El Periódico Aragón

Acostumbra­das a gestionar y a tener que organizar todo»

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Para que una situación se convierta en normal hay que hacer gestos que agiten la actualidad. Eso lo pensaron varias mujeres de Angüés, que en las pasadas elecciones municipale­s formaron una lista íntegramen­te femenina con la que llegar al consistori­o de esta localidad oscense. Cuatro años después, la agrupación municipal Mujeres por Angüés repite como opción electoral para completar los proyectos que se han quedado a medias y seguir cambiando el paso de la política de la localidad.

«Ha sido una experienci­a muy intensa, de mucho trabajo, pero que se nos ha pasado muy rápido», resume Herminia Ballestín, alcaldesa del municipio y, de nuevo, número uno de la lista de mujeres en la localidad. «Afrontamos el inicio del trabajo con mucha ilusión», recuerda Ballestín, que no se quita de la cabeza «la gestión de la pandemia, que fue un momento muy duro para todos».

Pese a ello, no es el coronaviru­s lo más importante de una lista electoral que «surgió desde la normalidad más absoluta». Naturalida­d, sin decisiones forzadas, en un proyecto político que llegó para transforma­r la visión de los vecinos y de toda la comunidad. «No tenemos vida de partido, porque somos un grupo pequeño», explica Ballestín, que sí que tenía experienci­a previa en política, ya que de joven estuvo en algunas listas del PSOE, pero siempre como independie­nte. Llegó a ser concejal en Angüés, que hoy conforma su ayuntamien­to con siete representa­ntes.

Su regreso a la vida política con esta especial formación tiene un objetivo claro y transforma­dor, para acabar con la arcaica visión de que la política es asunto de hombres. Ballestín considera que Mujeres por Angüés era un proyecto que «quería cambiar un poco las cosas y nos parecía muy interesant­e formar esta opción que demostrase cómo es la gestión en femenino».

Cuatro años después, los efectos se han notado y Angüés ya se vive de otra manera. Una ligera transforma­ción que no tiene receta, más allá del esfuerzo de sus participan­tes: «Necesitas vocación de servicio para hacer esto, porque te ocupas de todo y no ves ni un euro». Un trabajo «gratifican­te» para Ballestín y su equipo, que no encuentran frustracio­nes en que sus paseos por el pueblo se hayan convertido en reuniones de trabajo, porque

«la gente te para por la calle y te cuentan cualquier problema que creen que puedes resolver».

Esa cercanía y ese trabajo constante han sido importante­s para que por la cabeza de Ballestín, y del resto de sus compañeras, siga manteniénd­ose esa ilusión y esa vocación necesarias para mantener vivo el proyecto y aspirar a un segundo mandato en su municipio. «No he encontrado en estos cuatro años ninguna razón para que no me apetezca volver a presentarm­e», certifica la candidata a la alcaldía, que siente que en toda esta etapa «la gente ha ayudado a la corporació­n municipal y ha respetado las decisiones más importante­s que nos ha tocado tomar».

Una nueva etapa al frente del consistori­o implicaría una segunda legislatur­a en la gestión, con una experienci­a mayor y, quizá, con una exigencia mayor por parte de sus vecinos. «Nos presentamo­s otra vez porque tenemos que acabar algunos proyectos que no nos ha dado tiempo a terminar», detalla Ballestín, que añade que la supuesta segunda gestión de Mujeres por Angüés también llegará «con muchas cosas nuevas que queremos hacer en la localidad». El reto, más grande que en la primera ocasión, se ve como una buena oportunida­d en el pequeño seno de la agrupación electoral: «Estamos preparadas para ello y estamos muy acostumbra­das a la responsabi­lidad y a tener que solucionar problemas». Estas dos cualidades, que la candidata observa en todas sus compañeras, las siente como «innatas» para cualquier mujer.

«Como mujeres estamos acostumbra­das a gestionar y a tener que organizar todo en nuestras vidas y en las de nuestras familias», comenta la todavía alcaldesa, que pese a ello lamenta que, en ocasiones, «la sociedad no se espera que las mujeres demos el paso de saltar a la política».

En poco, por no decir en nada, se parece la actividad política que a diario copa los informativ­os de televisión con el oficio que se desarrolla en pequeños municipios como Angüés. Esa voluntad, y la ilusión que siempre debe acompañar, es lo que diferencia, para Ballestín, el trabajo de unos y otros. «Alguien tiene que hacer las cosas», confirma la alcaldesa de la localidad, deseosa de que más gente de este tipo de pasos y «aporte su visión y sus formas, algo que debemos hacer todos para mejorar nuestros pueblos».

Con la vista puesta en el 28 de mayo, Ballestín se mueve en su forma de expresar entre la calma del que ya conoce lo que es dirigir un consistori­o y las ganas por seguir trabajando, sacando adelante algunos de esos proyectos que se han quedado en el tintero. No hace mucha campaña, asegura, porque en localidade­s pequeñas «no hace mucha falta y la gente vota a la persona, a los que conoce». Mientras esto sucede, solo reivindica un segundo mandato porque se necesita «un poquico más de tiempo para terminar algunas desas acciones que se nos han quedado a medias y para poder proponer cosas nuevas a todo lo que hemos hecho en estos cuatro años». No desvela mucho sobre las posibles novedades que se pueden incluir en su gestión municipal, pero confirma que uno de los proyectos que más le ilusiona para los próximos años es «un taller de empleo que se centra en los trabajos tradiciona­les de la zona, como una forma de reivindica­r nuestra propia historia y la de todos los trabajador­es de esta comarca».

Mujeres por el Municipio es una agrupación que llegó al poder en la localidad oscense en las pasadas elecciones Su objetivo es revalidar el puesto y completar los proyectos

H. Valgañón

«Como mujeres estamos

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