La normalidad se abre paso tras las afecciones de la borrasca Juan
La DGA rebaja el nivel de emergencia y mantiene la alerta por precaución ante el hielo Algunas comarcas centrales amanecieron ayer con una capa de 20 centímetros de nieve
Tras la bonita estampa navideña que dejó la borrasca Juan el viernes, ayer volvió de nuevo la calma y la normalidad al centro de Aragón. El frío siguió siendo protagonista durante la jornada de ayer, pero lejos quedaron los copos de nieve y la blancura sobre los tejados. Aunque Zaragoza y sus alrededores sí se despertó con alguna que otra helada que las brigadas municipales se encargaron de erradicar.
El temporal generó una serie de complicaciones en las comunicaciones, más allá de la diversión de la nevada y los paisajes nevados que dejó a su paso, que llevaron al Gobierno de Aragón a decretar el nivel 1 de emergencia tras la reunión del Centro de Cooperación Operativo Integrado (Cecopi), pero que ayer a primera hora se disminuyó a «fase de alerta». «Ha sido más por precaución ante las posibles placas de hielo que se hayan podido generar en la noche, pero no ha sido una situación preocupante», aseguraron ayer fuentes de la DGA.
A primera hora de la mañana de ayer, la Guardia Civil informó que las principales autovías volvieron a abrir, tras permanecer toda la noche del viernes cerradas, –incluidas la A-2 y la A-23– y que en algunas autonómicas estaban ya en marcha las labores de limpieza. El Gobierno de Aragón también confirmó que «las carreteras principales, nacionales y autonómicas están sin ningún problema para la circulación». Algunas autonómicas secundarias y provinciales que permanecieron en el nivel verde (precaución) o amarillo (con restricciones para camiones) pero fueron «pocas y con alguna incidencia puntual», pero por lo demás hubo «normalidad» en toda la red.
El aeropuerto de Zaragoza también funcionó con normalidad durante toda la jornada, salvo el retraso de un par de vuelos, según fuentes de Aena. Lo mismo en el transporte ferroviario, que recuperó el pulso, aunque con algunos retrasos que afectaron tan solo a los primeros desplazamientos del día, según Renfe. En el caso del primer tren Teruel-Zaragoza, el trayecto se efectuó en autobús con alguna supresión de paradas puesto que la
Toda la noche del viernes la brigada municipal trabajó para minimizar afecciones
noche del viernes el tren no pudo ir a Teruel. La capital de Aragón recibió el día con la esperanza de que aún quedara algún resto de lo que dejó Juan. Pero la mejora de las temperaturas y el trabajo de las brigadas de limpieza consiguieron poner fin a la experiencia navideña que vivió la capital de Aragón.
Durante toda la noche del viernes, los servicios municipales continuaron esparciendo sal en accesos a los hospitales y centros de salud, tercer cinturón, rotondas, todos los puentes y los principales barrios afectados por la nevada (Distrito Sur, Miralbueno, Valdefierro, Torrero o Parque Venecia).
Una labor de saneamiento para la que se desplegaron tres esparcidores de sal grandes; tres esparcidores de sal pequeños, otros tres equipos de baúles con sal; una brigada de acción inmediata; tres equipos de barrido manual motorizado, 4 equipos de barrido mixto; unos 10 equipos de barridos mecánicos de aceras, además de equipos de conservación del viario.
Algunas zonas de la comarca central vieron incluso los 15 y 20 centímetros de nieve. Un gran manto blanco se precipitó sobre varias localidades de Zaragoza, donde los habitantes sufrieron alguna que otra complicación, a pesar de que «todo estaba controlado, porque teníamos el aviso de que iba a pasar desde hace días», aseguró a este diario Adrián Tello, alcalde de la Muela.
La comarca de Valdejalón vivió una intensa nevada, donde municipios como La Muela sufrieron la cara oscura del temporal. «Cortaron la autovía y hubo gente que estuvo esperando tres o cuatro horas en el coche», mencionó Tello. La brigada municipal del ayuntamiento tuvo incluso que lanzarse a la carretera para rescatar a un autobús en la carretera N-2, donde quedó atrapado por el temporal. «Fue en el túnel del Cuco, el cual une el Polígono Industrial Centrovía con el área urbana de nuestro pueblo», añadió el alcalde.
Las guerras de bolas de nieve y la construcción de muñecos, que levantaron la alegría entre los más pequeños, llegaron a su fin ayer con la salida del sol desde primera hora de la mañana. Las brigadas estuvieron trabajando para limpiar todos los accesos y las calles del pueblo echando sal y, según Tello, la zona del casco antiguo de La Muela ya era transitable desde primera hora de la mañana.
La zona del Moncayo vivió también la fuerza de Juan, que dejó una capa «20 centímetros de nieve aproximadamente», señaló el alcalde de Añón, José María Vijuesca. Al igual que en el resto de localidades, las precipitaciones fueron las esperadas en la zona, donde también «teníamos preparadas las brigadas municipales porque sabíamos lo que podía venir», incidió. Los primeros copos comenzaron a caer y «cuajó bastante la nieve», explicó Vijuesca y, a diferencia de lo ocurrido en La Muela, en Añón no hubo complicaciones en los accesos al municipio. «La gente dejó sus coches en las entradas y llegó andando a casa, que es algo que hacen siempre porque es complejo introducir el coche por las calles», confirmó.
Ahí estuvo el problema, en el interior de la localidad donde la nieve dejó un «paisaje navideño total» y complicó la movilidad por el mismo. «Ahora quedan las placas de hielo, que es lo peligroso, pero la brigada está trabajando para limpiarlo todo y que se pueda pasear con tranquilidad por el pueblo», aclaró Vijuesca.