El gran acierto con Badía y el mercado pendiente
en Primera, con la sabiduría que dan los años, saber estar y una agilidad y unos reflejos que no ha perdido a pesar de estar a punto de cumplir 32. Es capaz de influir en los partidos con intervenciones que salvan goles. Su contratación fue un acierto cuando se realizó, un verdadero chollo de este mercado de enero siempre más restringido y difícil.
Ha sido un jugador que ha encajado como un anillo en el dedo del Zaragoza. De momento, el catalán ha llenado la portería y se ha ganado el puesto en el once. Cuando Cristian Álvarez esté a punto físicamente y apto para volver ya se verá qué decisión toma Julio Velázquez, que lo tendrá más complicado que nadie por la alta competitividad que habrá por el puestambién
to, lo que seguro redundará en el beneficio colectivo. En el mientras tanto, al equipo le ha sentado fenomenal su incorporación.
Por lo tanto, los 22 días que llevamos de esta ventana de fichajes han sido buenos para el club. El único movimiento de entrada realizado ha sido totalmente oportuno. Quedan nueve por delante para que se baje la persiana y todavía faltan cosas importantes por hacer. La plantilla tiene más potencial del que ha sacado hasta la fecha, pero necesita reforzarse para afrontar estos cuatro últimos meses de esprint final en mejor disposición. Los rivales también serán más fuertes. Los triunfos siempre endulzan los días y alegran la vista. Que estos árboles que van naciendo por el camino no impidan ver el bosque con la perspectiva adecuada y las necesidades que el equipo debería ver cubiertas: hace falta algún o algunos aciertos más como el de Edgar Badía.