Alquézar: de Pueblo Bonito a ‘Best Tourism Village’ y Destino Turístico Inteligente El futuro de Albarracín: hacia un turismo ordenado que asiente población
Podría parecer un clásico decir que Alquézar es un lugar privilegiado debido a su ubicación en el corazón del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara o por estar rodeada de auténticos santuarios del arte rupestre del Parque Cultural del Río Vero. Pero no es un clásico, es la privilegiada realidad en la que nos encontramos los habitantes de esta zona del Prepirineo aragonés.
Y si la historia y el marco geográfico son incomparables, como alcaldesa de Alquézar no puedo olvidar y, además, quiero destacar, todo el trabajo que han realizado sus vecinos y vecinas a lo largo de las últimas cuatro décadas. Un trabajo continuado, pensado y planificado que ha hecho que Alquézar sea uno de los pueblos Más Bonitos de España y,
Albarracín es desde hace ya muchos años sinónimo de turismo. Por nuestras calles pasan a lo largo del año miles de visitantes que hacen que nuestra localidad sea uno de los principales destinos turísticos de Aragón. Aunque no nos coge de nuevas y estamos acostumbrados, la situación actual merece ciertas reflexiones sobre el camino que queremos seguir.
La economía de Albarracín se sustenta mayoritariamente en el sector turístico. Lejos quedan ya aquellos años en los que el sector maderero empleaba a gran parte de la población y en los que el turismo, aunque ya existente, se concentraba en momentos puntuales del año. Hoy, cualquier momento es bueno para visitar nuestra ciudad y todos los días del año recibimos visitantes. desde 2022, tenga en su historia la distinción de la Organización Mundial del Turismo, como Mejor Pueblo Turístico y Best Tourism Village.
Estos reconocimientos nacionales e internacionales, unidos al buen hacer de las personas que en su día apostaron por quedarse en este municipio y hacer del turismo su forma de vida, hace que Alquézar vea aumentado cada año el número de turistas que nos visitan. Y nos encanta.
Este hecho, lejos de preocuparnos, nos enorgullece ya que es un reconocimiento a un trabajo bien hecho. Es cierto que, una o dos veces al año (o lo que es lo mismo, cuatro días de 365 que tiene un año), podríamos hablar de una cierta masificación turística. Pero este hecho puntual nos sirve de acicate para seguir renovando las
Las consecuencias del turismo son mayoritariamente positivas en la localidad, pero creo que es buen momento, ahora que todavía estamos a tiempo, plantearnos qué podría pasar si no cuidamos eso que hemos denominado muchas veces como la gallina de los huevos de oro.
Últimamente no han sido pocas las noticias en medios de comunicación de todo tipo advirtiendo sobre el peligro de masificación de destinos turísticos como Albarracín. Casi todos, aunque con diferentes análisis, coinciden en la misma pregunta: ¿es posible morir de éxito? A día de hoy, niego la mayor. Albarracín no es un destino turístico masificado. El hecho de que en momentos puntuales del año la afluencia de turistas se dispare no nos puede llevar a tomar esa afirmación como cierta, o,
y adaptándolas al nuevo perfil del turista, introduciendo cada vez más las nuevas tecnologías. A este respecto, no hemos de olvidar que el Destino Guara Somontano –junto con Zaragoza--, es el único que, en la pasada Feria Internacional de Turismo, Fitur, ha recibido el Sello Distintivo de Destino Turístico Inteligente (DTI).
Este reconocimiento es un premio pero, además, es un compromiso con la naturaleza, el medio ambiente y los turistas. Un compromiso que entre todos, administraciones y vecinos, desarrollaremos en cinco ámbitos: gobernanza, innovación, tecnología, sostenibilidad y accesibilidad.
El objetivo final es conseguir un crecimiento del turismo sostenible, en el que la llegada de turistas a los territorios no represente un problema de masificación. Para ello, la innovación y la tecnología, el fomento de sinergias y la transferencia de conocimiento van a ser las herramientas que nos ayuden a conseguir esta nueva forma de disfrutar de nuestros pueblos y municipios. Y, en esta tarea, Alquézar ya está trabajando.
Por un lado, y con el con el apoyo de la Comarca del Somontano, la Diputación de Huesca y el Gobierno de Aragón, a finales del pasado año, se abrieron las puertas de la nueva Oficina Comarcal de Turismo dotada con las últimas innovaciones tecnológicas que ayudan y facilitan la estancia a los turistas. El objetivo es que todo el flujo turístico que llega a Alquézar (160.000 visitantes cada año), se quede más tiempo en nuestro territorio visitando otros pueblos de la Comarca del Somontano. Es de¿acaso cir, que Alquézar sea destino turístico pero también punto de partida.
Por otro lado, desde la propia corporación municipal, estamos en la fase embrionaria de un plan piloto de movilidad a través del cual todos ganemos, es decir, los que nos visitan y los que vivimos aquí. Esta planificación es la continuación de todas las obras que con anterioridad se han ido realizando en Alquézar para facilitar el acceso a los turistas ya que en la actualidad contamos con seis zonas de aparcamiento señalizadas. No obstante, y volviendo al tema de la masificación, creo que cada vez más las personas que viajan en busca de descubrir territorios y disfrutar de otras experiencias (gastronómicas, históricas, culturales…), por lo general, llevan en su agenda varias propuestas que pueden ir compaginando según las condiciones del momento, y no me refiero solo a un número excesivo de visitantes, sino a las condiciones meteorológicas. Hay tanta información en la red de redes que los viajeros, previsores, conocen de antemano qué opciones hay en ese mismo territorio.
Y este es el caso de Alquézar. Pongamos un ejemplo: si una familia o un grupo viene a hacer un recorrido por las pasarelas del Vero, todos saben que, por temas de seguridad y medioambientales, hay un número máximo de visitantes cada hora. Si a su llegada han de esperar una hora, hay otras alternativas para cubrir ese tiempo sin necesidad de coger el coche y desplazarse. Es tan rico, variado y extenso el territorio Guara-Somontano que, afortunadamente, todavía no hablamos de masificación.
Además, con el nuevo reconocimiento del Sello Distintivo de Destino Turístico Inteligente (DTI) estamos convencidos que estamos a tiempo de que, por lo menos, en esta zona, esa situación no se produzca.
Tenemos territorio, historia, aventura, senderismo y una rica gastronomía acompañada por experiencias únicas en materia de enoturismo y oleoturismo. Todo forjado con las gentes de este acogedor territorio que reciben con la ilusión del primer día a quienes vienen a conocernos.
«Queremos que los turistas que vienen se queden más días para visitar la comarca»
El fenómeno turístico de Albarracín no puede ser abordado desde la perspectiva únicamente del visitante. De puertas para adentro, la actividad genera realidades que, por su importancia, deben ocupar un lugar prioritario en nuestro quehacer diario. La falta de vivienda, generalizada en el mundo rural, se hace todavía más visible con la idiosincrasia de nuestro municipio. Las empresas necesitan trabajadores, y éstos, vivienda. Parece obvio, pero a veces lo más sencillo se convierte en lo más difícil y, en esto, tenemos un problema.
Las administraciones deben tomarse este tema como una cuestión vital y la inversión pública tiene que ser inmediata. Un solo habitante de nuestros pueblos que tenga que abandonar el lugar donde quiere vivir por no poder encontrar una vivienda digna donde poder quedarse es un auténtico fracaso político y social que debería ser suficiente para replantearnos las prioridades y el futuro que queremos. Hay tantos estudios sobre la despoblación que ya solo falta una cosa: aplicarlos y financiarlos.
La diversificación de la economía local es otro de los aspectos importantes. Hoy, prácticamente todo gira en torno al turismo. Y esto no es malo, pero debería mejorar. Como se suele decir, poner todos los huevos en la misma cesta puede tener consecuencias peligrosas que recientemente, pandemia mediante, hemos podido experimentar. En este sentido, considero fundamental dar un impulso enérgico y renovado a nuestro polígono industrial, dando facilidades a la llegada de nuevas empresas.
Ante estos retos que se nos plantean se deberían exigir decisiones hábiles, valientes, novedosas y lo más consensuadas posibles con los sectores implicados. Así, con unos cimientos sólidos, Albarracín nunca morirá de éxito.