La UE pide endurecer el control de las inversiones extranjeras
El plan busca remediar los riesgos a los que se enfrentan los Veintisiete
La pandemia de covid o la guerra de Rusia en Ucrania han convertido a la «seguridad económica» en una prioridad para la Unión Europea (UE). La Comisión Europea avanzó en junio su primera gran estrategia para blindar la economía frente a actores como Rusia o China y ayer dio un paso más con la adopción de una batería de cinco iniciativas destinadas a reforzar el control sobre las inversiones extranjeras de países que puedan suponer un riesgo para la seguridad de la UE y evitar que las inversiones europeas en el exterior puedan mejorar la capacidad militar o la inteligencia de actores que socaven la seguridad internacional.
«La UE es el actor más importante del comercio mundial. Exporta más de 3,1 billones de euros en bienes y servicios e importa 2,8 billones» pero «en un momento de tensiones políticas tan profunpotenciales das y de cambios tecnológicos tan rápidos hay que ser realistas sobre los riesgos a los que nos enfrentamos», justificó el vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovkis, durante una comparecencia conjunta junto a la vicepresidenta ejecutiva, Margrethe Vestager.
El plan no menciona a países concretos, pero el foco del trabajo es el mismo: remediar los riesgos y vulnerabilidades a los que se enfrenta la UE mejorando el control sobre las inversiones extranjeras; redoblando los controles a la exportación; identificando riesgos en determinadas inversiones salientes; promoviendo una mayor investigación en tecnologías de doble uso militar y civil; y reforzando la seguridad de la investigación a nivel nacional y sectorial.
Es decir, cerrar brechas en el sistema y «eliminar deficiencias» a partir de la experiencia de los últimos años, basada en el análisis de más 1.200 operaciones de inversión extranjeras directas notificadas por los Veintisiete en los últimos tres años. Por ejemplo, Bruselas considera que el mecanismo de control funciona bien, pero plantea la revisión del reglamento de control para hilar todavía más fino –no todos los países lo han puesto en marcha– centrarse en las transacciones de mayor riesgo como la inteligencia artificial y extender la vigilancia a las inversiones de países terceros.