Mueren al menos 24 soldados en el choque más letal para Israel
Las autoridades investigan si la explosión fue resultado de las minas colocadas por ellos mismos En el seno de la sociedad hebrea cobran fuerza las voces que cuestionan la agresividad en Gaza
Israel amaneció ayer de luto. Al menos 24 soldados israelís murieron el lunes en la jornada más letal del Ejército israelí en 109 días de guerra contra Gaza. Horas después de que la presión por un alto el fuego llegará a la Knesset, el Parlamento israelí, de la mano de la rabia de las familias de los cautivos en Gaza, este incidente podría tensar aún más la cuerda. Es «el alto precio que nos vemos obligados a pagar en una guerra tan justa», dijo el ministro y exjefe del estado mayor del Ejército, Benny Gantz. Por su parte, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, recordó que los «soldados caídos son un imperativo para lograr los objetivos de guerra». «Esta guerra determinará el destino de Israel en las próximas décadas», tuiteó. Veintiuno de los caídos han perecido en el mismo incidente a solo 600 metros de la frontera con Israel.
La sociedad israelí empieza a exigir más claridad respecto a lo ocurrido. Durante todo el día, las autoridades militares han intentado averiguar cómo tuvo lugar tal fatalidad. «Un escuadrón militante [en referencia a los combatientes de Hamás] sorprendió a la fuerza con disparos de RPG [una granada propulsada por cohete] «, explicó Daniel Hagari, portavoz del Ejército, a los periodistas esta tarde en Tel Aviv. «El primer misil impactó en uno de los edificios en los que se habían colocado explosivos; el impacto aparentemente provocó la explosión que causó el colapso del edificio y del edificio contiguo», añadió en referencia a las minas colocadas por las propias tropas. Las fuerzas israelís habrían estado preparando estos edificios próximos a la frontera con Gaza para demolerlos, como han hecho con tantas otras infraestructuras e, incluso, retransmitiéndolo en directo.
Según el Ejército, las tropas estaban destruyendo todas estas estructuras como parte de los esfuerzos del Ejército para establecer una zona de amortiguamiento que permitiera a los residentes de las comunidades fronterizas israelíes regresar a sus hogares. «Con ese fin, fuimos a la guerra, que comenzó con un intento
cruel de detener la vida, y estamos más decididos que nunca a devolver la vida aquí y aún más», insistió Hagari.
En el seno de la sociedad israelí toman mayor protagonismo las voces que ponen en duda que la continuación de la agresiva ofensiva militar sobre Gaza les garantice el retorno de los israelíes cautivos con vida. Tras un fin de semana de protestas pidiendo el fin de la guerra y mayores esfuerzos para devolver a los rehenes, Israel habría ofrecido a Hamás un alto el fuego de dos meses a cambio de la liberación de todos los secuestrados, vivos y muertos. Así lo difundió el lunes por la noche el portal estadounidense Axios.
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FALTA DE SERIEDAD La Unión Europea recibió el lunes de Israel la misma medicina que el bloque comunitario sigue prescribiendo para el devastador conflicto en Gaza: una grave falta de seriedad. Sus ministros de Exteriores habían invitado a sus homólogos israelí y palestino, amén de varios cancilleres árabes, para abordar la catastrófica situación humanitaria en la Franja y presentarles un plan de 12 puntos para la posguerra. Algo así como una declaración de principios que contempla la celebración de una conferencia de paz en la que se sentarían las bases para solucionar el conflicto con la creación de un estado palestino y garantías de seguridad para Israel. Pero cuando le tocó el turno a Israel Katz, el canciller del Estado judío, no habló de una cosa ni de la otra. Katz se sacó de la chistera dos vídeos reciclados que, según fuentes diplomáticas citadas por Euronews, dejaron a los ministros «perplejos».
Uno de ellos, para construir una línea férrea entre Oriente Próximo y la India; el otro, para levantar una isla artificial a cinco kilómetros de las costas de Gaza. Un proyecto, este último, supuestamente concebido para potenciar la economía de la Franja, la misma que está siendo sistemáticamente borrada del mapa como castigo al ataque de Hamás del 7 de octubre, informa Ricardo Mir de Francia.