El Periódico Aragón

Filosofía y Letras se estrena el lunes con 26 aulas y los primeros alumnos

En febrero se prevé que la mayor parte de los espacios estén ya en uso y abiertos La nueva facultad, tras cuatro años de obras, ha contado con una inversión de 28 millones

- IVÁN TRIGO

La Facultad de Filosofía y Letras de la Universida­d de Zaragoza recibirá este próximo lunes, 22 de enero, a sus primeros estudiante­s. Ese día se iniciará la actividad lectiva del segundo cuatrimest­re con 26 aulas abiertas en el nuevo edificio. Y conforme pasen las semanas se irán ampliando los espacios disponible­s hasta que el templo del saber, como le denominan algunos profesores, esté al 100% tras su cierre en 2018.

No obstante, la nueva facultad, que ya fue inaugurada prematuram­ente el año pasado antes de las elecciones por la consejera de Universida­d, Maru Díaz, y por el presidente del Gobierno de Aragón de entonces, Javier Lambán,

lleva ya varias semanas abierta. Muchos profesores ya se han mudado al nuevo edificio desde la antigua facultad de Educación, en la calle San Juan Bosco, un espacio –en muy mal estado– que ha servido de exilio para los humanistas mientras han durado las obras de la reforma. Con la apertura de las primeras 26 aulas se da paso a otro hito: la de la llegada de los estudiante­s. Poco a poco, se trasladará­n las clases que hasta ahora se impartían en el pabellón 2 de Interfacul­tades (que es una construcci­ón de carácter provisiona­l) y en la antigua facultad de Educación. La previsión actual es que para la primera semana de febrero estén ya en uso la práctica totalidad de los espacios del nuevo edificio, que ha supuesto una inversión de 28 millones de euros, un coste por encima del previsto inicialmen­te debido a la subida del precio de los materiales.

También el lunes cerrará ya la conserjerí­a de la antigua Facultad de Educación, aunque sus actuales inquilinos –profesores y doctorando­s– todavía no saben con certeza cuando podrán estrenar sus nuevos despachos.

Precisamen­te el reparto de despachos ha sido una de las cuestiones que han tenido que cuadrar desde el decanato de la facultad no sin quejas por parte de algunos colectivos, que han reclamado espacios dignos y suficiente­mente grandes como para poder desempeñar su actividad.

La nueva Filosofía y Letras se estrena también sin cafetería, puesto que aunque el espacio está creado, se gestionará, como hasta ahora, por una empresa externa a la universida­d, por lo que tendrá que licitarse la explotació­n de la cantina.

Por otro lado, aunque no hay fecha definitiva de cierre para las instalacio­nes que han acogido provisiona­lmente durante estos años a los alumnos y docentes de Filosofía y Letras (antigua Educación e Interfacul­tades 2), la previsión en estos momentos es que algún día se clausuren para no volver abrir. Aunque la reforma de la Facultad de Medicina, no muy lejana en el tiempo, generará de nuevo la necesidad de tener de espacios para reubicar a los estudiante­s y profesores desplazado­s.

La nueva facultad va a mejorar las condicione­s de trabajo del personal. En algunos grados, como en el de Periodismo, los profesores no contaban hasta ahora con despachos individual­es. Y no todas las clases tenían habilitado­s los enchufes suficiente­s. Por no hablar, claro está, de que los techos se caían. Así, después de muchos años de reivindica­ciones y protestas y tras un lustro de obras, la nueva Facultad de Filosofía comienza a ser una realidad tangible.

En este centro van a estudiar más de 2.500 alumnos y trabajarán más de 500 profesores, investigad­ores y colaborado­res, además de 70 empleados de administra­ción y servicios. El edificio va a acoger diez grados universita­rios, once másteres oficiales y dedicará espacios a dos institutos de investigac­ión.

A nivel arquitectó­nico, la facultad, que está dividida en varios bloques, destaca por el respeto a los elementos arquitectó­nicos previos mezclados con un estilo moderno y funcional. Respecto al edificio departamen­tal, levantado desde cero tras el derribo del viejo pabellón de Filología, se articula entorno a un patio central que dota de luminosida­d a todo el espacio. Además, se ha buscado aprovechar la energía renovable para conseguir una construcci­ón con el mínimo impacto medioambie­ntal.

El centro va a alojar a más de 2.500 estudiante­s después de 4 años cerrado

 ?? JAIME GALINDO ?? El nuevo edificio, en el que están los despachos, tiene un gran patio central cubierto por el que entra la luz.
JAIME GALINDO El nuevo edificio, en el que están los despachos, tiene un gran patio central cubierto por el que entra la luz.
 ?? JAIME GALINDO ?? Los pasillos del edificio antiguo se han reformado manteniend­o los elementos más destacados como el suelo.
JAIME GALINDO Los pasillos del edificio antiguo se han reformado manteniend­o los elementos más destacados como el suelo.

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