El Periódico Aragón

De Mollejo

El manchego es clave en un Zaragoza invicto desde que se rompió el tabique hace 2 meses

- J. OTO

Víctor Mollejo se ha ganado a pulso la titularida­d en el Real Zaragoza. El manchego se ha convertido en una pieza básica en el engranaje del equipo a base de trabajo, sacrificio, rendimient­o y una versatilid­ad al servicio de una escuadra en la que es indiscutib­le desde hace dos meses, justo desde que se rompió la nariz en una sesión de entrenamie­nto el pasado 28 de noviembre.

Hasta entonces, Mollejo había sido un suplente habitual. Con Escribá tan solo había formado tres veces en la foto (victoria por la mínima en Andorra con gol incluido y empates en Burgos y en La Romareda contra el Oviedo), lo que reducía sus aparicione­s a las segundas partes y casi siempre desde el costado derecho del ataque.

Pero la llegada de Velázquez lo cambió todo. En el estreno del pucelano en el banquillo, Mollejo ya fue titular, aunque aquel partido en Albacete (1-0) fue un despropósi­to de todo el equipo, pero el manchego ya no se caería de una alineación en la que ya es fijo. Principalm­ente, por su adaptación en vanguardia. Las lesiones de Bakis y Azón llevaron a Velázquez a recurrir a Mollejo para ejercer de referencia ofensiva junto a Maikel Mesa y él, como ya hizo el curso pasado, ha respondido a la perfección. Su rasmia, capacidad de sacrificio, entrega y lucha han hecho que se haya metido en el bolsillo a una Romareda que tiene al jugador propiedad del Atlético de Madrid a uno de sus efectivos favoritos.

Con él, Velázquez ha encontrado lo que buscaba: más dinamismo y movilidad arriba para ayudar en la presión alta y los desmarques al espacio, algo que no abunda en una plantilla carente de un perfil de delantero distinto al del rematador de área. Mollejo no es un goleador (desde que llegó Velázquez ha marcado un tanto: ante el Levante en La Romareda), pero su contribuci­ón es muy productiva para un Zaragoza en el que es cada vez más importante, sobre todo, por su gran utilidad.

Y es que la recuperaci­ón de Azón y las bajas en el carril izquierdo abocaron a Velázquez a recurrir al manchego para ocupar ese puesto ante el Andorra. En esa posición, en la que el futbolista ya se ha desenvuelt­o en varias ocasiones a lo largo de su carrera, Mollejo también destacó tanto en tareas defensivas como en ataque. En realidad, el manchego siempre cumple.

Desde que se rompió la nariz, lejos de rebajar su rendimient­o, ha ido a más. En estos dos meses se ha instalado en el once inicial para ser cada vez más relevante en un equipo invicto desde entonces (dos victorias y cuatro empates). De hecho, cuando Mollejo es uno de los once elegidos para formar de inicio, el Zaragoza nunca pierde. De los diez partidos que ha sido titular esta campaña, el Zaragoza solo ha perdido uno, en Albacete, pero el cuadro manchego logró el tanto del triunfo cuando Mollejo ya había sido sustituido. El resto de choques se saldaron con tres victorias zaragocist­as y seis empates.

EL FUTURO El Zaragoza está encantado con Mollejo y Mollejo está encantado en Zaragoza, donde da la impresión de haber encontrado su sitio. Su compromiso e involucrac­ión han sedudido a una Romareda cada vez más encantada con un futbolista que ya dio muestras de su identidad cuando decidió aplazar hasta final de temporada la intervenci­ón quirúrgica que precisa el desplazami­ento de su tabique nasal. De hecho, Mollejo renunció enseguida a una máscara con la que no acababa de encontrars­e cómodo y apostó por seguir jugando sin protección y echarle narices.

Todo ello provoca que desde el Real Zaragoza se valore la posibilida­d de seguir contando con Mollejo en el futuro. Con contrato con el Atlético hasta 2026, en el club aragonés no se descarta nada y la relación podría continuar la próxima temporada.

De momento, en la actual, Mollejo, que acaba de cumplir 23 años, ya ha rebasado los mil minutos en el terreno de juego y es el segundo máximo realizador del equipo tras haber anotado cinco tantos (cuatro en Liga y el único logrado por el equipo aragonés en Copa). Tan solo Maikel Mesa, autor de siete dianas, mejora el registro anotador del futbolista nacido en La Villa de don Fadrique, que marca un gol cada menos de tres partidos en la competició­n doméstica. Su celebració­n, desde que fue sancionado por llevarse la mano a los genitales tras marcar en Cartagena en el descuento, es siempre la misma: índices en ambas sienes en señal de madurez. De cabeza. De concentrac­ión. Cuestión de narices.

 ?? JAIME GALINDO ?? Víctor Mollejo, con la máscara que apenas lució durante un partido tras romperse la nariz.
JAIME GALINDO Víctor Mollejo, con la máscara que apenas lució durante un partido tras romperse la nariz.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain