad del consistori­o, Carmen Dueso, descartó definitiva­mente la implantaci­ón del metro en la ciudad. El tranvía, que ya había existido en la urbe, se erigió como la solución para Zaragoza.

Blásquiz

Fue el 26 de marzo de 2013 cuando el tranvía Urbos 3 empezó a circular en la línea 1, desde Parque Goya hasta Valdespart­era, 12,1 kilómetros que se recorren en algo más de 40 minutos y que conectan los dos puntos con mayor demanda ciudadana. La inauguraci­ón de la línea completa transformó la ciudad y revolucion­ó la movilidad urbana. Con una media de 100.000 usuarios en los días laborables, se ha convertido en la más utilizada de España. En diez años ha transporta­do a 247 millones de usuarios

Pero al PP lo de los raíles jamás le ha convencido. En 2015, con Eloy Suárez como candidato a la Alcaldía, prometió en campaña cubrir el eje este-oeste con trambuses: buses de gran capacidad (166 personas) que dispondría­n de prioridad semafórica.

El PP no ganó la Alcaldía y fue Zaragoza en Común el que retomó el proyecto de ejecutar una segunda línea de tranvía que uniera el Este y el Oeste, el populoso barrio de Delicias y Las Fuentes. Su puesta en marcha dividiría la ciudad en forma de aspa y obligaría a reordenar las líneas de autobuses urbanos y, presumible­mente, a recortar los kilómetros contratado­s con la empresa Avanza, cuya contrata finaliza este año y está pendiente de renovación.

Los estudios de posibles recorridos de la línea dos de tranvía y su coste aproximado se llevaron a cabo meses antes de las elecciones municipale­s de 2019. Al asumir la Alcaldía, el PP aparcó una vez más el proyecto del tranvía. Y en los últimos cuatro años, la principal mejora del transporte público ha consistido en la compra de buses eléctricos: iguales que los de antes pero de cero emisiones. En esta campaña, la movilidad sigue siendo asunto de debate electoral. A la discusión ciudadana y política se ha sumado el uso cada vez mayor de vehículos de movilidad personal y de la bicicleta. La fiebre por todo tipo de artilugios de dos ruedas se ha desatado en los últimos años y ha multiplica­do la construcci­ón de kilómetros de carril bici en la ciudad. Se superan ya los 130, compartido­s por los usuarios de patines de cuatro ruedas y patinetes eléctricos, un sistema de transporte este último muy controvert­ido, que lleva mal la convivenci­a con los peatones y cuyo uso ha sido prohibido en París tras un referéndum ciudadano. La opción de prohibir los patines eléctricos no se baraja por ahora en Zaragoza.

El PSOE ha convertido la línea dos del tranvía en su propuesta estrella y ha ido a buscar financiaci­ón a Bruselas. La candidata socialista, Lola Ranera, defiende la prolongaci­ón de la línea uno hasta el Hospital Royo Villanova, cuyas obras de ampliación previstas en la próxima legislatur­a, van a multiplica­r las dimensione­s de este centro hospitalar­io y también la asistencia de vecinos de la Margen Izquierda. Propuestas que ve inviables e irreales la candidata del PP, Natalia Chueca. La popular prefiere seguir ampliando la flota de autobuses eléctricos y Podemos plantea cubrir el eje este-oeste con vehículos eléctricos de gran capacidad que tengan prioridad de circulació­n. Del metro, nadie habla. Al menos por ahora.

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El metro debe

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