Fracasa el plan para evitar la rotura de cristales en la pasarela del Voluntariado
El sistema instalado ➲ en algunos cuadros no consigue eliminar la vibración que los agrieta
Ala pasarela del Voluntariado de Zaragoza le han echado un mal de ojo, se diría. El Ayuntamiento de Zaragoza no ceja en su intento de mantener en las mejores condiciones este icónico puente colgante, inaugurado para la Expo de 2008, que presenta un aspecto bastante cuestionable. La renovación de los cristales no ha servido de mucho y menos de seis meses después, la mayoría presenta daños. Para evitar estas roturas, provocadas por las vibraciones propias de su condición colgante, los técnicos optaron por instalar unos módulos de acero inoxidable con un sistema que, en teoría, iba a minimizar el efecto de la vibración. Sin embargo, el resultado no ha sido el esperado.
El deterioro de esta infraestructura es cada vez es mayor. La corrosión en la carpintería metálica afecta a los acristalamientos y a sus sistemas de anclaje, que acaban partiéndose aunque, en ningún caso, la situación afecta a la estructura del puente.
En la última actuación acometida por las brigadas municipales, centrada en el cambio de cristales y módulos, así como en el lijado de las estructuras y barandillas, el ayuntamiento invirtió 120.000 euros. Iniciada en marzo, se sustituyeron en total medio centenar de vidrieras que tuvieron que ser remplazadas tras ser afectadas por el paso del tiempo, el vandalismo y la corrosión de los módulos metálicos que las sujetan.
El área de Urbanismo e Infraestructuras está trabajando en la redacción de un proyecto de rehabilitación integral de la pasarela del Voluntariado que incluirá la renovación del suelo y la sustitución de todos los arcos. Los técnicos municipales ya optaron por la sustitución de alguno de los módulos por acero inoxidable y un sistema que minimizaba el impacto de la vibración en las vidrieras.
Desde el área de Urbanismo admiten que este plan no ha funcionado y prueba de ello es el estado actual del puente, con multitud de cristaleras agrietadas. El consistorio ahora tendrá que buscar otra alternativa que deberá testarse antes de que se inicien los trabajos de remodelación, cuya licitación saldrá a finales de año. Este proyecto de adecuación integral no resultará barato y la inversión podría superar el millón de euros, aunque por ahora es pronto para cifrar el coste del proyecto. El ayuntamiento inició los trabajos de mantenimiento de la pasarela en 2016, cuando saneó las barandillas muy afectadas por el óxido que se genera por la humedad. En 2010 comenzó a sustituir los vidrios agrietados y desde entonces se han sustituido cerca de 200. Solo en los tres últimos años se han tenido que reemplazar algo más de un centenar. Algunos de ellos se han tenido que cambiar por seguridad, otros porque estaban rotos y otros porque han sido saboteados por los vándalos. En total, el consistorio se ha gastado solo en cristales 80.000 euros.
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OTROS PROYECTOS El de la pasarela del Voluntariado no es el único proyecto que tiene en cartera el Gobierno de Natalia Chueca. Uno de los «objetivos de la legislatura» –en palabras del concejal de Urbanismo, Víctor Serrano– es impulsar un plan especial de rehabilitación de los puentes de la ciudad. En concreto, de los puentes de Piedra, Hierro, Cogullada y el de la pasarela del Voluntariado.
Según las primeras estimaciones que se hicieron, los trabajos en el puente de Hierro ascenderían a los 400.000 euros, a unos 300.000 el de Piedra (declarado Bien de Interés Cultural) y a más 2 millones el de Cogullada, la intervención más costosa debido a su avanzado estado de degradación. No obstante, el coste final se definirá en los pliegos en los que también trabajan los técnicos municipales. Cada uno tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, el del puente de Hierro exige un repintado cada 10 o 15 años por el tipo de infraestructura.
Eso no significa que no se actúe de manera rutinaria en estas infraestructuras. El contrato de mantenimiento de los 123 puentes y pasarelas que hay en la capital incluye destacan el saneado de las fisuras y las grietas, la reparación de las estructuras de hormigón, la renovación de las juntas, de las defensas y del sistema de impermeabilización y de drenaje.