Zaragoza aprieta su (cuarto) cinturón
La población del entorno de la capital es ya más del doble que a comienzos de siglo, cuando se empezó a planificar una circunvalación que empieza a ‘sufrir’ en varios tramos
El tráfico aprieta pero todavía no ahoga en el cuarto cinturón de la capital aragonesa. La Z-40 empieza a sufrir un incremento de vehículos en circulación por una arteria que ya es principal para muchos desplazamientos diarios y que empieza a dar síntomas de aproximarse al límite de su capacidad. Son muchos los motivos que explican un aumento de la intensidad media diaria de camiones y turismos rodando por ella y que apunta a un futuro mucho más problemático, según constatan los usuarios, sobre todo los profesionales del transporte, pero también una «población flotante», la de residentes en Zaragoza o municipios de su área metropolitana que viven o trabajan en ellos y que a diario se desplazan con su coche, que se ha disparado en la última década.
¿Cuáles son esos síntomas? Para empezar las cifras oficiales del Ministerio de Transportes (Mitma) que denotan que en los 15 años que lleva operativa la circunvalación entera (el anillo se completó para la Expo de 2008) en todos los tramos ha crecido en torno a un 50%. Otro, el aumento de la siniestralidad. La lógica dice, según explican los usuarios, que a más vehículos en carretera, más probabilidades de accidente, y prueba de ello es la Ronda Norte, donde se están concentrando los principales atascos y colisiones por alcance de los últimos años. La mayoría leves.
Podrían circular perfectamente 100.000 vehículos al día por este tramo de la A-2 Madrid-Barcelona pero ahora lo hacen en torno a 55.000 y empieza a dar problemas. Especialmente en su conexión con la carretera de Huesca (A-23) y la entrada a Zaragoza por la avenida Pirineos. Pues bien, todas las mañanas se colapsa tanto la salida 321, que conecta con esta autovía y la avenida principal de la ciudad, como el acceso al tronco central de la Ronda Norte de usuarios que acuden a sus centros de trabajo o estudio. «Es normal que esté aumentando la siniestralidad, si la población de Zaragoza y su entorno ya es un 20% más de lo que era hace diez años, aumenta el tráfico y también los accidentes. Lo ha hecho en un 30% o 40% y la conducción para nosotros se complica mucho y se vuelve peligrosa en momentos puntuales que cada vez son más», aseguró a EL PERIÓDICO DE ARAGÓN José Antonio Moliner, presidente de Tradime. «Por ese tramo de la A-2 circulan a diario más de 2.000 camiones en trayectos de largo recorrido que tienen que sortear una circulación doméstica que ha aumentado con más población y también con el incremento de los repartos por el boom del comercio electrónico y el auge de las entregas de paquetería en la ciudad», añadió.
El secretario general de Fetraz, Fernando Viñas, coincide en la «preocupación» con ese aumento del tráfico en una circunvalación que tiene que absorber todas esas circunstancias que la convierten en uno de los tramos más utilizados de la ciudad. «Hay un crecimiento del tráfico muy importante y hay muchos momentos en los que se da tal densidad que quizá no haya un peligro agobiante pero sí es una situación de riesgo evidente para todos», apuntó.
Ambos también coinciden en un tercer síntoma de presión sobre esa Z-40 que, a su juicio, «Zaragoza no está sabiendo resolver y que complica mucho el día a día» de los transportistas. «Hoy ya es muy difícil poder aparcar en Mercazaragoza, han aumentado los camiones que llegan a la Terminal Marítima de Zaragoza con contenedores, en la Ciudad del Transporte de San Juan de Mozarrifar también es muy complicado aparcar... Tiene que haber un gran estacionamiento o varios para camiones. Ha aumentado mucho el tránsito de esos vehículos pesados que tienen la ciudad como destino y no los estamos encontrando», explicó Moliner. Para Viñas, «esta es una reclamación del sector desde hace mucho tiempo y la Administración sigue sin responder».
Esto coincide con otro síntoma o motivo de que se está apretando el cuarto cinturón: el aumento de empresas que se están instalando en ese anillo exterior de Zaragoza. Las inversiones millonarias que están llegando, y las que están por llegar, están alimentando la ocupación de un epicentro de la logística como es Plaza y de otros polígonos industriales ubicados en un área metropolitana de la que salen o saldrán sus trabajadores, como Villanueva de Gállego, Zuera, Empresarium, La Puebla de Alfindén, Cuarte, Cadrete y María de Huerva, Centrovía y La Muela, el corredor hacia Logroño... Eso empieza a atisbar un problema futuro que se aproxima al presente. Muchas de esas inversiones, como la de Amazon en Plaza o de BonÁrea en Épila, por citar dos ejemplos claros, llevan desplazamientos diarios de muchos más vehículos hacia esos centros de trabajo. Y no están
Los transportistas alertan de que la siniestralidad ha subido un 30% y apuestan «por el quinto cinturón»
Hay una falta de aparcamientos para camiones que no se palia mientras llegan más inversiones al anillo exterior