El Periódico Aragón

«Nuestra capacidad es limitada y no podemos arreglarlo todo solos»

El alcalde de La Fueva considera la escuela «necesaria» y pide financiaci­ón Los padres de los niños confían en que pronto esté todo «legalizado y reglado»

- ARTURO POLA ZARAGOZA

Parece que, al menos por el momento, la calma ha vuelto a Caneto después de muchas semanas tras la reapertura de su escuela. Aunque las dos casetas de madera que hacen de aulas no llegaron a cerrar, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón ha permitido que los profesores vuelvan a dar clase a los 21 niños que forman la peculiar escuela.

Sin embargo, el amparo judicial por el cual los alumnos vuelven a disfrutar de sus clases no es más que un parche temporal que necesita más pronto que tarde una solución para que el colegio de Caneto sea legítimo en el largo plazo. Bien lo saben tanto las familias de los niños como las institucio­nes responsabl­es. Los arquitecto­s que visitaron las instalacio­nes dictaron un informe favorable sobre las condicione­s de las aulas, pero eso no implica de ninguna manera su validez ante la ley. «Es un proceso mucho más complejo de lo que parece. Estamos esperando órdenes y haciendo lo que podemos», reconoce Jesús Solano, alcalde de La Fueva, municipio al que pertenece Caneto.

El primer escollo que debe de salvar la escuela es el del suelo en el que se levanta. «Ahora mismo ese terreno está considerad­o como rústico y tiene que pasar a urbano. Tiene condicione­s para serlo: agua, desagües, luz solar...pero las normas subsidiari­as de Huesca son claras y ahora mismo no lo es», analiza un Solano que confiesa que un ayuntamien­to tan pequeño como el suyo no está preparado ni tiene los medios para lidiar con una situación tan complicada: «Nuestra capacidad es limitada y solos no podemos arreglarlo todo».

No obstante, el alcalde de La Fueva no tiene dudas con el camino que se debe seguir. «Vamos a hacer todo lo posible porque esa escuela siga abierta. La educación en Caneto debe ser legal. Es necesaria», afirma tajante el regidor, que reconoce que habrá que esperar para conocer si la fórmula para dar validez a la escuela es subsanando las deficienci­as que presenta o, por el contrario, empezar de cero con la construcci­ón de unas aulas nuevas. «Lo que tenemos claro es que en nuestro plan urbano, que estamos empezando a tramitar, ese terreno será urbanizabl­e», incide Solano sobre unos suelos que fueron cedidos por la Confederac­ión Hidrográfi­ca del Ebro para ese fin educativo.

Eso sí, Jesús Solano lamenta todas las trabas burocrátic­as y legales que va a tener que superar el Ayuntamien­to de La Fueva para legitimar la escuela. «Sé que la ley es la ley y hay que cumplirla, pero no entiendo que tengan que tener las mismas normas un colegio de una gran ciudad que uno aquí. Veo mucho más peligroso un paso de cebra en Zaragoza o el tranvía que lo que hay aquí en Caneto», subraya un alcalde que llegó al poder el pasado mayo liderando una agrupación independie­nte y que confiesa que este conflicto le ha «explotado en la cara». «Yo soy un

novato, he llevado el tema fatal. Poco a poco voy aprendiend­o, pero todavía me falta mucho. Esto ha sido un cursillo acelerado», dice entre risas un Solano que lamenta la vez la falta de apoyos al no formar parte de una estructura sólida como es el caso del resto de partidos tradiciona­les.

INVERSIONE­S Ligado a ello, el alcalde de La Fueva confiesa su incertidum­bre por ver los pasos a seguir en lo referido a la financiaci­ón del proyecto, una vez que parece que casi todas las partes han llegado a un consenso sobre el cómo proceder con la escuela de Caneto. «¿Esto quién lo paga?», se pregunta Solano. «A nivel ayuntamien­to la inversión que podemos hacer es muy pequeña y nuestros recursos llegan hasta donde llegan. Vamos a necesitar mucha ayuda económica...», asegura.

Sin embargo, Solano se muestra aliviado porque los 21 niños de Caneto hayan podido volver a la normalidad. «Tenía miedo de que los chavales perdieran un curso escolar o esta situación les fuera a perjudicar en un futuro», señala el alcalde. Eso sí, asegura que en ningún momento intentó mediar con los padres para que los chicos asistieran al colegio de Tierranton­a como pedía el Gobierno de Aragón. «Ni yo era nadie para intervenir

ahí ni había ninguna posibilida­d de que eso saliera adelante. La postura de los padres ha sido muy clara desde el principio y era imposible que cambiara. Tenían claro que salir de Caneto era perder la batalla y no lo iban a hacer en ningún caso», reflexiona.

Precisamen­te, las familias de los 21 niños de Caneto se muestran aliviadas por haber solventado una situación que parecía camino de enquistars­e, aunque también se muestran expectante­s por ver cómo se da ahora solución a la parte legal del conflicto. «Estamos satisfecho­s sobre todo por nuestros hijos. Yo creo que ahora es cuestión de tiempo y esperar...aunque vamos a seguir muy pendientes de cómo avanzan las cosas», afirma Eduard Jubert, el representa­nte de los padres de la escuela altoaragon­esa.

Jubert también se muestra preocupado por la financiaci­ón necesaria y reconoce que se están informando para optar a subvencion­es u otras partidas de dinero. Los padres preferiría­n que se mantengan las casetas de madera aunque no descartan por completo otras opciones como los barracones como medida temporal con tal de seguir en Caneto: «Confiamos en que en septiembre cuando empiece el curso todo esté legalizado, arreglado y reglado».

«Es más peligroso un paso de cebra en Zaragoza que lo que hay aquí en Caneto»

 ?? JAIME GALINDO ?? Una de las dos aulas de la escuela de Caneto la semana en la que el Gobierno de Aragón decidió clausurarl­a.
JAIME GALINDO Una de las dos aulas de la escuela de Caneto la semana en la que el Gobierno de Aragón decidió clausurarl­a.

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