Ucrania pone a prueba el liderazgo internacional de Lula
El papel de mediador del brasileño se dio de bruces en Hiroshima
Luiz Inácio Lula da Silva tiene una obsesión: recuperar el protagonismo internacional de sus anteriores presidencias. La invasión rusa de Ucrania, y su intento de mediar entre los dos países, ponen a prueba sus aspiraciones, como acaba de demostrarlo la reciente cumbre del G7 en Hiroshima. Se trataba de la séptima participación de Lula en ese tipo de reuniones a las que asiste como invitado. Volvió a su país sin el objetivo propuesto.
Según Ana Rosa Alves, columnista del diario carioca O Globo, Lula
obtuvo un triunfo personal al lograr que la cumbre expresara el compromiso de las economías más prósperas del planeta de trabajar en conjunto para combatir el hambre que, sostiene la ONU, afecta a más de 830 millones de personas a nivel mundial. Su presencia en Japón ayudó a que Tokio revisara los requisitos de visado para los ciudadanos brasileños.
Durante su estancia en Hiroshima, el presidente mantuvo además encuentros con nueve jefes de Gobierno, representantes de organizaciones multilaterales y empresarios. El lustre de esas citas quedó opacado por el desencuentro con su colega de Ucrania, Volodímir Zelenski.
La sorpresiva llegada de Zelenski a la cumbre del G7 puso a Lula frente a los límites de su política mediadora en la guerra desatada por Rusia, un aliado de Brasil en los BRICS. La diplomacia brasileña aseguró que la cita con Zelenski se reprogramó en varias oportunidades hasta que quedó en la nada. Esas cancelaciones provocaron cierto fastidio en Lula. «Seguramente, tenía otro compromiso y no pudo venir», dijo el líder del Partido de los Trabajadores (PT).
«Me gustaría / reunirme con él», insistió no obstante sobre su propuesta pacificadora. Y si bien señaló que «Zelenski es mayor de edad» y «sabe lo que hace», Lula dejó abierta la posibilidad de conversar en breve. «Si no funcionó en esta oportunidad, funcionará en otra. Rusia y Ucrania sabrán en algún momen
Lula da Silva, , ayer en un acto en Brasilia.
to que es necesario negociar. Estoy dispuesto a ir a Rusia, a ir a Ucrania, a ir al fin del mundo para discutir el fin de esta guerra. Ahora no, porque ellos no quieren», añadió.
Antes de aterrizar en Japón, Lula había elevado el tono de sus opidad,
niones sobre las dificultades para encauzar el conflicto. «Putin no toma la iniciativa de parar, Zelenski no toma la iniciativa de parar. Europa y EEUU siguen contribuyendo a la continuidad de esa guerra. Tenemos que sentarlos en la mesa y decirles: ‘Ya basta’».