El Picarral se levanta contra una nueva depuradora industrial
El Ayuntamiento de Zaragoza autoriza la planta que Tereos abrirá en el corazón del barrio Los vecinos temen molestias por el ruido y los olores y han recogido 1.500 firmas
La historia del Picarral, en Zaragoza, ha estado estrechamente ligada con el movimiento vecinal y con la unión de sus vecinos contra las industrias que rodeaban sus viviendas y contaminaban el aire que respiraban. Pero este relato no solo es parte del pasado, también explica el presente. Los habitantes de esta zona de la capital aragonesa miran hoy con recelo a la construcción de una nueva planta depuradora industrial que se situará, ni más ni menos, en el corazón del barrio. «Estamos totalmente en contra. Queremos que el ayuntamiento nos tenga en cuenta», piden.
La construcción de la planta depuradora está prevista en un solar de más de 3.000 metros cuadrados y hasta ahora calificado como parcela lucrativa privada con destino residencial, es decir, viviendas, que está situado entre las calles Obón, Binéfar y Alcorisa.
El miedo de los vecinos resulta obvio: ruidos y olores que se suman a todo el tejido industrial que hoy en día ya rodea el barrio. Por su parte la empresa ha asegurado que instalará en la depuradora sistemas avanzados para evitar molestias y conseguir «el mínimo impacto de la planta de tratamiento en el entorno».
Para protestar contra la instalación de esta depuradora, los habitantes del barrio han constituido la Plataforma Vecinal Margen Izquierda contra la instalación de la depuradora de Tereos. En noviembre recogieron más de 1.500 firmas contra los planes de la empresa, que está amparada por el ayuntamiento. Y también presentaron alegaciones contra este plan.
Los vecinos argumentan que la factoría está asentada en terreno «industrial tolerado», que permite su actividad de forma transitoria hasta que esta finalice para dar paso después a una nueva zona de viviendas en la ciudad. Por lo tanto, aumentar el número de metros cuadrados destinados a la fábrica iría en contra, defienden, del propio Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad, que proyecta nuevos desarrollos residenciales en el barrio, como ha ocurrido recientemente en los suelos que antaño ocupaba Aceralia dentro, también, del Picarral.
El propio ayuntamiento concedió en octubre de 2020 una licencia a Tereos para la «legalización del exceso de obra construida» en la que calificaba la actividad de estas nuevas instalaciones de la fábrica como «molesta, insalubre, nociva y peligrosa por ruidos, vibraciones, riesgo de incendio y producción de aguas residuales». La lucha de estos vecinos se inició hace unos meses, pero el problema comenzó a gestarse en 2022, cuando la empresa de Tereos solicitó al ayuntamiento modificar el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para recalificar un solar situado junto a su factoría y permitir en ella el uso industrial y dejar de lado el residencial. El objetivo que justificaba la propuesta de la compañía era y es construir una «planta de tratamiento de efluentes», unas instalaciones en las que se limpiarán las aguas ya utilizadas en su proceso productivo y que contienen deshechos químicos e industriales.
/
EXPEDIENTES Y el problema para los vecinos es que ese terreno que Tereos pide anexionarse para construir la depuradora se sitúa a pocos metros de varios bloques de viviendas. Tras una primera consulta, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza dio su visto bueno para convertir esos suelos en industriales mediante una modificación del PGOU. Para llevar a cabo este trámite, era necesario que se firmara un convenio entre el Ayuntamiento de Zaragoza y Tereos, que se firmó el 22 de mayo de 2023. En ese documento, las partes acordaban los cambios en el planeamiento que deben llevarse a cabo y la recomposición del ordenamiento de la zona, que cambiará su configuración puesto que se moverá de sitio una zona verde.
Con la rúbrica, el ayuntamiento se obligaba a acometer la modificación del PGOU y Tereos a pagar 1.682 euros por una franja de calle de 25 metros cuadrados que también necesita para construir su depuradora.
La empresa, eso sí, se compromete a reurbanizar el entorno, puesto que la parcela que se va a anexionar no linda directamente con la factoría. Entre ellas hay una zona verde de 756 metros cuadrados y viales de tránsito público. La propuesta de modificación del Plan General contempla recalificar también esas áreas. La depuradora se construiría en la zona más próxima a la fábrica, mientras que los viales y la zona verde se reubicarán alrededor de la nueva planta para ejercer de «frontera entre la industria y el tejido residencial», reza un informe del servicio de Planeamiento y Rehabilitación del ayuntamiento al que ha tenido acceso este diario.
En la tramitación de la modificación hay un expediente que indica que se llegó a solicitar un informe al servicio de Medio Ambiente sobre la idoneidad de la instalación de esta planta depuradora, pero no consta respuesta alguna. Sí que se explicita que «en caso de no recibirse informe en el plazo fijado por la ley, se entenderá favorable y se continuará con la tramitación del expediente».
Ante esta situación, los vecinos se han dirigido al Justicia para pedirle amparo, si bien todavía no han obtenido respuesta. «Esta modificación del Plan General contraviene su propio espíritu, que era legalizar las fábricas hasta el fin de su actividad para después construir viviendas y ampliar el barrio. Pero si aumentas la factoría, lo que estás haciendo es consolidar su presencia en mitad de nuestras calles», lamenta Ana Lasierra, portavoz de la Plataforma No a la depuradora del Picarral. «No queremos que destruyan los empleos, pero si necesitan más suelo, que el ayuntamiento facilite su traslado a otro lado. No creo que permitieran instalar una depuradora en otros barrios. Nos sentimos de segunda», zanja.