EEUU reimpone sanciones a Maduro tras la inhabilitación de Machado
La justicia de ➲ Venezuela censura a la candidata opositora acusada de conspirar Maduro competirá ➲ nuevamente contra sí mismo en las presidenciales
«Elecciones ya», exclamó Nicolás Maduro después de que la Asamblea Nacional anunciara su decisión de elaborar con «precandidatos, partidos y movimientos de electores que quieran» el cronograma electoral de 2024. «Diálogo incluyente», añadió el presidente de Venezuela. Pero las palabras de entusiasmo se dan de bruces con un presente político que se parece mucho a frustraciones recientes. María Corina Machado, la candidata de la oposición surgida de las primarias, ha sido inhabilitada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) por su supuesta participación en actos conspirativos y Estados Unidos ha anunciado el retorno de las sanciones económicas.
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PETRÓLEO, GAS Y ORO La situación es circular en Venezuela: negociaciones, esbozo de apertura, sensación de que el conflicto se encarrila y, de repente, denuncias oficiales de atentados fallidos contra Maduro, una nueva ola represiva y el endurecimiento del palacio de Miraflores. Nadie se sorprendió el martes por la noche cuando el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Matthew Miller,
dijo que el 18 de abril regresan las sanciones, que afectan al petróleo, el gas y el oro, y que habían facilitado entendimientos con empresas como la española Repsol. Ese día expiran las flexibilizaciones otorgadas en los acuerdos de Barbados entre el madurismo y la oposición para realizar elecciones generales sin exclusiones.
El dictamen del TSJ sobre la candidatura de Machado es observado por EEUU como una «falta de
avance» de las metas pactadas en octubre. Costa Rica, Chile, República Dominicana, Francia, Panamá, Canadá y Ecuador también han cuestionado el pronunciamiento de TSJ, y Chile ha expresado su «preocupación».
/ VUELOS DE REPATRIACIÓN La vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, no se demoró en reaccionar. «Si dan el paso en falso de intensificar la agresión económica contra Venezuela, tras el 13 de febrero quedarían revocados los vuelos de repatriación de migrantes venezolanos, y pasaría a revisión cualquier mecanismo de cooperación existente». «Si nos imponen más sanciones, tendremos una industria poderosa para hacer frente a la crisis energética mundial», añadió el ministro del Petróleo, Rafael Tellechea
La oposición, que se ha unificado detrás de Machado –aunque no todos se identifican con el programa derechista de la líder de Vente Venezuela– sintió otra vez el tono de burla de Maduro cuando respaldó «con todas» sus «fuerzas» la elaboración del cronograma electoral en una «gran mesa de diálogo nacional». Al grito de «yanquis de mierda», Jorge Rodríguez, jefe de la delegación que ha negociado en Barbados con la oposición, convocó a «empresarios, campesinos, artistas plásticos, profesores universitarios y maestras de escuela» para sumarse a la contienda. El Consejo Nacional Electoral, mientras, se mantiene en silencio. «No hay elecciones sin mí. Aquí son millones que quieren un cambio y que han votado en las primarias por mi candidatura para derrotar a Maduro. Y el régimen lo ha subestimado», respondió Machado.
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MEDIDA INOCUA El analista político Luis Vicente León sostuvo que el retorno de las sanciones para hacer frente a una medida «claramente antidemocrática» del madurismo no resolverá el problema. «Los sancionadores lo saben, más allá de las presiones políticas internas que les obligan a anunciarlas, en medio de una gran presión electoral», señaló sobre las elecciones estadounidenses.
Léon está convencido de que Maduro no va a habilitar a Machado. Venezuela se enfrentará otra vez con una inestabilidad conocida: déficit de abastecimiento en todos los órdenes, «empobrecimiento del sector productivo, más deterioro de la ya pobre infraestructura y un mayor poder político para el repartidor de las migajas que queden (como lo hemos visto en los últimos seis años)». A su criterio, la oposición debería entender «que no se trata de una persona sino de una estrategia y un país». Aunque León no lo explicita, se inclina a sugerir que al madurismo se le ganará en su propio terreno, como sucedió en Chile en 1988, cuando la oposición derrotó al dictador Augusto Pinochet en el plebiscito con el que buscaba perpetuarse.