Aragón y el búnker de Sánchez
Apartar a las voces discordantes y rodearse de quienes solo les dicen lo que quieren oír no suele dar buenos resultados a los líderes
EAragón está representado ya es un error, ella no está en el ‘barro’ autonómico
l presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, puede que haya cometido esta semana uno de sus mayores errores con Aragón en los años que lleva dirigiendo el partido y España con la decisión de silenciar a quienes durante mucho tiempo llevan siguiendo la estela del díscolo Javier Lambán en el territorio. Dejar fuera de la Ejecutiva federal a Mayte Pérez y con ello silenciar la discrepancia puede pasarle factura en el futuro en un viaje extraordinariamente complejo como el que decidió emprender desde que pactó su investidura con Junts. ¿Por qué, si no hace más que criticarle?, pensarán algunos. Pues precisamente por el mensaje que lanza a un territorio que está herido desde las elecciones de mayo. Esa estrategia que parece pensada en la bunkerización del líder, arropado por un núcleo duro más reducido en el que solo entra quien esté dispuesto a decirle lo que él quiere escuchar. Una táctica que no suele dar buenos resultados en política y que deja sin voz a la reivindicación aragonesa, a la discusión y la crítica. Y también al debate sobre la hoja de ruta a seguir que no deja a nadie fuera por muy discordante que sea. El tiempo lo dirá.
Me parece que la respuesta de la turolense, que es portavoz socialista en las Cortes de Aragón y también mano derecha de Lambán durante su mandato y en la dirección orgánica, fue elegante y correcta. En otras épocas, habrían retumbado los cimientos de Ferraz o ardido las redes sociales, como respuesta a una decisión que, en el PSOE aragonés, algunos verían venir y a otros les habrá sorprendido, pero que parece a todas luces injusta y equivocada. ¿Por qué castigar a quienes están llamados a debilitar a uno de los activos del PP de Alberto Núñez Feijóo como es Jorge Azcón? ¿Por qué, si en las elecciones de mayo resistieron la embestida de la derecha y la extrema derecha pese a perderlas y en julio ayudaron a que Sánchez mantuviera sus opciones de seguir en la Moncloa? Silenciar el lambanismo creyendo que ya está Pilar Alegría para representar la voluntad de Aragón parece un argumento un poco débil. Primero porque nadie duda de que vele por los intereses de la comunidad, pero pasa la mayor parte del año en Madrid, no está en el barro político de la comunidad; y segundo porque el liderazgo en Aragón, el que representa esa mayoría por ahora, hasta 2025 al menos, lo sigue teniendo un Lambán que supongo que está empezando a comprobar que sus mensajes como senador ya no tienen la misma resonancia que como presidente del Gobierno autonómico. Ya no es como García Page y eso empieza a notarse bastante. Suerte que siempre está Twitter...
De manera que prescindir de quien hoy es tu voz en las Cortes no solo le debilita a ella sino a él también. De paso, abre la brecha de que aquí quien manda es el líder y quien no está de acuerdo con él se queda sin cuota de pantalla, lo que suele generar más enemigos que amigos siempre. Mala opción en una época en la que Sánchez va a necesitar del abrigo de los suyos. Pero es que además, si en algún momento Ferraz está pensando que el relevo de Lambán debe ser Alegría, menudo escenario se le presentará después cuando tenga que regresar a la comunidad a recabar apoyos para desbancarle. Pero tiempo habrá, eso es cierto. Ella sí está en ese selecto búnker, es la portavoz del Gobierno y un peso pesado en el organigrama socialista, así que ese lambanismo se puede ir diluyendo como un azucarillo lejos de Ferraz.
En algunos detalles me recuerda a la táctica en Podemos. Aragón se quedó fuera de ese núcleo duro que se fabricaron sus líderes nacionales que hoy, en caída libre, siguen manejando los hilos entre bambalinas mientras otros ostentan el cargo orgánico. En ese búnker siempre ha estado Pablo Echenique, una voz aragonesa que aquí no era demasiado querida por sus propios compañeros y su soledad era infinita en las Cortes antes de marcharse a Madrid. Ahora, en su pulso con Sumar y Yolanda Díaz, nadie le acompaña en su comunidad. Y todos los que fueron voces discordantes con la dirección y Pablo Iglesias... ya han desaparecido de la primera línea. Quizá porque rompieron ese hilo invisible que une al que respalda al líder y al que le critica, imprescindible para renacer o sobrevivir.