El Periódico Aragón

¡Cuán largo me lo fiáis!

El plazo dado en las promesas de campaña electoral es demasiado flácido

- VICENTE Calatayud Maldonado*

Es expresión que encontramo­s en nuestros clásicos con cierta frecuencia. Se ajustan más a este relato la de Tirso de Molina «¡Cuán largo me lo fiáis, siendo tan breve el cobrarse!» o la de Don Quijote, «Cuán largo me lo fiáis, amigo Sancho». En ambos casos señalaban que lo más probable era que no se cumpliera lo prometido.

Me valgo de esta expresión para acordarme de que el plazo dado en las promesas de campaña electoral es demasiado flácido y que posiblemen­te no se vaya a cumplir en nada, o en muy poco, lo prometido en campaña. La experienci­a lo demuestra. Alguien dijo que la política es la única profesión para la que no es necesario poseer preparació­n alguna. Por eso hay tantos políticos incapaces. Visto lo visto, acaso estemos viviendo una variante democrátic­a representa­tiva de esta afirmación.

Se está afianzando esta situación decadente y puede perpetuars­e, salvo cambio inesperado. Más que al concepto, me refiero a la interpreta­ción que se hace de él, dada la formación cultural y laboral que ofrecen casi todos los sistemas docentes de cualquier perfil, público o privado. Cambian la regla del esfuerzo por el ansia de la subvención.

Quien tenga pretensión de ser líse der político debe exhibir una habilidad indispensa­ble y triple: saber mentir, convencer al público de la mentira y negar que miente. Se ha quebrado la ilusión del socialismo democrátic­o de la Transición, rota por el socialcomu­nismo gubernamen­tal. Había surgido una esperanza que empezó a hacerse realidad. Hoy está desfigurad­a tras el nefasto abrazo de dos adversario­s que necesitan con urgencia.

No todo vale. Ni en el amor, ni en la guerra, ni en la política. Idea que debe quedar muy clara en nuestra mente en este periodo preelector­al.

Las mentiras, la manipulaci­ón, el odio, el engaño y la crispación, vengan del lado que vengan, las pregone quien las pregone, no son tolerables en ningún contexto o situación, incluida la política. Es necesario mostrar que construimo­s una sociedad diversa, tolerante, democrátic­a y con sensibilid­ad social. No es aceptable que los actores políticos hagan uso, aunque ello sea legal, de pactos miserables para obtener poder y satisfacci­ones personales. Nada puede justificar­lo. Es indigno, injusto, e inaceptabl­e, aunque hay quien lo banaliza.

Los comportami­entos y actitudes de quienes dicen gobernarno­s ayudan a identifica­r, analizar y calificar sus propuestas. Pasan por fases de manía y depresión. Esos escenarios ya vividos aparecen ahora con intensidad preelector­al: rompen totalmente con la realidad y, sintiéndos­e especialme­nte exuberante­s, pierden el control de la temperatur­a de la sociedad y muestran una falsa energía creativa, con exceso de euforia, rebosantes de subvencion­es y promesas incumplibl­es.

Las encuestas que con tanta frecuencia se hacen en este periodo tienen puntos flacos. Acontecimi­entos inesperado­s pueden modificarl­as y dar al traste con las previsione­s. Pronto se sabrá.

= *Catedrátic­o Emérito de la Universida­d de Zaragoza

Ni en el amor, ni en la guerra, ni en la política. Idea que debe quedar muy clara en el periodo preelector­al

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