APPLE TV+ ha estrenado esta semana la nueva serie en la que la actriz se transforma en una Colombo hiperactiva
Ya compartieron el cartel de Flirteando con el desastre en 1996, pero ha sido en los últimos años que Patricia Arquette y Ben Stiller se han convertido en inseparables. En la miniserie de 2018 Fuga en Dannemora, dirigida por el segundo, la antigua heroína de Amor a quemarropa encarnaba a otra mujer que decidía salir a la fuga no con un amante, sino un par de ellos, ambos convictos del Centro Penitenciario
Clinton. Y en la mejor serie internacional de 2022 según este diario, Separación, también dirigida con pulso maestro por Stiller, Arquette era una jefa de pesadilla en esa compañía con un método peculiar para facilitar la conciliación laboral y familiar de sus empleados.
La actriz está bastante más abrazable en High Desert (Apple TV+, desde el miércoles, día 17), creación de Nancy Fichman, Jennifer Hoppe y Katie Ford que, sin sorpresas, iba a dirigir Stiller, finalmente solo en funciones de productor. Arquette brilla como protagonista en el papel de Peggy, drogadicta en recuperación con varios papeles en un parque temático del Oeste en mitad del desierto californiano. A la vez que lucha por dejar las drogas, trata de superar la reciente muerte de su madre (Bernadette Peters) y divorciarse del que fuera su antiguo socio (Matt Dillon) en chanchullos de drogas. Cuando sus hermanos, la visitan para avisarle que no puede seguir ocupando la casa de mamá si no gana suficiente para pagar la hipoteca, Peggy decide reinventarse para hacer dinero más fácilmente y, de paso, dar marcha a su vida. Su plan es convertirse en detective privada bajo la supervisión del veterano Bruce Harvey (Brad Garrett), cuyo negocio no pasa por el mejor momento, pero aún puede ir a peor. Convertida en la becaria más rebelde, Peggy cambia el vestido de cancán por la gabardina y se transforma en una Colombo hiperactiva e irrefrenable, inasequible al desánimo, aunque los golpes puedan ser duros.
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