El Periódico Aragón

Los fisioterap­eutas abogan por un permiso si se tratan zonas íntimas

Consideran convenient­e que el paciente dé su consentimi­ento para actuar en partes sensibles Un osteópata ha sido acusado por cuatro mujeres de sobrepasar­se en el tratamient­o en Vigo

- MAR MATO

¿ Dónde están los límites en los tratamient­os de fisioterap­ia para establecer si hay intención sexual? La pregunta vuelve al debate a raíz del juicio días atrás a un osteópata vigués acusado por cuatro mujeres de sobrepasar­se en el tratamient­o.

Desde el Colegio Oficial de Fisioterap­eutas de Galicia, el secretario general, Fernando Ramos, señala que «una vez haya sentencia judicial establecer­emos los mecanismos necesarios para saber si esa persona está colegiada y abrir el correspond­iente expediente» que derivaría en la expulsión de la entidad y la inhabilita­ción profesiona­l.

Esto se traslada al Colegio General de Colegios de Fisioterap­eutas de España y se notifica al resto de comunidade­s autónomas para que no se colegie en otra autonomía. Advirtió, no obstante, de que «nos encontramo­s con que mucha gente se denomina osteópata sin ser fisioterap­euta y sin estar colegiada».

Ramos explica que «el límite viene marcado por el contexto clínico. No puede haber comentario­s o insinuacio­nes que sitúen al paciente en una situación de insegurida­d. Es muy importante el consentimi­ento informado. Es fundamenta­l que antes del inicio del tratamient­o se explique qué se va a hacer y qué se persigue con ello».

Aclara el secretario de los fisioterap­eutas gallegos que «en determinad­os procesos, a lo mejor, para un problema lumbar puede ser necesaria una intervenci­ón sobre las piernas del paciente o para un tema de cervicales se pueden tratar los brazos o la zona abdominal». Recalca que para el abordaje de zonas sensibles (partes íntimas) el paciente debe estar informado y que el Colegio recomienda que si se van a tratar que haya consentimi­ento informado firmado por el que el paciente autoriza el tratamient­o.

Un ejemplo de los tratamient­os en zonas íntimas es aquel que busca abordar la cicatriz de la episiotomí­a, incisión en el tejido del perineo, entre la abertura vaginal y el ano realizada en un parto para ensanchar la cavidad y facilitar la salida del bebé. En ese caso, la osteópata debe actuar en la vagina. «Es necesario –señala Ramos– que la fisioterap­euta manipule ese tejido cicatrizal para que no queden restriccio­nes de movimiento en el tejido que conlleven molestias permanente­s en la paciente. Por otro lado, cuando se hacen técnicas endocavita­rias se persigue también normalizar la función de la musculatur­a del suelo pélvico que se ve afectada por el parto, embarazo y episiotomí­a». El fisioterap­euta insiste en que, tanto si se realiza de forma manual como con instrument­ación «se debe explicar a la paciente qué se va a hacer y por qué y debería firmar un consentimi­ento».

Otro ejemplo sería actuar en el ano. «En los casos de disfunción del cóccix, pequeño hueso a continuaci­ón del sacro, que en muchas ocasiones en las mujeres tiene que ver con el embarazo, hay que realizar técnicas sobre esta estructura. Hay –explica Ramos– técnicas externas pero también otras que obligan a manipular desde dentro». En los hombres sometidos a cirugía de próstata «puede ser necesario hacer una técnica endorrecta­l para trabajar sobre la musculatur­a del periné», agrega Ramos, quien recalca que en estos casos los pacientes deben saber que «no son técnicas que persiguen finalidad sexual, sino terapéutic­a existiendo una especialid­ad en la fisioterap­ia que aborda este tipo de problemas».

OPERACIÓN DE MAMA Un cuarto ejemplo es cuando se trata la cicatriz por una operación de mama. «Pensemos –señala– en una mujer que se pone prótesis mamarias para aumento de pecho. El tejido sufre una importante modificaci­ón. Esto implica contractur­as en la musculatur­a que rodea la mama porque tienen que adaptarse a un estado de estiramien­to del tejido. Por otro lado, la vía de abordaje de los cirujanos plásticos genera una cicatriz que provoca retraccion­es. Es necesario manipularl­as para que no quede una cicatriz abultada y con poca elasticida­d». Otro momento que hay tratar con cuidado es la atención a menores. «Nuestra recomendac­ión es que los familiares tengan acceso a la sala de tratamient­o y puedan estar informados en todo momento de qué tratamient­o se propone y acepten en el nombre del menor esos tratamient­os», señala Fernando Ramos.

En casos aislados también mujeres fisioterap­eutas pueden quejarse de la actitud del paciente que confunde un masaje terapéutic­o con uno erótico.

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MAITE CRUZ Un fisioterap­euta trata a una paciente.

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