La Muela se moviliza contra los robos

Al igual que ya sucediera en la localidad zaragozana de Épila, los vecinos de La Muela han decidido aunar fuerzas para poner fin al malestar que existe en la localidad por los ilícitos de los que son víctimas. Así lo explica Gerard Montornes, secretario de la Asociación Vecinal San Antonio de Padua, entidad que está a la espera de formalizar su constitución una vez que se tramite toda la documentación ante el Gobierno de Aragón. Entre reivindicaciones vinculadas al sector de la educación o de la sanidad se cuela la preocupación en materia de seguridad ciudadana al explicar Montornes que se están sucediendo «bastantes robos en naves».

Y es que este vecino de La Muela cifra en una veintena los casos relacionados con vandaprovincia lismo en los vehículos estacionados en las calles –«es gamberrismo puro y duro, rompen los cristales», aclara–, los robos de catalizadores y los robos en naves, tal y como sucedió en una ubicada en el Polígono de Centrovía. De allí se llevaron «cables de cobre». Ante esta situación, señala Montornes, van a llevar a cabo iniciativas como, por ejemplo, promover la puesta en marcha de la Policía Local y la reapertura del cuartel del Guardia Civil, cerrado «desde hace un par de años» por la falta de mantenimiento de las instalaciones.

Una vez se formalice la constitución de la asociación, convocarán una reunión para que los vecinos puedan conocer de primera mano «hasta dónde» quieren llegar. Por el momento, ya han concertado una reunión con el subdelegado del Gobierno en la de Zaragoza que se celebrará dentro de dos semanas. «Queremos gestionar cosas y la gente quiere saber qué puede hacer o en qué puede colaborar. La respuesta es buena», afirma.

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UN MUNICIPIO VECINO Como espejo han tomado el camino que han seguido sus vecinos de Épila, que en los últimos meses se han mostrado muy activos hasta tal punto de congregar a casi un centenar de personas en una reunión para tratar la oleada de robos que asolaba la localidad. Solo en un mes, desde la asociación llegaron a contabilizar una treintena de ilícitos, entre los que figuraban asaltos a casas habitadas, y reivindicaban la reapertura del cuartel de la Guardia Civil. Lo consiguieron.