I&M ADBQJ FT FUFSOPu
Real Zaragoza Aguado, Víctor Muñoz, David Villa, Lafita, Víctor Fernández, Javi Ros, Natxo González y JIM diseccionan la figura de Zapater y recalcan los valores de honestidad, profesionalismo y ejemplo
Profesionalidad, entrega, zaragocismo, honradez… Un recorrido por los que han acompañado en su carrera deportiva a Alberto Zapater da para hacerse una idea clara del tipo de jugador y de persona que ahora dice adiós. Y casi el acento hay que ponérselo más en lo segundo, en lo que destacan los que han compartido muchas horas de vestuario y de trabajo con él. Xavi Aguado, que junto a Violeta es el único que le supera en partidos como zaragocista y que fue su primer representante, Víctor Muñoz, que le dio la alternativa, compañeros como Ros, Villa o Lafita, y otros entrenadores como Víctor Fernández, que lo tuvo en dos etapas, Natxo González o JIM diseccionan al jugador, a la leyenda. «El capi es eterno», sentencia JIM. Veamos por qué.
En el joven Zapater que dio el salto desde el juvenil al primer equipo destacaba a su lado Xavi Aguado, que fue su primer agente. «Llegó joven y rápido y tuve la suerte de acompañarle en los primeros pasos como su agente, con su irrupción estelar y esplendorosa desde juveniles al primer equipo y logrando la Supercopa», dice el otro gran capitán, que destaca que «ha tenido la constancia, la gallardía y el esfuerzo para salir de todos los problemas de lesiones, tuvo que dejar el Zaragoza por la crisis económica del club y de su grandeza habla el volver para intentar recuperar la categoría. Es una leyenda y para los chavales ha sido y tiene que ser un espejo, por lo que ha aportado y por lo que ha reflejado de sentimiento zaragocista», añade Xavi.
Nyon, punto de partida
El entrenador que le dio esa oportunidad fue Víctor Muñoz. Se lo llevó a Nyon y tras tres semanas de pretemporada en un Zaragoza campeón de Copa volvió como fijo en el medio. «Vimos posibilidades y capacidad desde el principio y demostró enseguida su nivel. Al ser de la cantera y aragonés además de tener tantas condiciones lo tuve claro desde el principio, tenía que jugar», asegura el entrenador aragonés, que ha sido también jugador y hasta secretario técnico en el Zaragoza y que tiene claro que «las lesiones le impidieron quizá llegar a ser internacional, pero estamos hablando de casi 20 años de carrera, de empezar a jugar con 18 años y con casi 38 seguir teniendo muchos minutos en esta temporada. Es
Primera etapa
Con Víctor Muñoz, el técnico de su debut en el Zaragoza. - un ejemplo y sin duda una leyenda del Zaragoza y es una pena que haya tenido que jugar tantos partidos en Segunda con el club de su vida».
En aquel Zaragoza campeón de Supercopa ya con Zapater en sus filas y que unos meses antes había levantado la Copa del Rey estaba David Villa. «Me quedo con una persona fantástica, y también con el jugador, que lo ha sido para el Zaragoza y a nivel nacional. Lo conocí siendo un niño cuando se incorporó al primer equipo. Tiene que estar muy orgulloso, porque la gente que estamos a su alrededor y le queremos lo estamos. Es todo corazón, como persona y jugador y lo ha demostrado con esa vuelta al Zaragoza, queriendo ayudar al equipo de sus amores», remarca el Guaje.
Con Lafita compartieron pasos desde el juvenil zaragocista, estre
no en el primer equipo, con dos Ligas juntos (05-07), para marcharse después ambos lejos de La Romareda y tener, los dos, un regreso a casa. «Es un profesional como la copa de un pino, que siente que es uno de los nuestros y que lo lleva en el corazón. Es el jugador y el compañero que yo habría querido tener en cualquier equipo de mi carrera, por la calidad, por la jerarquía y por su implicación en el vestuario. Es de esas personas que te regala el fútbol y sabes que es de por vida», asevera Lafi.
En dos etapas coincidió Víctor Fernández con Zapa, entre 2006 y 2008, en los comienzos del ejeano, y en el regreso del entrenador en octubre de 2018 y hasta agosto de 2020, después de que la pandemia frenara el ascenso. «Ha sido un ejemplo de zaragocismo, de un jugador que ha defendido su camiseta con pasión, dedicación y profesionalidad. No tuve la suerte de disfrutar del mejor Zapater, de su capacidad, golpeo y sentido táctico por las lesiones en la segunda etapa, pero también eso destaca su gran virtud: su resistencia, su capacidad de superación, el espíritu de regatear a la adversidad. Cualquier otro habría tirado la bandera hace tiempo y él resistió», explica el entrenador con más partidos en la historia del Zaragoza, que también remarca las condiciones de un futbolista que destaca por «su polivalencia, su versatilidad y capacidad de entender el juego, además de ser un ejemplo de dedicación en el vestuario y de responsabilidad, a veces en demasía, que le hacía vivirlo todo con demasiada tensión. Y siempre mantuvo los valores de la cantera y de ser ejemplo para los jóvenes».
Javi Ros llegó un año antes que Zapa, en la 15-16 y ambos compartieron capitanía varias temporadas, hasta junio pasado: «Nos hacía entender lo que es el Zaragoza, en el respeto al club, el amor a unos colores y lo que debe ser el profesional en el día a día. Era un apoyo constante, ayudando a que el sentimiento de pertenencia apareciera, como hizo en mi caso, que puedo decir que soy zaragocista por los valores que él me enseñó de ese escudo».
«Soy zaragocista por el sentimiento de pertenencia y los valores que me inculcó», dice Ros
SU PRIMER REPRESENTANTE
«Es una leyenda, ha sido y tiene que ser un espejo para los chavales de la cantera»
Natxo y JIM
Ya en esta segunda etapa en el Zaragoza, la que comenzó en 2016 vivió con Natxo González la que fue probablemente su temporada más completa, la 1718, con 42 partidos y cuatro goles, y en la que el Zaragoza dijo adiós al retorno al caer en la promoción con el Numancia: «Todos sabemos el sentimiento, el liderazgo natural, su profesionalidad, dedicación, constancia, sacrificio, el cuidarse…. Y todos conocemos sus características dentro del terreno de juego», indica el míster vitoriano, que añade: «Y yo destacaría aspectos que no se ven, como su pasión e interés por el juego en sí y su sinceridad para ayudar en todo momento. En todos los grupos que yo entrene, me gustaría tener un Zapater», espeta.
Aterrizó JIM en un Zaragoza penúltimo y que agonizaba y recuerda el alicantino como desde el primer entrenamiento previo al partido de Copa en Torrelavega, Zapa fue su refugio y su mejor consejero. «Fue un privilegio compartir vestuario con él y la primera persona que me inculcó los valores del club del león. De él está todo dicho, pero remarco su honestidad, su capacidad de trabajo, el Zapater padre… Gracias a lo que me aportó se pudo lograr esa salvación que logramos estando en la uvi», dice JIM, para el que el ejeano «jugase dos minutos o 90 estaba siempre ahí, a los compañeros los hacía mejores, ayudaba a los recién llegados… El capi es eterno». Lo es.
=
ENTRENADOR DE SU DEBUT
«Con esas condiciones y siendo aragonés tuve muy claro que tenía que jugar»
ENTRENADOR EN DOS ETAPAS
«Con las lesiones otro habría tirado la bandera y él resistió, esa es su gran virtud»
COMPAÑERO EN LA 04-05
«Es todo corazón, como persona y jugador. Tiene que estar orgulloso»
COMPAÑERO DESDE EL JUVENIL
«El compañero que habría querido tener siempre a mi lado, profesional como la copa de un pino»
ENTRENADOR EN LA 17-18
«Liderazgo, sentimiento, profesionalidad... Siempre querría tener a un Zapater»