Ocurrencias Chueca
El otro día me quedé de piedra cuando paseando por mi barrio, a la altura de la plaza de las Canteras, vislumbré desde lejos un hermoso arco de flores y ramas que parecía dar la bienvenida a los vecinos o visitantes que bajan al centro. Me asombré de que nadie pasará por debajo ni sacará el móvil para inmortalizar ese momento florido. ¡Eran flores y adornos de plástico!
Pasé por debajo, toqué los adornos, y aquello era como si estuviera en un chino pero en el exterior. Luego, me he enterado de que la responsable de Parques y Jardines, Natalia Chueca parece que ha decidido decorar la ciudad a base de flores de verdad, con sus famosas siluetas de la virgen del Pilar rellenas de flores, en las zonas céntricas de la villa (ejemplos en plaza Paraíso, Gran vía) pero en los barrios hacerlo solo con ramajes de plástico para que se noté bien la diferencia de clase social y de territorio desconocido.
Semejante contraste me pareció una ofensa burda y de mal gusto. Sobre todo para una señora que es candidata a la Alcaldía de la ciudad por el PP, y que va ordenando plantar flores en un alarde, dice, de «renaturalizar» la ciudad en plazas, calles principales y espacios donde pasea la gente de bien (a lo Ayuso). Me gustaría saber qué floristería ha conseguido la concesión de semejante afán floral.
Le recomiendo a la responsable que antes de que acabe la campaña electoral se atreva a subir hasta la plaza de la Memoria Histórica (donde estaba la cárcel) y vea la vergüenza y abandono en que se ha convertido un lateral de dicha plaza. Lugar habitual donde defecan los perros, cerrado con verjas dobladas por el cierzo, y decorado con papeles, toallitas húmedas y envoltorios varios de cualquier producto que se pueda imaginar. Vamos, lo habitual en espacios donde el olvido se perpetua, crece y se multiplica. Señora Chueca, no es tolerable que ese lugar lleve una placa en homenaje a la Memoria Histórica. Me da igual que ese terreno sea de la constructora que levantó los bloques de viviendas VPO, que desapareció hace años escurriendo el bulto. El responsable primero y último de este agravio es el Ayuntamiento de Zaragoza. Y no me olvido de los 134 alcorques cegados con cemento por el ayuntamiento en varias calles de Torrero. Y que solo las protestas de los vecinos han conseguido indultar a más de 100 que esperan su renovación arbórea para el próximo otoño.
Queremos árboles, flores, respeto y dignidad.
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Periodista y escritora