Un vergel cerca de casa
Para disfrutar de un día entre aperos de labranza y poder cultivar sus propias hortalizas no hace falta que se vaya muy lejos de la capital aragonesa. Por no hacer falta, no hay ni que salir del término municipal de Zaragoza. Ni tan siquiera del casco urbano, sin llegar a los barrios rurales. En Rosales, cerca del campin municipal y junto al Canal Imperial hay tres hectáreas de terreno fértil en el que crecen todo tipo de vegetales. Es el Hortal del Canal, un proyecto de huertos urbanos que cumple este 2024 su décimo aniversario.
Esta iniciativa surgió en el marco del programa Life de la Unión Europea para la conservación del medio ambiente. El ayuntamiento convocó un concurso público para adjudicar la gestión de los huertos a una entidad sin ánimo de lucro y el ganador de la concesión fue Doce: Asociación para la Creación de Entornos de Aprendizaje.
«Era un descampado. Con la subvención inicial acondicionamos el terreno y con los beneficios que hemos ido obteniendo en estos diez años hemos ido acometiendo todas las obras necesarias. Ahora nos falta solo la última: instalar una fuente de agua potable», explica la gerente de Hortal del Canal, María Pilar Bescós. Ella y un encargado de mantenimiento son los dos únicos trabajadores del recinto.
Las tres hectáreas de terreno están divididas en 380 parcelas, la mayoría de 50 metros cuadrados. de los usuarios son jubilados, pero hay de todo. También hay familias jóvenes que lo plantean como una actividad que poder hacer con sus hijos. Y en cuanto al género, está muy repartido: 50% de hombres y 50% de mujeres», cuenta Bescós.
En las instalaciones cuentan también con una nave en la que tienen una pequeña tienda con planteros y productos fitosanitarios –«que no es rentable pero ofrece un servicio a los usuarios», cuenta Bescós– y un espacio para hacer talleres. «Hay gente que viene sin tener ni idea y nosotros ofrecemos la formación básica».
Pero aquel que esté disfrutando de estas líneas imaginándose ya con su parcelita junto al Canal Imperial y cuidando de sus tomateras tendrá que esperar. En la actualidad hay una lista de espera de más de 180 personas, por lo que si el lector decide ponerse ahora en la cola para tener un huerto, deberá esperar «unos dos años», dice Bescós. Para los pacientes e interesados: la petición se hace a través de la web de Hortal del Canal y solo hay que introducir los datos de contacto.
El precio por alquilar una de estas parcelas es de 36,75 euros al mes, un coste que podría ser me«Muchos nor si no se aplicara un 21% de IVA. «Los alimentos tienen un IVA de entre el 4 y el 10%, por lo que no entendemos por qué tiene que ser de un 21%. No está regulado en realidad y lo hacemos por curarnos en salud, pero estaría bien que nos escucharan», pide Bescós.
Un «gran porcentaje» de los hortelanos que ocupan estas parcelas «llevan aquí desde el principio». Es decir, diez años. Es el caso de Miguel, un jubilado que cuando accedió a su parcela «no tenía ni idea» de agricultura. «Estaba a punto de jubilarme y pensé que iba a necesitar hacer algo, tener un hobby. Aunque ahora ya no soy un aficionado, ya soy profesional», ríe el hombre mientras limpia unos manojos de calçots ante la atenta mirada de otro hombre.
Hortal del Canal, en Rosales, cuenta con 380 parcelas y tres hectáreas de terreno cultivable
«Él, José Manuel –dice Miguel–, es el que más nos ha enseñado a todos». Y José Manuel hace gala de su saber: «¿Cuándo vas a sembrar las patatas?», le pregunta a Miguel. «En diez días. A partir del 20 de enero ya se puede», responde. «Muy pronto», sentencia.
Además de la patata, el tomate es el otro rey de estos huertos. Aunque ahora no es época, claro. «Nos intercambiamos muchas cosas, ahora acabo de darle una escarola a un hombre que se ha ido. Coge tú también una si quieres, José Manuel. Pero la grande para mí, eh», dice con gracejo Miguel. «Hay un ambiente buenísimo», asegura.
En una parcela cercana está trabajando Santos. Está retirando unas borrajas y limpiándolas para dejar espacio para nuevos cultivos. «Yo llevo dos años aquí. Soy de Luna y he tenido huerto toda la vida en el pueblo. Pero mi madre está mayor y ya no subo tanto. Así que me cogí este en Zaragoza. Hay que entretenerse», afirma el hombre.
¿Qué es lo que mejor se le da? «Todo», presume con una sonrisa de oreja a oreja. «Llevo en esto desde pequeño. Si se me diera mal...», justifica. En su parcela tiene habas, bisaltos y otras tantas especies vegetales. «Ahora en invierno cuanto más hielo les caiga mejor. Con lo que saco del huerto tengo para comer verdura todo el año. Lo único que compro es la fruta. Tomates cojo kilos y kilos y kilos. A manos llenas», asegura Santos.
Pero no todos son jubilados. Los alumnos del colegio de Rosales del Canal también tienen un par de parcelas. «Tenemos espinacas, lechugas, brócoli, habas... lo que más nos ha costado que salga son las borrajas», cuentan Adrián y Samuel, dos de los estudiantes del centro. «Lo que cultivamos nos lo repartimos. Esta verdura sabe distinta, esta mucho mejor. Cuando te has acostumbrado y pruebas la del supermercado te sabe rarilla», cuentan. «No hay nada como comerte una tortilla hecha con tus propias patatas», zanja María Pilar Bescós.