El Periódico Aragón

Endesa pone punto final a la central de Andorra con la última voladura

El desmantela­miento de la central ya va por el 94% y cumple con los plazos previstos El fin del carbón se culminará cuando se cumplan 50 años del inicio de la construcci­ón

- EL PERIÓDICO

La desaparici­ón de la central térmica de Andorra está más cerca cada día. Endesa procedió ayer por la tarde a la voladura de la tercera caldera del antiguo complejo del carbón, la última de las estructura­s esbeltas de la planta, lo que supone un paso casi definitivo en el proceso de cierre y desmantela­miento de las centrales de carbón españolas que la compañía está llevando a cabo hasta 2027.

La última estructura en pie en el parque de carbones se ha derribado justo cuando se cumplen 50 años del inicio de su construcci­ón, que convirtió a la villa minera y sus alrededore­s en la zona económicam­ente más próspera de Aragón. La central térmica de Teruel (Andorra), construida entre los años 1974 y 1979, ha estado más de cuatro décadas operativa, creando un vínculo muy arraigado en la zona. Una vez que Endesa solicitó el cierre de la central en 2019, inició una transición para el futuro verde de la zona que contempla la implantaci­ón de nueva industria y el desarrollo de 1.843 MW de nueva

potencia, esta vez, renovable. El desmantela­miento de la central térmica de Teruel, es una operación de gran complejida­d técnica que está movilizand­o ingentes recursos: alrededor de 250 personas de mano de obra directa, se están ocupando de los trabajos hasta su finalizaci­ón en 2025.

Como acompañami­ento, Endesa ha promovido cursos de formación en Prevención de Riesgos Laborales en trabajos de desmantela­miento y operación en instalacio­nes industrial­es, de la que se han beneficiad­o 170 personas de la zona con el fin de promover la contrataci­ón local del personal especializ­ado, una acción que ha permitido

formar a más de 2.000 personas en toda España para diferentes cualificac­iones relacionad­as con esta actividad.

Para esta demolición se han utilizado 340 detonadore­s y 620 kilos de explosivo que obligó a cerrar un radio de seguridad de 400 metros. La voladura de cada una de las calderas produjo alrededor de 10.000 toneladas de residuos metálicos. Estos residuos, sobre los que se realizarán trabajos de corte y preparació­n para el transporte con máquinas pesadas, serán valorizado­s para su posterior uso.

Cada una de las calderas de la central tenía 70 metros de altura y 780 metros cuadrados de superficie

en planta. La demolición de las tres calderas de la central, junto con la voladura de las tres torres de refrigerac­ión y de la chimenea de 343 metros de altura, ha supuesto un hito, no solo por el simbolismo de las estructura­s sino también desde un punto de vista técnico.

Para la realizació­n de estas actuacione­s ha sido necesario diseñar exhaustivo­s procedimie­ntos con el objetivo de garantizar unas condicione­s absolutas de seguridad y efectivas de demolición. Esta misma prevención se está aplicando en todos los procesos que conforman los trabajos de desmantela­miento y demolición de la planta.

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ENDESA La central de Andorra momentos antes de comenzar su derribo.
 ?? ENDESA ?? La demolición se ejecutó a las 15.00 horas, mientras comenzaba a nevar en el entorno de Andorra.
ENDESA La demolición se ejecutó a las 15.00 horas, mientras comenzaba a nevar en el entorno de Andorra.

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