Israel dinamita parte de Gaza para crear una «zona de seguridad»
Tendrá un kilómetro de ancho en todo el perímetro y estará prohibida a los gazatís Estados Unidos defiende mantener la «integridad territorial» de la Franja
Las tropas israelís llevan semanas dinamitando centenares de viviendas y campos agrícolas en la periferia de Gaza para crear una «zona de seguridad» en su perímetro fronterizo, según ha confirmado esta semana el propio Ejército hebreo. Esa zona de nadie aspira a prevenir la infiltración de milicianos palestinos en Israel, como la que dio pie al ataque de Hamás del 7 de octubre pero no se está levantando en territorio israelí sino dentro del territorio ocupado palestino. La maniobra es un claro desafío a EEUU, que insiste en que «la integridad territorial de Gaza debe ser respetada», así como una aparente violación del derecho internacional. Y es que, en términos prácticos, no solo impedirá que miles de desplazados palestinos puedan regresar a sus hogares, sino que reducirá un poco más el diminuto enclave costero.
La noticia saltó esta misma semana de forma aparentemente accidental, cuando el Ejército israelí daba cuenta de la muerte el pasado lunes de 24 militares en la periferia de Jan Yunis, la segunda ciudad más poblada de la Franja y ahora completamente rodeada por sus tropas. Uno de sus portavoces explicó que los soldados eran parte de una unidad de demoliciones que fue atacada con lanzagranadas cuando colocaba explosivos en varios edificios a unos 650 metros de la frontera con Israel. «Las tropas estaban demoliendo estructuras e infraestructura terrorista para crear condiciones seguras para el regreso de los residentes del sur a sus hogares», dijo el portavoz Daniel Hagari. Murieron «en la zona de seguridad entre las comunidades israelís y Gaza».
Más allá de confirmar que esa franja forma parte de un plan para reforzar la seguridad del sur de Israel, las militares no quisieron aportar más detalles desde entonces. El asunto es extremadamente sensible. Pero, de acuerdo con fuentes israelís citadas por The Wall Street Journal, la «zona de seguridad» tendrá un kilómetro de anchura y recorrerá el perímetro de la Franja. La entrada de palestinos estará completamente prohibida. «Habrá una zona de amortiguamiento: no habrá nadie allí, solo minas, para asegurar que el 7
de octubre no vuelve a producirse», dijo este mes a la prensa el exjefe de la inteligencia militar israelí, Amos Yadlin. La Franja tiene solo 40 kilómetros de largo, y entre seis y 10 kilómetros de ancho, dependiendo del tramo. Y es una de las zonas más densamente pobladas del planeta.
La seguridad de Israel se está construyendo a costa de la seguridad de los palestinos. De acuerdo con el Canal 12 israelí, sus fuerzas han derruido ya 1.100 edificios de los 2.850 que están en la ruta trazada para la «zona de amortiguamiento». Voladuras que han afectado a centenares de viviendas residenciales, así como a invernade
ros, campos de cultivo o colegios, según vídeos e imágenes por satélite analizados por The Washington Post. La clase de acciones que se están examinando en La Haya, donde el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) dirime la denuncia por genocidio contra Israel presentada por Sudáfrica.
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JUNTO A LA FRONTERA Esta misma semana el tribunal no solo se declaró competente para abordar el caso, sino que ordenó al Estado judío que tome medidas para prevenir el genocidio en Gaza, castigue su incitación y permita la entrada de ayuda humanitaria en el enclave, severamente restringida. En Gaza ya existía desde hace más de una década una «zona cerrada» junto a la frontera, aunque sensiblemente inferior, de unos 300 metros de anchura. Decenas de gazatís han muerto tiroteados al penetrar en ella, según la oenegé B’tselem, en muchos casos campesinos que trataban de atender su huertos. Para prevenirlo, el Ejército israelí solía fumigar los campos con herbicidas.
Los planes israelís llevan siendo telegrafiados desde los primeros compases de la ofensiva. «Cuando acabe esta guerra, no solo
Hamás habrá desaparecido, sino que el territorio de Gaza quedará reducido», dijo a mediados de octubre el entonces ministro de Exteriores, Eli Cohen. Su Gobierno ha tratado de obtener el beneplácito de varios países árabes al respecto, según publicó Reuters, pero se ha topado una y otra vez con un rechazo frontal. Particularmente de Washington. Esta misma semana, su secretario de Estado, Antony Blinken, volvió a repetir el rechazo de la Casa Blanca a tullir Gaza con una «zona de seguridad». Y es que ambas prácticas son violaciones flagrantes del derecho internacional humanitario.
«Al crearse en territorio ocupado, la zona de seguridad implica la adquisición de territorio mediante el uso de la fuerza, lo que vulnera el derecho a la libre autodeterminación del pueblo palestino y es una violación del Cuarto Convenio de Ginebra», asegura a este diario, Ana Manero, catedrática de Derecho Internacional Público en la Universidad Carlos III de Madrid. Organizaciones de derechos humanos han señalado además que la destrucción deliberada de viviendas civiles y campos de cultivos puede constituir un crimen de guerra.
La destrucción deliberada de viviendas y campos de cultivos puede constituir un crimen de guerra