PP y Vox entierran la memoria democrática con su derogación
El Gobierno de Azcón reafirma su decisión definitiva al considerar que «se defiende a todas las víctimas» La izquierda afea la lectura única y advierte a los populares de «abrazar el discurso de la ultraderecha»
La bronca en el regreso de la actividad a las Cortes de Aragón estaba asegurada y la previsión no falló. Derechas e izquierdas elevaron el tono en el debate de derogación de la ley de memoria democrática de la comunidad, primer paso tomado por PP y Vox para cumplir uno de sus acuerdos más polémicos de Gobierno. La derecha se atrincheró en la «igualdad» de las víctimas y en el respeto a la Constitución, mientras que la oposición advirtió de «la mimetización» de los populares con la ultraderecha y defiende la memoria con la ley estatal.
La diputada del Partido Popular, Ana Marín, fue la encargada de presentar la derogación, defendiendo la Constitución de 1978, que fue capaz de «servir a los españoles que vivieron el pasado, en una España convulsa, y para los del futuro, para que fuera mejor y vivir en libertad». Marín afirmó que lo que el PP denunciaba ayer en Las Cortes es «una ley de memoria que discrimina a unas víctimas frente a otras, razón para ser derogada».
«Si realmente la ley fuera igual para todas las víctimas, habría sido más correcto haber hecho un artículo único que considerase como víctimas a todas las personas que fueron asesinadas o sufrieron daños sobre la guerra civil o la dictadura franquista», defendió Marín, que también insistió en que el Ejecutivo creará «un plan para preservar la concordia, que aunará el pasado y futuro». Un proyecto que «recuerda a todas las víctimas del terrorismo y aquellos que en tiempo democrático dieron su vida por la libertad», insistió la popular, que aseguró que el plan «favorecerá el acceso a los restos de todas las personas y la exhumación de las víctimas». La oposición en bloque afeó que ese plan de concordia todavía no haya sido presentado.
A todo trapo salió el portavoz de Vox, Santiago Morón, bautizando la jornada como «un gran día» que iba a acabar con «una ley liberticida más propia de un estado totalitario». «Una ley que como otras leyes de memoria abre viejas heridas y quiere acabar con el régimen de convivencia abierto en 1978», sostuvo Morón, que mantuvo que para su formación «España estaba reconciliada a principios de siglo XXI y
fue Zapatero el que trajo la división entre españoles», apostilló.
El portavoz de la ultraderecha criticó que la izquierda «haya renunciado a la Transición y a la Constitución» y defendió que «la gran noticia» de la derogación significa que «el conocimiento y la historia vuelven a ser de los historiadores y no estarán censurados por una comisión». «Ya no se adoctrinará a los pequeños en el guerracivilismo, se hablará de lo que nos une y se hablará de la Constitución», completó.
El PSOE, por su parte, criticó que el Ejecutivo de Azcón haya «utilizado principios democráticos para acabar con otros principios democráticos». Así inició su intervención el portavoz socialista Daniel Alastuey, que señaló que «si el problema es un artículo, por qué no han optado por la modificación de la ley». Alastuey lamentó que esta derogación «coloca a Aragón en el club de esas comunidades que no tienen criterios de memoria democrática». «Amparados en la ley nacional», los socialistas anunciaron que seguirán «tomando iniciativas y recordando la memoria».
Alastuey advirtió al PP que con acciones como la de ayer «están aceptando el sello de la ultraderecha y se jactan de derogar esta ley». El socialista mantuvo que «las sociedades necesitan conocer su pasado para tener su futuro».
Para Chunta Aragonesista, la derogación de la ley de memoria supone que el Gobierno «toma partido y defiende a los ganadores de la guerra civil», aspirando a imponer «un relato, porque son los herederos del franquismo». José Luis Soro, portavoz de CHA, criticó de nuevo que se eligiese el 20 de noviembre, «el día más facha del año», para anunciar este proyecto.
«Lo suyo es sectarismo sobre sectarismo», aseguró, en referencia a la intención de PP y Vox de intentar tramitar la ley con lectura única. «¿Les da miedo que les puedan decir las verdades a la cara?», preguntó Soro, que pidió reflexión a la derecha para que sea posible «que los historiadores vengan a contar la verdad».
GRUPO MIXTO Pilar Buj, de Teruel Existe, lamentó que la exposición de argumentos «no se ajusta a la ley que quieren derogar» y criticó que Vox «quiere vivir en la excepcionalidad española respecto a la convivencia y superación de los conflictos del pasado». «El único relato sobre la guerra civil lo escribió el franquismo, la propaganda franquista continuó siendo excepción en el mundo con un relato que han recuperado ustedes desde el revisionismo en el que está instalado», terminó Buj sobre la ultraderecha.
Por último, en el grupo mixto, mezcla de opiniones. Álvaro Sanz, de Izquierda Unida, y Andoni Corrales, de Podemos, se declararon abiertamente en contra de la derogación. Por su parte, Sanz ha señalado que «no se busca revancha, solo justicia» y comentó que «los historiadores quieren arrojar datos y acabar por el relato impuesto por los vencedores». «Todas la víctimas van a seguir exigiendo que todo esto se afronte como se debe afrontar y hay que situar a todas las personas en la historia», afirmó Sanz.
Corrales definió como «infame» la derogación del texto y anunció que el Ejecutivo autonómico «se va a tener que comer la ley estatal». «Franco no ha muerto y los hechos lo demuestran», siguió el portavoz de Podemos.
Alberto Izquierdo, del PAR, definió el día como «un momento innecesario». El aragonesista recordó que su partido votó en contra «porque las leyes no son excluyentes y todo el mundo debe estar representado en las leyes», antes de pedir «una norma en la que todo el mundo se sienta unido».