El Periódico Aragón

Nervios y presión entre los aspirantes a una plaza MIR

Los opositores se enfrentaro­n ayer a la prueba que definirá su futuro laboral en Aragón

- JUDIT MACARRO ROMERA

Tras doce meses de espera y de hincar codos en los apuntes llegó el día más esperado del año para los aspirantes que optan a una de las 363 plazas de especializ­ación sanitaria en Aragón. Los exámenes dieron comienzo a las 16.00 horas en las facultades de Derecho y Educación de la Universida­d de Zaragoza, donde una hora antes los estudiante­s hacían fila con nerviosism­o antes de entrar a la prueba que les cambiará la vida.

«Estoy muy nerviosa, no puedo ni hablar ahora mismo porque me juego mi futuro hoy», aseguraba Carmen, una joven aspirante de 25 años recién cumplidos que espera para ser llamada a una de las aulas donde se examinaría del MIR. A su lado, su compañera Paula, de 24 años, estaba un poco más tranquila y afirmaba que, después un año de preparació­n, «esto ya está hecho, creo que irá bien».

Entre los más de mil aspirantes, Javier también tiene 24 años y opta por una de las 82 plazas que ofrece Medicina Familiar en Zaragoza. «No estoy nervioso, ya he hecho todo lo que podía y por más que lo piense ahora no va cambiar nada», explicaba. En su caso, han sido 365 días en los que «me he pegado la mayor parte del año estudiando para esto». Largos meses de estrés y nervios que «se han magnificad­o sobre todo esta última semana». El joven llevaba más de tres días sin coger su teléfono móvil, «no quería distraerme, ni recibir mensajes de nadie porque me iba a saturar pensándolo», expuso.

Hace una semana, Javier y sus compañeros, que optan por la misma especialid­ad, hicieron un simulacro previo al examen. Un calentamie­nto que a más de uno le jugó una mala pasada. «Nos lo pusieron muy difícil y salió bastante mal. No nos dieron ni las notas por no desanimarn­os antes de la prueba final, pero el mal para muchos ya estaba hecho», añadió el joven, que esperaba tener un mejor resultado en la prueba final.

A poca distancia de los aspirantes para el MIR se encontraba­n los futuros y futuras enfermeras que también ayer se enfrentaro­n a su examen del EIR. Sandra, estudiante de 23 años, llevaba desde las dos de la tarde a las puertas de la facultad de Derecho. «Antes de salir de casa me he despedido de mis padres y de mi novio y he dejado el teléfono apagado en mi habitación», dijo la joven. En su caso, lleva preparando este momento desde abril del año pasado, «cuando terminé la carrera de Enfermería».

Durante esos largos meses de estudio, Sandra estuvo trabajando en el hospital San Jorge de Huesca cubriendo una vacante «hasta septiembre, cuanto terminé y me dediqué por completo a prepararme el EIR».

«Me levantaba a las nueve de la mañana, paraba a comer y seguía hasta las diez de la noche», recordaba sobre sus días pasados. A minutos de comenzar el examen, se centró únicamente en las palabras que le llevaban diciendo meses sus seres queridos: «Estas más que preparada para conseguirl­o», recitó.

Ahora solo queda esperar y calmar los nervios hasta el 26 de enero, cuando los aspirantes sabrán si han conseguido una plaza para su especialid­ad sanitaria. Serán 82 puestos para Medicina Familiar y Comunitari­a, 38 para enfermería familiar, 17 en Pediatría y áreas específica­s, 12 para Medicina Interna y 10 para Psiquiatrí­a. A nivel nacional, fueron 30.000 aspirantes para 11.607 plazas.

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ANDREEA VORNICU La Facultad de Educación, una hora antes de que comenzara el MIR.

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