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Los pactos son una parte importante de la campaña, pendiente Lambán de lo que elija Teruel Existe pero seguro de que el PP ya le ha ofrecido un acuerdo; optimista Ranera con gobernar a la izquierda
«No tenga ninguna duda de que su teléfono está en mi agenda. Es más, le he puesto una música especial para no despistarme cuando suene», dice Lambán en tono divertido en referencia a Tomás Guitarte, líder de Teruel Existe, el hombre que está llamado a abrir la puerta del gobierno a izquierda o derecha. ¿Y ese tono cuál es? «De Teruel no es cualquiera, de Joaquin Carbonell», reacciona con cachondeo el presidente, que, a tiempos iguales, habla con sorna y respeto de sus rivales.
«A Jorge (Azcón) lo conozco desde hace 20 años y digo sinceramente que tengo una buena relación con él. Nos tratamos con respeto y cordialidad. Sería uno de los políticos con los que me iría a comer o a cenar. Hay gente que no supera esa prueba, pero Jorge también es de lumbre y vino, entre sus muchas capacidades, como correr delante de los cabezudos», dice partiéndose de la risa antes de frenar:
«La campaña le está haciendo aflorar algunos instintos de los que con el paso del tiempo no se sentirá muy orgulloso».
«En el año 2031 Jorge podrá ser un gran presidente del Gobierno», dice el socialista fiándole largo el éxito. ¿El 31? ¿Pero Lambán no se iba en el 27, y si gana? «Leedme en los labios y escuchad: ‘Es la última campaña a la que me presento’», esta en la que se ha puesto de moda Teruel Existe por su posible pacto con el PP y Vox, aunque sea por fuera, para dar el gobierno a Azcón. «Vox es el elemento antiaragonés por excelencia, un partido que demolería el autogobierno y que se reconoce trasvasista».
Hay dos opciones. «Un gobierno PP-Vox en el que Jorge necesita a Teruel Existe; y otra con un Gobierno presidido por un tipo del PSOE que ha demostrado capacidad para pactar a izquierda y derecha (él mismo). Queda el que debe resolver su enigma, Teruel Existe. Lo dirige Tomás Guitarte, cuya militancia tradicional fue CHA, es decir, un hombre de izquierdas. Su electorado es de izquierdas y ninguno entendería que suscribiese un Gobierno con Vox».
¿Pero? «Pero creo que Jorge le ha propuesto a Tomás pactar, decirle que le hace vicepresidente y prometerle que convencerá a los de Vox para que se resignen a estar en las Cortes apoyando».
A Lola también le tocará pactar, «con la izquierda y con el centro», indistintamente. No queda mucho centro. «A Dani Pérez lo veo a tope», explica en un claro guiño. «Como dijo Indalecio Prieto, los socialistas somos socialistas a fuer de liberales», apostilla Lambán, el hombre con el
Lola Ranera, en un instante de la reunión.
CANDIDATA A LA ALCALDÍA
que se confiesa a diario. «Hablamos mucho y nos reunimos mucho, pero ella tiene una autonomía total, puede trabajar con voz propia, y es apoyada a muerte».
Lola querría acabar con esa batalla «Zaragoza contra Aragón» y con «el ruido político que hacemos en vez de hablar de los problemas de los vecinos». El estado de ánimo de la gente, «eso es lo importante y ahí es adonde tenemos que llegar», dice Ranera, apoyada también aquí por Lambán porque el problema que tenemos es que la gente «no se cree lo que decimos», dice el presidente, que de cuando en cuando se mete en un jaleo en las redes. «Me voy curando», explica riendo. «Tengo tres o cuatro clientelas privilegiadas, sobre todo los independentistas catalanes, además de los del PP, que dicen eso de que te vote txapote o que te vote Agapito, y los ecologistas», a los que calienta pese a los intentos de su equipo de comunicación, «que de vez en cuando me quitan el móvil», dice mientras resuena una carcajada.
Lola no se va a ir sin hablar del tranvía. Si hay una historia de éxito en esta ciudad es esa línea 1. La puntuación es un 8,35 de satisfacción entre los ciudadanos. Y ese plan de movilidad de la línea 1, que es de 2018, no del pleistoceno, dice que el éxito de la línea 1 pasa por la cruceta de la línea 2, e incluso se refiere ya a la línea 3. «En Bruselas me demostraron que mi mirada era muy localista, que tenía que ampliar la mirada, pensar en unirlo con el AVE, con Plaza o con el aeropuerto», reclama la socialista antes de hacer una porra que se verá tras las elecciones.
La propuesta a Lambán es mostrarle una suma que dejaría la puerta abierta a negociar. ¿Lo firmaría? «No. Sería suficiente, pero voy a pedalear algo más, se puede mejorar…», dice antes de apostillar entre risas: «Bueno, bueno, tampoco está mal». Así, con el mejor humor, se llega al brindis final, que concluye con un «¡Viva el Papa!», del presidente, confeso admirador del pontífice desde que lo visitó hace unos meses.
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«Si hay una historia de éxito en esta ciudad es el tranvía, ahora toca ampliar la mirada»
«El estado de ánimo de la gente, eso es lo importante y ahí es adonde tenemos que llegar»