Aragón cifra en 656 las plazas sin cubrir de la Guardia Civil
Son 189 agentes activos menos en Teruel, 218 en Zaragoza y 249 en Huesca
La oleada de robos que azota varios pueblos de Aragón como la Comarca de Valdejalón ha vuelto a poner en el punto de mira la dotación de medios humanos de la Guardia Civil. Así lo denunció ayer la consejera de Presidencia, Interior y Cultura, Tomasa Hernández, al señalar que existe una merma de 656 agentes activos entre las tres provincias –Zaragoza (218), Huesca (249) y Teruel (189)– de la comunidad.
Su respuesta llega tras los datos ofrecidos por el Gobierno central en una respuesta parlamentaria, que reflejan que un 24% de la plantilla de la Guardia Civil en la provincia de Teruel estaba sin cubrir en septiembre del año pasado. Allí, los golpes de los amigos de lo ajeno se han convertido en una práctica con la que conviven los vecinos casi a diario. A finales de año, robaron una grúa en Albalate del Arzobispo que luego estamparon contra la fábrica de cervezas Ámbar; en Andorra, asaltaron una carnicería y se llevaron la caja registradora de un bar y, en Villafranca del Campo, entraron de noche en una farmacia. Se trata de un problema al que también hacen frente en Zaragoza –solo Épila contabilizó 30 robos en un mes– y Huesca, donde algunos pueblos como Banastás sufren el asalto a viviendas durante la noche de Reyes.
«Faltan agentes y este problema puede suponer un aumento de la delincuencia y la sensación de inseguridad en la población», aseguró
Hernández durante su visita a la localidad turolense de Monreal del Campo. También aprovechó la consejera para incidir en que, aunque el catálogo de guardias civiles activos ha aumentado un 2,5% a lo largo de los últimos tres años, el número de efectivos disponibles ha disminuido un 10,4%. «Se ofertan más puestos, pero el número de agentes disponibles sigue descendiendo porque los destinos del medio rural en las zonas despobladas no son atractivos», añadió.
Es una de las viejas reivindicaciones de algunas entidades como la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). Ante esta situación, quienes recorren a diario el territorio coinciden en que la solución pasa por cerrar cuarteles y centralizar los servicios en acuertalamientos de mayor envergadura.