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JAVIER CAMARENA Tenor que actúa mañana en el Auditorio de Zaragoza en la Temporada de Grandes Conciertos
Javier Camarena, conocido como «la voz que acaricia el alma», empezó a estudiar música a los 19 años. A pesar de que sus inicios fueron tardíos, es considerado uno de los grandes tenores de la actualidad. El tenor actuará mañana en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza dentro de la temporada de Grandes Conciertos.
–El recital está dedicado a la música de Tosti, quien, en ocasiones, ha sido considerado un compositor llano, pero va a demostrar que no es así.
–Es algo que se ha ido demostrando poco a poco en los recitales que ya hemos podido ofrecer en España y en Suiza. Si nos quedamos solamente con el puñado de canciones más populares que se conocen de Tosti, es muy normal que se queden con esta idea tan superficial de su trabajo, a pesar de ser un compositor que hizo más de 500 canciones.
–¿Qué es lo que destacaría de su música?
–Fue muy interesante investigar sobre su vida, saber que era un gran maestro de canto. La forma que tenía de componer para la voz del tenor siempre fue muy acertado. En este recital vamos desfilando por diferentes estilos que él tenía para componer. De inicio tenemos las Cuatro canciones de Amaranta, que son una colaboración con Gabriele D’Annunzio. Además, a Tosti se le conoce por su música en italiano. Nosotros quisimos rescatar un poco más de su música. En el disco y en el recital estamos ofreciendo sus composiciones en francés, que son una joya. Y también sus composiciones en inglés. Fue un maestro de canto en la corte de Gran Bretaña e hizo composiciones que fueron muy famosas en su tiempo. Esta forma de escribir la música tan apegada al texto, yo creo que es una de las cosas más bellas de la música de Tosti.
–Comentaba que era un proyecto que tenía en mente hacía mucho tiempo. ¿Por qué da el paso ahora? –Creo que todas las cosas llegan cuando tienen que llegar. Esta una segunda colaboración con la disquera, con quienes hace un año pudimos estrenar otro de los grandes proyectos que tenía en mi cabeza, el cual era un álbum dedicado exclusivamente a la música de Gaetano Donizetti. Un disco que ha sido muy exitoso y muy valorado por la crítica. Teniendo un pianista con las capacidades que tiene el maestro Ángel Rodríguez, teníamos toda la intención de dedicarle un álbum a la figura de Francesco Paolo El nivel de compenetración, de comprensión en el escenario y de colaboración hace que esto sea un proyecto muy interesante. Son prestaciones musicales, tanto en el piano como en la voz, que están perfectamente coordinadas y amalgamadas en temperamento, en interpretación, en sentimiento. –Es hijo de un técnico de una planta de energía nuclear en México y de una profesora de cocina. ¿Cómo nace la vocación?
–Ya la traía de cuna. No son músicos de profesión, pero son amantes de la música. En casa de mis padres siempre había música. No música clásica, ni música culta, pero siemTosti. pre había música. A mi padre le encantaba tocar la guitarra. Fui la oveja descarriada que se dedicó a esta profesión tan particular.
–¿Y cómo llega definitivamente a la ópera?
–Una cosa llevó a la otra, en realidad. Mi deseo de estudiar música viene a los 19 años. Mi gran sueño era estudiar piano o guitarra, que eran instrumentos que había aprendido a tocar. Esa edad no me permitía tener o cumplir todos los requisitos para cualquiera de esas dos carreras. La edad máxima para estudiar guitarra era de 17, la edad máxima para estudiar piano era de 12 años. Quedaba la carrera de canto y entré porque quería estudiar música. Cantaba en el coro de la iglesia y en bandas de rock, pero no tenía idea de ópera. En la carrera vi por primera vez una ópera, que realmente fue una revelación.
–¿Cree que los cantantes de ópera están encorsetados en este género?
–Ese será un tema siempre de gran discusión, sobre todo con el público de España, que recuerda a los grandes divos que siempre decían que el cantante de ópera era sacrosanto para dedicarse única y exclusivamente al quehacer operístico, como los sacerdotes a la iglesia. Yo siempre apuesto por la música bella. Yo crecí con los boleros, crecí escuchando a los Panchos, a los Diamantes, a los Tres Caballeros, a Camilo Sesto, Julio Iglesias... Una cantidad de música que yo no puedo negar como parte de mi formación, como parte de mi cultura o como parte de mi propia escena. No estoy peleado con otros géneros musicales. Apuesto por lo que creo que es música bella y que merece la pena interpretarse. Y yo doy mi voz y mi corazón a esta música, tratando de hacerla lo más bella posible para todo el público.
–Y ahora que está en España, ¿cree que la música española tiene similitud con la mexicana? –Mucha. Mi apellido es Camarena, el segundo apellido es Pozo, mi madre se apellida Córdoba y tenemos esa herencia. Como cultura de México, tenemos una herencia importante de parte de la cultura de España y es algo que yo agradezco.
–Con toda esta vorágine de proyectos que me está contando, no
sé si ha habido alguno que ha tenido que apartar o no ha aceptado.
–En ópera pasa mucho. Hay propuestas de roles, de óperas, que uno debe ser bastante consciente del tipo de voz que se tiene, porque no todas las óperas que están escritas puede cantar una sola voz. Son categorías dentro de la ópera, y dependiendo del color o de la potencia de la voz, uno se va adaptando a estos repertorios. Pueden llegar algunas ofertas que nos sobrepasan o que pueden no ser también interesantes. Uno va tomando este tipo de decisiones en pro de la salud vocal.
–No será fácil tomar esas decisiones.
–El cantante es parte de una