El Festival de cine de La Almunia relacionará cine y empatía
La cita se celebrará del 4 al 11 de mayo con el lema Miradas que transforman
La capacidad del cine para generar empatía en el espectador y ser vehículo de emociones y valores sociales será el hilo vertebrador de la vigésimo octava edición del Festival de Cine de La Almunia (Fescila), que se celebrará del 4 al 11 de mayo. Bajo el lema Miradas que transforman, la cita almuniense quiere poner el foco en el potencial del séptimo arte para mostrar la vida y las experiencias de otros y conseguir que el espectador conecte con realidades diferentes y diversas. «En todas las películas siempre vamos a encontrar un valor, un sentimiento o una emoción que haga de motor. La cuestión es que hay obras que elevan esos valores a un estadio superior y consiguen una catarsis, una transformación que va más allá del mero entretenimiento», explica el director artístico del festival, Alejandro Aísa. «El cine debe dejar más preguntas que respuestas y arrojar luz sobre aquellos aspectos de la sociedad menos convencionales y que quedan en la sombra. También hay ocasiones en que más que por el tema tratado, la originalidad de la película radica en el punto de vista o en la manera de presentarlo», añade.
El festival quiere poner en valor el trabajo de aquellos profesionales del audiovisual que entienden este medio como una herramienta para el cambio y el mantenimien
to de los valores básicos que compartimos como sociedad. Frente a la fuerte deriva individualista, el arte de la imagen insiste en recordarnos que vivimos en comunidad. «El cine nos muestra a quienes están a nuestro alrededor, cómo son, cómo viven, qué les preocupa, qué les hace felices o sufrir y por qué», señala Carmen Pemán, directora de producción de Fescila.
La imagen de la 28ª edición de Fescila es obra del diseñador zaragozano Pablo Berges. Ya firmó el
cartel anunciador de 2018 y en esta ocasión, explica, ha apostado «por colores vibrantes y formas simples que sintetizan ese mensaje sobre la capacidad que tiene el cine para crear conexiones emocionales y transformar la mirada del espectador».
El cartel muestra a dos personas que más que reflejarse en un espejo, se miran una a otra a través de él. «El espejo ilumina la cara de ambas como si se tratase del haz de luz de un proyector. El cine también ilumina rincones de
nuestro mundo y nuestra mente, nos permite ver y comprender a otras personas, lugares y formas de vida», reflexiona el autor.
El festival nació en 1996 con una clara vocación pedagógica, poniendo desde el inicio en el centro la importante función social y cultural de esta industria. Bajo esa premisa, un grupo trabaja desde hace casi tres décadas en acercar cada mayo el cine español y a sus profesionales hasta la localidad. Cada edición de la cita se centra en un tema monográfico.