¿Creemos en la cultura?
Monserrat
La campaña electoral, bastante anodina por cierto, va quemando etapas y no parece que haya nada que se salga del raíl marcado. Por esto, también ha llegado el momento de desvelar los planes culturales de cada partido. Sin llegar a valorar si son apuestas que se cumplirán o no, la sensación que me queda es que, salvo raras excepciones, se lanzan para cumplir el expediente y, en muchas ocasiones, sin creer ni siquiera en ellas. Es decir, lanzo mi batalla de propuestas, porque hay un sector que me las pide, a ver si convenzo a alguien y casi hasta me olvido de defenderlas.
Buena prueba de ellos son los debates electorales que hasta ahora se han producido (incluido el que celebró esta misma semana EL PERIÓDICO DE ARAGÓN con los candidatos a la alcaldía de Zaragoza). Cuando llega el bloque de cultura la mayor parte del tiempo se consume en criticar los planes del de al lado o en desacreditar la valía del candidato o candidata. En una mínima parte, los alcaldables cuentan lo que pretenden hacer en política cultural y... a otra cosa.
No voy a hablar de propuestas concretas porque las valoraciones quizá habría que hacerlas a posteriori, que el sector cultural está ya cansado de esperar muchas veces a que se cumplan promesas que nunca se hacen realidad, pero lo que sí me parece es que lo que sucede cuando llegan las campañas electorales es, desgraciadamente, una constatación del papel que se le quiere dar a la cultura a nivel social.
Me explico. Por un lado, se le exige que exista, que siga produciendo para que cuando la necesitemos esté ahí, pero, por otro, no parece importarle mucho a la gran mayoría que no haya una apuesta decidida por ella. En el siglo XXI está (casi) todo inventado y la consecuencia de todo esto es que nadie haga un gran esfuerzo por convencer al electorado de que su apuesta cultural es la mejor. ¿Por qué? Porque para que eso suceda, los partidos se tienen que ver interpelados por
Respuesta
El público nunca falla en -
estos días es la constatación del papel que se le quiere dar a la cultura
los conciertos. la sociedad para que les desvelen qué van a hacer con ese sector que siempre está ahí y que tantos buenos momentos regala en muchos instantes de nuestra vida.
Y eso es un gran problema porque, hasta el momento, parece que sin un plan educativo potente que incluya la cultura como un aspecto troncal del mismo, desde arriba no se está generando esa necesidad de cultura