Los usuarios de la ayuda a domicilio suben un 32% desde el covid
El servicio se mantiene estable respecto a 2022, tras varios años al alza La teleasistencia llega ya a más de 15.000 unidades de convivencia
El servicio de ayuda a domicilio que presta el Ayuntamiento de Zaragoza atendió el año pasado a 8.832 personas. Un número similar al de 2022 (8.369) tras los incrementos registrados desde el año previo a la pandemia, pasando de las 6.707 personas atendidas en 2019 a las 8.832 del año pasado, un 32% más.
Este servicio consiste en la prestación de una serie de atenciones y cuidados de carácter personal, doméstico y psicosocial a las personas o unidades de convivencia en su casa. Va dirigido principalmente a los más mayores, con una autonomía mucho más limitada, y a los dependientes. Además, hay un programa específico dirigido a aquellos familiares que «temporalmente» y por situaciones excepcionales necesitan ayuda. En este caso, las horas máximas de acompañamiento son 220 al año y está pensado para cuidar a menores de 12 años.
Según los datos facilitados por el área de Políticas Sociales que dirige Marian Orós, el año 2023 cerró con 6.847 personas atendidas en el marco del servicio de preventivos, es decir, de personas que viven solas con una autonomía limitada, y 1.698 dependientes, además de otros 319 con cargas familiares por causas sobrevenidas, una cifra alta si se compara con otros años, que no alcanzaba el centenar.
Desde el equipo de Gobierno del PP, ya durante el mandato de Jorge Azcón, defendían que el aumento de la demanda de este servicio se debe a dos razones: la desaparición de la lista de espera y la agilidad en la tramitación tanto por el personal de los servicios sociales como del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), una rapidez lógica ya que se trata de servicios esenciales cuya puesta en marcha es urgente. Además, no hay que olvidar que la población cada vez está más envejecida, por lo que cada son más las personas que necesitan de una ayuda externa para realizar las tareas del día a día como la compra o la limpieza.
Según los datos de Políticas Sociales, el año pasado se produjeron 3.279 altas, principalmente en los barrios de San José, Las Fuentes y Delicias, donde la población está más envejecida.
Para poder acceder a este programa es obligatorio que la persona que precisa del servicio esté empadronada, tenga más de 65 años y tenga reducida su autonomía para la realización de las actividades cotidianas.
Este incremento en la demanda y del número de horas de atención debido a los cambios normativos del último año, ha obligado al ayuntamiento a reservar 20 millones de euros para poder llegar a todas aquellas personas que necesitan apoyo en el hogar.
Este no es el único servicio dirigido al cuidado de los más mayores y de las personas dependientes, también está la teleasistencia. El número de domicilios atendidos en 2022 fue de 9.605 en la modalidad preventiva y creció hasta 15.502 en 2023. En dependencia se pasó de los 1.935 usuarios en 2022 a los 2.445 el año pasado. Las bajas a lo largo de 2023 fueron 1.950 en preventivo y 984 en dependencia.
El funcionamiento de este programa es sencillo. Se instala un aparato conectado al teléfono de casa que, a través de un botón (que también puede llevarse colgado en el cuello) conecta directamente con el servicio de atención telefónica durante las 24 horas del día y los 365 días del año y permite que el usuario sea atendido de inmediato por personal preparado. Así, en caso de tener una emergencia, solo deberán presionar el botón e inmediatamente serán atendidos.
Va destinado a las personas que tengan una disminución física o sensorial, o sean personas en situación de riesgo, debido a su estado de salud; o bien tengan una edad muy avanzada y vivan solos. Este programa se ha modernizado en los últimos años y ya hay hogares con detectores de movilidad o de caídas, sensores de ocupación de la cama o el sillón, de apertura del frigorífico o el microondas, de dispensadores de medicación, detectores de humo o gas. En todos los casos advierten de una inactividad prolongada o anómala. En este caso, el ayuntamiento mantiene su consignación con 2,8 millones de euros.
El consistorio es el que presta ambos servicios y lo hace a través de una encomienda de gestión, aunque es el IASS el que valora el grado de dependencia de los usuarios. Una vez que se define el plan individualizado de actuación y, en el caso de que se considere necesaria la teleasistencia (existen otros programas), se deriva a los servicios municipales para que inicien la tramitación del servicio.
El año pasado se produjeron 3.279 altas en la asistencia a mayores de 65 años
Los barrios que más beneficiarios tuvieron fueron los de San José, Delicias y Las Fuentes