El Periódico Aragón

Los oscenses celebran San Vicente con una misa, hogueras y naranjas

Las fiestas por el santo culminaron ayer a las 11.00 horas en la catedral de la ciudad

-

Como cada año, a mediados de enero, Huesca se levanta en fiestas para conmemorar a su copatrón, San Vicente, unos festejos que ayer tuvieron su remate final con la misa principal en honor al santo, celebrada como todos los años en la catedral de Huesca, a las 11.00 horas, con su posterior reparto de naranjas en la iglesia de San Vicente.

Un homenaje religioso que suele acoger en años alternos la iglesia de San Vicente el Real y el convento de la Asunción, y donde participa el Cabildo Catedral.

A diferencia de las festividad­es pasadas, no se organizaro­n actividade­s culturales y, por tanto, no hubo visitas guiadas a los lugares de veneración vicentina. No obstante, la iglesia de San Vicente el Real permanecer­á abierta al culto todos los días, según informó ayer la Diócesis de Huesca.

Lo que sí que no faltó en la capital del Alto Aragón fue la tradiciona­l hoguera de San Vicente, en la que los oscenses recordaron a su copatrón y mártir al calor del fuego, que este año contó con más de 4.000 kilos de leña y una degustació­n de 5.000 raciones de longanirad­o za y patatas asadas.

Unas fiestas que tuvieron otras muchas actividade­s lúdicas para el entretenim­iento de todos los ciudadanos, mayores y pequeños. La programaci­ón contó con actos diferentes como un cine infantil en el teatro Olimpia, hasta concursos de tiro de arco y bailes como el que tuvo lugar en el barrio de San Lorenzo la pasada noche del sábado.

Vicente nació en Huesca y murió en Valencia en el año 304. Fue un clérigo español, diácono de San Valero de Zaragoza, que fue captuhaya y torturado bajo el mandato de Dioclecian­o, por lo que la Iglesia lo venera como mártir.

Según la tradición, Vicente fue encargado de la predicació­n de la fe a causa de un impediment­o del habla que afectaba al obispo Valero, junto a quien fue prendido en el año 303 por orden del gobernador Publio Daciano y trasladado a Valencia. Por su parte, Valero fue condenado al destierro, mientras que Vicente sufrió el martirio, muriendo en el año 304. Antes de morir, convirtió a su verdugo. Debido a su vinculació­n con Valencia, es tradición el reparto de naranjas bendecidas el día de su fiesta tras la eucaristía, que este año se dio en la iglesia de San Vicente.

Los restos de Vicente recibieron sepultura a las afueras de la Valencia romana, en el lugar donde en la actualidad se alza la actual parroquia de Cristo Rey.

En el presbiteri­o de este templo se conserva un supuesto pedazo de la piedra de molino con la que le arrojaron al mar; también hay una réplica del sepulcro del santo.

 ?? AYUNTAMIEN­TO DE HUESCA ?? Reparto de naranjas en la iglesia de San Vicente, en Huesca, ayer por la mañana.
AYUNTAMIEN­TO DE HUESCA Reparto de naranjas en la iglesia de San Vicente, en Huesca, ayer por la mañana.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain