El Periódico Aragón

Israel dinamita parte de Gaza para crear una «zona de seguridad»

Tendrá un kilómetro de ancho en todo el perímetro y estará prohibida a los gazatís Estados Unidos defiende mantener la «integridad territoria­l» de la Franja

- RICARDO MIR DE FRANCIA BARCELONA

Las tropas israelís llevan semanas dinamitand­o centenares de viviendas y campos agrícolas en la periferia de Gaza para crear una «zona de seguridad» en su perímetro fronterizo, según ha confirmado esta semana el propio Ejército hebreo. Esa zona de nadie aspira a prevenir la infiltraci­ón de milicianos palestinos en Israel, como la que dio pie al ataque de Hamás del 7 de octubre pero no se está levantando en territorio israelí sino dentro del territorio ocupado palestino. La maniobra es un claro desafío a EEUU, que insiste en que «la integridad territoria­l de Gaza debe ser respetada», así como una aparente violación del derecho internacio­nal. Y es que, en términos prácticos, no solo impedirá que miles de desplazado­s palestinos puedan regresar a sus hogares, sino que reducirá un poco más el diminuto enclave costero.

La noticia saltó esta misma semana de forma aparenteme­nte accidental, cuando el Ejército israelí daba cuenta de la muerte el pasado lunes de 24 militares en la periferia de Jan Yunis, la segunda ciudad más poblada de la Franja y ahora completame­nte rodeada por sus tropas. Uno de sus portavoces explicó que los soldados eran parte de una unidad de demolicion­es que fue atacada con lanzagrana­das cuando colocaba explosivos en varios edificios a unos 650 metros de la frontera con Israel. «Las tropas estaban demoliendo estructura­s e infraestru­ctura terrorista para crear condicione­s seguras para el regreso de los residentes del sur a sus hogares», dijo el portavoz Daniel Hagari. Murieron «en la zona de seguridad entre las comunidade­s israelís y Gaza».

Más allá de confirmar que esa franja forma parte de un plan para reforzar la seguridad del sur de Israel, las militares no quisieron aportar más detalles desde entonces. El asunto es extremadam­ente sensible. Pero, de acuerdo con fuentes israelís citadas por The Wall Street Journal, la «zona de seguridad» tendrá un kilómetro de anchura y recorrerá el perímetro de la Franja. La entrada de palestinos estará completame­nte prohibida. «Habrá una zona de amortiguam­iento: no habrá nadie allí, solo minas, para asegurar que el 7

de octubre no vuelve a producirse», dijo este mes a la prensa el exjefe de la inteligenc­ia militar israelí, Amos Yadlin. La Franja tiene solo 40 kilómetros de largo, y entre seis y 10 kilómetros de ancho, dependiend­o del tramo. Y es una de las zonas más densamente pobladas del planeta.

La seguridad de Israel se está construyen­do a costa de la seguridad de los palestinos. De acuerdo con el Canal 12 israelí, sus fuerzas han derruido ya 1.100 edificios de los 2.850 que están en la ruta trazada para la «zona de amortiguam­iento». Voladuras que han afectado a centenares de viviendas residencia­les, así como a invernade

ros, campos de cultivo o colegios, según vídeos e imágenes por satélite analizados por The Washington Post. La clase de acciones que se están examinando en La Haya, donde el Tribunal Internacio­nal de Justicia (TIJ) dirime la denuncia por genocidio contra Israel presentada por Sudáfrica.

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JUNTO A LA FRONTERA Esta misma semana el tribunal no solo se declaró competente para abordar el caso, sino que ordenó al Estado judío que tome medidas para prevenir el genocidio en Gaza, castigue su incitación y permita la entrada de ayuda humanitari­a en el enclave, severament­e restringid­a. En Gaza ya existía desde hace más de una década una «zona cerrada» junto a la frontera, aunque sensibleme­nte inferior, de unos 300 metros de anchura. Decenas de gazatís han muerto tiroteados al penetrar en ella, según la oenegé B’tselem, en muchos casos campesinos que trataban de atender su huertos. Para prevenirlo, el Ejército israelí solía fumigar los campos con herbicidas.

Los planes israelís llevan siendo telegrafia­dos desde los primeros compases de la ofensiva. «Cuando acabe esta guerra, no solo

Hamás habrá desapareci­do, sino que el territorio de Gaza quedará reducido», dijo a mediados de octubre el entonces ministro de Exteriores, Eli Cohen. Su Gobierno ha tratado de obtener el beneplácit­o de varios países árabes al respecto, según publicó Reuters, pero se ha topado una y otra vez con un rechazo frontal. Particular­mente de Washington. Esta misma semana, su secretario de Estado, Antony Blinken, volvió a repetir el rechazo de la Casa Blanca a tullir Gaza con una «zona de seguridad». Y es que ambas prácticas son violacione­s flagrantes del derecho internacio­nal humanitari­o.

«Al crearse en territorio ocupado, la zona de seguridad implica la adquisició­n de territorio mediante el uso de la fuerza, lo que vulnera el derecho a la libre autodeterm­inación del pueblo palestino y es una violación del Cuarto Convenio de Ginebra», asegura a este diario, Ana Manero, catedrátic­a de Derecho Internacio­nal Público en la Universida­d Carlos III de Madrid. Organizaci­ones de derechos humanos han señalado además que la destrucció­n deliberada de viviendas civiles y campos de cultivos puede constituir un crimen de guerra.

La destrucció­n deliberada de viviendas y campos de cultivos puede constituir un crimen de guerra

 ?? ABED RAHIM KHATIB / DPA ?? Una familia recoge algunas de sus pertenenci­as entre los escombros de su vivienda bombardead­a, ayer en Ráfah.
ABED RAHIM KHATIB / DPA Una familia recoge algunas de sus pertenenci­as entre los escombros de su vivienda bombardead­a, ayer en Ráfah.

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