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Aragón va a invertir 670.000 € este año en la restauración ecológica de cinco humedales para combatir la ausencia lluvia La DGA también trabaja en paliar los efectos de la mosca negra =
Pudiera parecer que con el debate del trasvase de nuevo sobre la mesa la sequía en Aragón ha pasado a ser algo de otro tiempo, pero ni mucho menos. Sigue latente, sigue siendo un problema y el Gobierno de Aragón sigue aplicando medidas para combatirla. Ayer, el Ejecutivo autonómico anunció que invertirá este año 670.000 euros en la restauración ecológica de los humedales del embalse de la Sotonera, la laguna de Gallocanta, la salada de Agón, la presa de Bueta y el humedal en Urrea de Jalón.
Así lo comunicó la DGA con motivo del Día Mundial de los Humedales, unos espacios naturales que conjugan servicios y beneficios globales en el ciclo hidrológico y en el clima global. El anuncio lo hizo el director general de Medio Natural, Alfonso Calvo, durante la visita que realizó al espacio natural de Ojos de Pontil, en el municipio de Rueda de Jalón.
Allí señaló que en el conjunto del territorio nacional durante los últimos 60 años ha desaparecido aproximadamente un 60% de la superficie encharcable original. «Los humedales son verdaderos refugios frente el incremento de las temperaturas y para la biodiversidad», ya que prácticamente concentran el 90% de la misma. Aragón, que impulsó su protección y la conservación en 2010, cuenta con 238 de nueve tipologías distintas: humedales freatofíticos, lagos de alta montaña (ibones), lagunas de agua dulce permanentes, lagunas de agua dulce estacionales, lagunas saladas permanentes, lagunas saladas estacionales, turberas, estanques artificiales de interés ecológico y sistemas hídricos subterráneos en karst.
En el inventario se encuentran incluidos también los humedales Ramsar (relativa a aquellos con importancia internacional especialmente como hábitats de aves acuáticas). Estos son la Laguna de Gallocanta, el Complejo Lagunar de las Saladas de Chiprana, las Saladas de Sástago-Bujaraloz y los Tremedales de Orihuela.
Fruto de la sequía también son los mosquitos, moscas y demás insectos que proliferan con facilidad ante la falta de agua, sobre todo en entornos de agua retenida y donde hace mucho calor. En este sentido, el mosquito tigre o la mosca negra son dos habituales
en el territorio aragonés. En los últimos años, su presencia ha ido a más como consecuencia de la sequía y la falta de lluvias, lo que lleva al Gobierno de Aragón a tener que adoptar medidas preventivas.
Picaduras
Así, pues, el Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación y la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Aragón mantuvieron ayer una reunión de trabajo con alcaldes de la ribera del Ebro sobre el tratamiento de la mosca negra, ya que ante la sequía generalizada pue
de constituir un grave problema. A la cita, que tuvo lugar en la sala Goya del antiguo edificio de Maristas, asistieron el director general de Calidad y Seguridad Alimentaria, Fernando Laguna, y la directora general de Salud Pública, Nuria Gayán. También estuvieron presentes los alcaldes de las comarcas de la Ribera Alta, Central y Rivera Baja del Ebro porque la coordinación es «fundamental» para atajar este gran problema.
La Universidad de Zaragoza, junto a la empresa que realiza las fumigaciones, expuso durante la reunión de ayer la importancia de esta coordinación para evitar o
minimizar los graves problemas de salud en humanos y animales causa este insecto cada año. En 2024 debido a la situación de sequía por la falta de precipitaciones puede ser «muy problemático», alertaron.
Así lo fue ya el pasado año, cuando las atenciones por picaduras de este insecto en los centros de salud crecieron exponencialmente a partir del mes de marzo y llegaron a dispararse entre la última semana de abril y la primera de mayo.
Zaragoza es uno de los lugares en los que más incidencia tiene la mosca negra y donde más se trata de combatir, especialmente en las riberas del río a su paso por la capital aragonesa y aguas abajo. El ayuntamiento de la capital aragonesa reforzó en 2023 por tercer año consecutivo los tratamientos contra la mosca con la utilización de varios drones y en varias ocasiones.
No obstante, los expertos instan a realizar siempre estas actuaciones también en las zonas limítrofes de la ribera del Ebro para que sean completamente eficaces porque este insecto tiene una gran capacidad de vuelo. La mosca negra causa no sólo molestias entre la población, sino también daños graves en la ganadería.