El Periódico Aragón

Por las renovables

El Inaga rompe su silencio y asegura que hubo legalidad en la tramitació­n de los 700 proyectos, pero Azcón insiste en abrir una comisión de investigac­ión y Lambán le anima a denunciar todo en la Fiscalía, donde lo llevó Teruel Existe

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L. M. G. J. H. P.

Las sombras en la gestión del boom de parques de energías renovables en Aragón se instalaron sobre el edificio del Inaga el pasado diciembre. En aquel momento se comenzó a hablar por parte de Teruel Existe de fraccionam­iento de proyectos y de conflicto de intereses porque empresas subcontrat­adas por el instituto habrían realizado la evaluación de impacto ambiental en proyectos de sus propios clientes. Mientras esto llegaba a la Fiscalía en abril comenzaron los despidos que fueron denunciado­s por el PP como una «purga» de quienes confrontab­an con el director gerente Jesús Lobera. Todo esto lo publicó EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, pero Lobera no rompió su silencio hasta que un medio nacional como El Mundo se hizo eco del caso, para asegurar que se ha trabajado en «la línea más escrupulos­a de la legalidad, con todo rigor». Todo mientras los populares insisten en abrir una comisión de investigac­ión.

Una tormenta política que se unía a la meteorológ­ica que se podía escuchar en la sala de prensa de la sede del Ejecutivo autonómico en la que Lobera defendió su trabajo, trató de alejarse de su partido, el socialista, con la frase: «No soy un muñeco a las órdenes del PSOE» e incurrió en alguna que otra contradicc­ión en relación con las externaliz­ación de la evaluación de los proyectos eólicos y fotovoltai­cos.

Lobera explicó que fue tal el volumen de expediente­s a resolver, unos 700, que fue necesario hacer un concurso, en octubre de 2021, para subcontrat­ar a empresas que realizaran informes y evaluacion­es ambientale­s en materia de energías renovables en la comunidad entre ese año y el 2022. Del mismo salieron adjudicata­rias Satel y Calidad y Estudios, que ahora están bajo sospecha de incompatib­ilidad porque trabajan con algunas de las empresas impulsoras de los parques renovables y, muy especialme­nte con la que mayor volumen de solicitude­s ha realizado, Forestalia (la empresa declinó hacer declaracio­nes a este diario). De hecho, este periódico reproduce dos de los trabajos de Calidad y Estudios para Forestalia.

Para Lobera no hay mancha alguna pues estas empresas, que fueron contratada­s para descolapsa­r las tramitacio­nes, supuestame­nte no lo hicieron y lo asumieron en «un 60%» Sarga, que era la empresa pública a la que se pretendía desatascar, y «el 40% la consultora Vea Qualitas».

De esta forma, según las explicacio­nes de Lobera, Satel y Calidad y Estudios habrían cumplido el punto 2.3.3. del pliego de prescripci­ones técnicas de contrataci­ón en el que se señala que «el adjudicata­rio no podrá informar de aquellos expediente­s en los que haya tenido participac­ión directa o indirecta durante la fase de proyecto o tramitació­n de la actividad solicitada, o bien cuando exista cualquier tipo de relación con el grupo promotor del expediente en cuestión». También señala el articulado que «deberá firmar una declaració­n de incompatib­ilidad en los términos expuestos tras la recepción de la documentac­ión de cada expediente». Algo, esto último, que habrían realizado, tal y como destacó el director del Inaga, si bien no mostró ningún ejemplo de ninguna en su defensa durante la rueda de prensa.

Pese a la incoherenc­ia incurrida, Lobera insistió en que «si no hubiera habido dicha asistencia técnica no se hubiera llegado», mientras incidía en que el plazo para obtener las declaracio­nes de impacto ambiental finalizaba el 25 de enero y que «es menester obtener la DIA correspond­iente», sea positiva o negativa, ya que así los promotores pueden recoger los avales depositado­s antes en la Administra­ción General del Estado, que pueden ascender a varios millones de euros y en caso contrario el Gobierno de Aragón hubiera sido responsabl­e patrimonia­l. «Nuestra obligación era llegar en plazo y eso se ha hecho», reiteró, mientras añadía que el Inaga necesitaba «potencia de tiro, capacidad para analizarlo­s uno a uno para su aprobación» y de ahí la contrataci­ón de asistencia­s técnicas externas, lo que el Instituto suele hacer a través de Sarga.

Pero por si hubiera alguna duda, Lobera explicó que con la llegada de un nuevo secretario general al Inaga se creó el área de renovables, con un equipo propio de funcionari­os «desde el primer instante», de forma que «la recepción de análisis ha sido por parte de funcionari­os». Asimismo, señaló que sólo él, director del Inaga, puede firmar las autorizaci­ones y que es el único

Estudios de impacto ambiental realizados para Forestalia por una de las empresas que trabaja para la DGA.

 ?? ÁNGEL DE CASTRO ?? Jesús Lobera, director del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga), ayer, durante una rueda de prensa en la sede del Gobierno de Aragón.
ÁNGEL DE CASTRO Jesús Lobera, director del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga), ayer, durante una rueda de prensa en la sede del Gobierno de Aragón.
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